Un estudio reciente sugiere que los alimentos ultraprocesados podrían estar relacionados con un alto riesgo de desarrollar más de 30 problemas de salud que abarcan desde obesidad, enfermedades cardiacas, ansiedad y trastornos del estado de ánimo hasta cáncer y muerte prematura.
Publicado hace unos días en la revista The BMJ, el estudio consistió en una revisión global de 45 metaanálisis basados en los datos de salud de casi 10 millones de personas.
El término “ultraprocesado” se refiere a una amplia categoría de alimentos listos para consumir, los cuales incluyen refrigerios [botanas] envasados, bebidas carbonatadas, fideos instantáneos y platillos ya preparados. Esos productos suelen contener una extensa lista de ingredientes que el consumidor desconoce, además de que suelen estar repletos de conservadores, emulsificantes y edulcorantes, así como sabores y colores artificiales.
“Muchos de los alimentos que caen en la categoría de ultraprocesados suelen tener un alto contenido de azúcar, grasa o sal, pero carecen de fibra y vitaminas esenciales”, informa a Newsweek la Dra. Melissa Lane, autora principal del estudio e investigadora postdoctoral en la Escuela de Medicina de la universidad australiana de Deakin.
“Ese perfil nutricional deficiente es una de las razones por las que el consumo habitual de grandes cantidades de alimentos ultraprocesados se ha vinculado con resultados de salud negativos”, agrega la especialista.
¿LOS ALIMENTOS ULTRAPROCESADOS PUEDEN ENFERMARNOS Y LLEVARNOS A LA MUERTE?
Y añade al respecto: “Si bien siempre será importante tomar en cuenta nutrientes como la sal, el azúcar y la grasa, cada vez hay más evidencias de que otros componentes de los alimentos ultraprocesados (como los aditivos, incluidos emulsionantes y saborizantes) e incluso el método de elaboración (altas temperaturas y descomposición de las partículas alimentarias) repercuten en la salud de muchas maneras, ya que suelen desencadenar procesos inflamatorios y afectan el microbioma intestinal”.
En general, los alimentos ultraprocesados componen más de la mitad de la ingesta calórica diaria, situación muy preocupante si consideramos su potencial para incrementar el riesgo de enfermedades crónicas y muerte.
Pese a que numerosos metaanálisis han evaluado las asociaciones entre la exposición a los alimentos ultraprocesados y sus consecuencias adversas para la salud, no se ha hecho una revisión general de dichas asociaciones.
Con miras a llenar ese vacío de información, un equipo de investigadores australianos, franceses y estadounidenses decidió hacer una valoración de alto nivel de una colección de 45 metaanálisis con objeto de evaluar las evidencias que vinculan esos alimentos con resultados de salud adversos.
Todos los estudios incluidos fueron publicados en los últimos tres años y abarcaron una población de 9 millones 888,383 participantes. Y, a fin de determinar la exposición a los alimentos ultraprocesados, los autores se basaron en los cuestionarios sobre frecuencia de ingesta, registros dietéticos de 24 horas e historial de consumo utilizados en los metaanálisis.
PUEDEN CAUSAR 32 EFECTOS NEGATIVOS EN LA SALUD
En términos generales, la revisión que aquí nos ocupa comprobó que el consumo de alimentos ultraprocesados se asoció con un alto riesgo de presentar 32 resultados de salud adversos, incluidos un incremento de 40 a 53 por ciento de muerte por enfermedad cardiovascular, y un riesgo 12 por ciento mayor de desarrollar diabetes tipo 2.
La revisión global también arrojó evidencias contundentes de un incremento de 21 por ciento en el riesgo de mortalidad por cualquier causa; un aumento de 22 por ciento en el riesgo de depresión; y una probabilidad entre 40 y 66 veces mayor de mortalidad por enfermedad cardiaca, obesidad, diabetes tipo 2 y dificultades para dormir.
Por otra parte, el equipo halló pocas evidencias que vincularan el consumo de alimentos ultraprocesados con trastornos como asma, problemas gastrointestinales, cáncer, niveles elevados de grasa en la sangre y bajos niveles del colesterol “bueno”. Al respecto, Lane señala la necesidad de investigar más a fondo la asociación de ese tipo de alimentos con enfermedades respiratorias.
“Si bien no es común que asociemos la dieta con problemas como las sibilancias respiratorias, ciertas evidencias apuntan a que los alimentos ultraprocesados están relacionados con diversos procesos inflamatorios”, explica.
“Por consiguiente, aunque pueda parecer sorprendente, existe la posibilidad biológica de que lo que comemos tenga algún papel en problemas respiratorios como las sibilancias, debido a que los procesos inflamatorios ocasionan que las vías respiratorias se vuelvan hipersensibles a varios desencadenantes. Con todo, necesitamos investigar con más detenimiento, ya que nuestros hallazgos son meramente preliminares”, añade la Dra. Melissa Lane.
LOS ALIMENTOS ULTRAPROCESADOS AFECTAN MÚLTIPLES ASPECTOS DE LA SALUD FÍSICA Y MENTAL
Los investigadores subrayaron que las revisiones globales (como la suya) solo hacen un análisis de alto nivel de las evidencias disponibles, por lo que no descartan la intervención de otros factores no contemplados en su estudio.
Como ejemplo señalan que los metaanálisis revisados se basaron en diferentes evaluaciones dietéticas, algo que bien pudo influir en los resultados. Aun así, los hallazgos de su estudio demuestran hasta qué punto los alimentos ultraprocesados pueden afectar múltiples aspectos de nuestra salud física y mental.
En sus conclusiones, los autores escribieron: “Nuestros hallazgos evidencian la necesidad urgente de emprender investigaciones mecanicistas, y de implementar acciones de salud pública que combatan y minimicen el consumo de alimentos ultraprocesados con objeto de mejorar la salud poblacional”.
El método más simple para evitar los alimentos ultraprocesados es dar un vistazo a la lista de ingredientes. Si ves que el producto contiene una variedad de ingredientes que no te parecen comida de verdad, lo más probable es que se trate de un alimento ultraprocesado.
“Siempre que sea posible, busca opciones de alimentos menos procesados, como frutas, verduras, frijoles, legumbres [leguminosas] y cereales integrales, ya sean frescos, congelados o enlatados”, sugiere Lane.
“Hasta las modificaciones más pequeñas pueden tener un impacto muy notable; por ejemplo, optar por el yogur natural en vez de uno saborizado, y tomar agua en lugar de bebidas azucaradas. Por otra parte, cuando salgas a comer, evita las cadenas de comida rápida y opta por un restaurante o una cafetería de tu localidad, ya que esos establecimientos tienden a ofrecer menos alimentos ultraprocesados”, concluye. N
(Publicado en cooperación con Newsweek. Published in cooperation with Newsweek)