A menos de que tengas una manera infalible de negarle la entrada a tu gato a tu recámara (lo cual es poco factible), es probable que termines compartiendo tu cama con tu amigo felino. A pesar de su naturaleza libre, los gatos a menudo son reconocidos como animales que traen calma, y con la capacidad de relajar a sus dueños.
“El gato —escribió la autora escocesa Muriel Spark en su novela A Far Cry From Kensington— se acomodará y estará sereno, con una serenidad que supera todo entendimiento”. Si bien esto puede ser cierto para algunos gatos, en ocasiones otros pueden ser criaturas disruptivas de energía incansable.
Más de la mitad de los dueños de mascotas, en su mayoría de gatos o perros, permiten que sus mascotas duerman en sus camas, según datos recopilados por el Centro de Medicina del Sueño, de la Clínica Mayo en Arizona. Pero, ¿esta es una buena práctica?
Newsweek habló con la experta Amber Carter, doctora en medicina veterinaria, miembro de la Junta Estadounidense de Médicos Veterinarios y propietaria de la Clínica de Cuidado de Gatos en Ormond Beach, Florida, acerca de si permitir que tu gato duerma en tu cama es la mejor decisión para pasar una buena noche de sueño y para tu salud en general.
¿DEBERÍAS PERMITIR QUE TU GATO DUERMA EN TU CAMA?
Los gatos duermen un promedio de 12 a 18 horas al día, pero estas horas no se correlacionan con las horas humanas. Los gatos no son nocturnos, un mito común sobre nuestros compañeros felinos, sino crepusculares, lo que significa que son más activos al atardecer y al amanecer.
“Algunos gatitos son más activos durante la noche, pero eso no los convierte en nocturnos”, dice la Sociedad Humanitaria de Animales (Animal Humane Society).
Es bien sabido que las mascotas pueden ayudar con una variedad de problemas de salud mental y física al reducir el estrés y fomentar hábitos saludables. Un estudio del Instituto de Investigación del Vínculo Humano-Animal (HABRI, por sus siglas en inglés) encontró que los animales pueden ayudar a personas con problemas de salud mental a sentirse más seguras.
“Las mascotas fueron una valiosa fuente para ayudar en las enfermedades a través de la gestión de emociones, la distracción de los síntomas y de experiencias desagradables, y además fomentaron la actividad física”, menciona el estudio.
A pesar del impacto positivo de las mascotas en nuestra vida diaria, si tienes dificultades para dormir o tienes un gato particularmente activo, su presencia en tu cama durante la noche puede tener un efecto negativo en la salud.
VENTAJAS
“Me encanta dormir con mis gatos”, dice Carter a Newsweek. “Pero no siempre garantiza la mejor noche de sueño. ¿Ubicas esas caricaturas que muestran a alguien acostado en el borde de su cama junto a varios gatos extendidos teniendo el mejor sueño de sus vidas? Eso a menudo sucede en mi casa”.
La principal razón para no sacar a tu mascota de la cama por la noche es, obviamente, la felicidad. Se ha demostrado que pasar tiempo con nuestras mascotas disminuye los niveles de cortisol, según los Institutos Nacionales de Salud.
“Otros estudios encontraron que los animales pueden reducir los sentimientos de soledad, aumentar la sensación de apoyo social y mejorar tu estado de ánimo”, agrega la experta veterinaria.
“Permitir que tu gato entre a tu habitación puede fortalecer el vínculo que tienes con él, especialmente si trabajas fuera de casa todo el día. También reduce la cantidad de restricciones que tu gato piensa que le estás imponiendo, y tomar tiempo para recostarte y pasar tiempo de relajación con tu él aumentará la confianza”.
Algunos estudios sugieren que la sobreexposición a los gatos, especialmente desde una edad temprana, puede ayudar a reducir el riesgo de desarrollar asma. Un estudio publicado en la revista científica Journal of Allergy and Clinical Immunology, en 2017, encontró evidencia que sugiere que la interacción con gatos contribuye a la absorción de ácido siálico en los niños, el cual no ocurre naturalmente en el cuerpo humano, pero que los estudios demuestran puede regular las reacciones inflamatorias. Sin embargo, si sufres de asma y tienes un gato, la presencia de más pelo en tu almohada puede agravar los síntomas.
DESVENTAJAS
“No todos los gatos y humanos son una buena combinación como compañeros de sueño”, asegura Carter. “Y puede haber varios factores que afecten tu sueño y, por lo tanto, tu salud”.
Los adultos entre 18 y 60 años necesitan siete o más horas de sueño por noche, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). “Aunque la cantidad de sueño que obtienes cada día es importante, otros aspectos de tu sueño también contribuyen a tu salud y bienestar”, dicen los CDC.
“La calidad del sueño es esencial. Las señales de una mala calidad del sueño incluyen no sentirse descansado incluso después de haber dormido lo suficiente, despertarse repetidamente durante la noche y experimentar síntomas de trastornos del sueño [como ronquidos o ahogos]”.
Si bien algunos estudios han demostrado que los gatos pueden reducir el riesgo de ataques cardiacos —incluido un estudio de diez años realizado por el Instituto de Accidentes Cerebrovasculares de la Universidad de Minnesota, en Minneapolis, en el que participaron 4,000 personas y se encontró que los dueños de gatos tenían un 30 por ciento menos de riesgo de morir por un ataque cardiaco en comparación con los no dueños de gatos—, la falta de sueño también aumenta el riesgo.
OTRAS AMENAZAS DE UN GATO EN TU CAMA
“Los adultos que duermen menos de siete horas por noche tienen más probabilidades de padecer problemas de salud, incluidos ataques cardiacos, asma y depresión”, señalan los CDC. “Algunos de estos problemas de salud aumentan el riesgo de enfermedades cardiacas, ataques cardiacos y accidentes cerebrovasculares”.
Como los gatos no tienen patrones lineales de sueño, pueden resultar disruptivos para nuestro sueño. “Pueden despertarte a varias horas de la noche, arañando tu rostro”, señala Carter. “También pueden pensar que es un juego divertido atacar tus pies, lamer tu rostro o morder tu cabello durante la noche para llamar tu atención”.
Incluso pueden representar una ligera amenaza para tu seguridad. “Si tu gato está profundamente dormido y accidentalmente te volteas o lo asustas, podría despertar de repente y atacarte, no por agresión, sino como una respuesta defensiva normal”, explica la experta veterinaria.
La temperatura ideal para una buena noche de sueño es de 18 grados centígrados, según The Sleep Foundation, y aunque tener un gato en tu cama puede ser reconfortante mentalmente, estos felinos tienen una temperatura corporal promedio de 38 a 39 ºC y pueden perturbar tu sueño al transferirte parte de ese calor.
“La temperatura corporal normal de un gato es más alta que la nuestra”, señala Amber Carter. “Entonces, las personas que se acaloran fácilmente por la noche pueden sentirse demasiado calientes con un gato durmiendo junto a ellos. Son como pequeñas bolsas de agua caliente, y un ligero aumento en la temperatura corporal puede dificultar que algunas personas sigan durmiendo”.
CONSEJOS PARA COMPARTIR TU CAMA CON TU GATO
Si te encanta la idea de tener a tu gato contigo mientras duermes, pero deseas reducir las interrupciones en tu sueño, hay ciertas cosas que puedes hacer para ayudar.
Usar un filtro de aire puede minimizar problemas de alergias o irritantes que rondan por tu habitación mientras duermes, según la Clínica Cleveland, que también recomienda cambiar tus sábanas con más frecuencia.
“Los perros, gatos y otros amigos peludos traen consigo pelo y también algunos ‘organismos fúngicos'”, dice la Clínica Cleveland. “Poner tu ropa de cama en la lavadora con más regularidad, intentando que sea una vez a la semana, puede evitar que esas cosas desagradables se acumulen”.
También puedes intentar entrenarlos para que duerman en una parte específica de la cama. “Considera tenerlos en una parte diferente de la cama para que estén cerca, pero tal vez no ¡demasiado! cerca”, dice la Clínica Cleveland. “También podrías considerar poner su propia cama en la parte inferior de la tuya”.
O, DE PLANO, CIÉRRALE LA PUERTA
Si deseas disuadir a tu nuevo gato de entrar en la cama contigo por completo, Carter recomienda comenzar de inmediato. “Proporciona múltiples opciones de dormir en áreas donde se sientan cómodos. Cuando llegan por primera vez a casa, pueden estar aislados en una habitación separada. Acostúmbralo a una cama para gatos cómoda o a una casita donde se pueda esconder. Luego, puedes mover esa cama a otra área de la casa a medida que crezca”.
Los gatos mayores pueden resultar un poco más difíciles de disuadir de la práctica. “En última instancia, es posible que debas cerrar la puerta de tu dormitorio”, aconseja Carter. “Tu veterinario también puede recomendar o recetar suplementos o medicamentos para facilitar el sueño nocturno de tu mascota”. N
(Publicado en cooperación con Newsweek. Published in cooperation with Newsweek)