

Puebla, Pue. A quince años de su creación, El Buen Fin se mantiene como una estrategia clave para impulsar la economía nacional, aunque su verdadero beneficio —advirtió Óscar Salomón Castañeda Lozada, profesor investigador de la Facultad de Economía de la UPAEP— depende de que los ciudadanos realicen compras planeadas, responsables e inteligentes.
El académico recordó que El Buen Fin nació en 2010, durante la administración del expresidente Felipe Calderón, inspirado en el Black Friday de Estados Unidos, con el objetivo de dinamizar el consumo interno y fortalecer la economía mexicana.
El especialista explicó que el programa fue diseñado con cinco propósitos principales:
Incentivar el comercio formal y reducir la informalidad.
Transparentar las transacciones electrónicas, promoviendo el registro bancario de operaciones.
Fomentar el uso de medios de pago electrónicos para fortalecer el sistema financiero.
Ampliar la inclusión financiera y acercar los servicios bancarios a más sectores.
Impulsar a las MiPyMEs, integrándolas a la economía digital para incrementar sus ventas.
“El Buen Fin busca fortalecer el mercado interno y dar un respiro a la economía familiar y empresarial, especialmente en la recta final del año”, señaló Castañeda Lozada.

El Servicio de Administración Tributaria (SAT) y la Secretaría de Economía incentivan la participación mediante sorteos fiscales. Los consumidores que realicen compras con tarjeta de crédito o débito en comercios registrados en el portal oficial pueden ganar premios de 500 hasta 250 mil pesos.
“El año pasado se repartieron 400 millones de pesos en más de 320 mil premios, incluido un premio mayor de 250 mil pesos”, recordó el académico.
Aunque el evento tiene efectos positivos, el economista advirtió que no todos los descuentos son reales.
“Muchas empresas elevan los precios semanas antes del Buen Fin y luego simulan rebajas. El consumidor termina pagando lo mismo”, explicó.
Por ello, recomendó planificar los gastos, evitar compras impulsivas y priorizar rubros esenciales como salud y alimentación. También alertó sobre el riesgo de endeudamiento: “El crédito no es dinero extra; si no se usa con prudencia, se convierte en una carga financiera”.
Entre los productos más adquiridos destacan electrodomésticos, aparatos electrónicos, computadoras y teléfonos celulares.
Las ciudades con mayor participación son Ciudad de México, Puebla, Monterrey, Guadalajara y Querétaro, donde existe una alta densidad de empresas y consumidores.
El profesor subrayó que El Buen Fin sí impulsa la microeconomía, al generar flujo de capital en pequeñas empresas y promover la formalidad, aunque aclaró que se requiere mayor inversión a largo plazo para un desarrollo sostenido.
“El Buen Fin contribuye a la economía local, pero no sustituye políticas estructurales. Es un estímulo temporal que debe aprovecharse con inteligencia”, afirmó.
Entre sus recomendaciones para un consumo seguro y responsable:
Planificar compras con base en un presupuesto realista.
Comparar precios en distintas tiendas y plataformas.
Evitar endeudarse más allá de la capacidad de pago.
Verificar comercios registrados en el portal oficial del Buen Fin.
Proteger datos personales durante compras en línea.
Denunciar irregularidades ante la Profeco, disponible de 9:00 a 21:00 horas.

Finalmente, recordó que El Buen Fin 2025 se llevará a cabo del 13 al 17 de noviembre, adelantándose unos días para coincidir con el puente por el aniversario de la Revolución Mexicana.
*BC