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Brasil hace un llamado urgente para dejar por fin las energías fósiles

Publicado el 7 de noviembre, 2025
Brasil hace un llamado urgente para dejar por fin las energías fósiles
El canciller alemán Friedrich Merz (iz) y el presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, se dan la mano después de una reunión bilateral en el marco de la Conferencia sobre el clima de las Naciones Unidas COP30 en Belem, Estado de Para, Brasil, el 7 de noviembre de 2025. (AFP)

EL MUNDO NO SOPORTA MÁS EL MODELO BASADO EN COMBUSTIBLES FÓSILES. Desde Belém, en el corazón de la Amazonía, el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva lanzó un mensaje contundente a los líderes globales: la humanidad debe acelerar su salida del uso intensivo de energías fósiles si quiere tener una oportunidad real de frenar el colapso climático.

UN MENSAJE DESDE EL PULMÓN DEL PLANETA

En el segundo día de la cumbre de líderes previa a la COP30, Lula declaró que el planeta “no soporta más el modelo de desarrollo basado en el uso intensivo de combustibles fósiles”.

El llamado llega dos años después de la COP28 de Dubái, donde los países acordaron una “salida progresiva” de las energías fósiles. Pero la realidad es que los avances han sido lentos. Por eso, Lula, cuyo país es hoy el octavo mayor productor de crudo del mundo, volvió a poner el tema sobre la mesa.

Lula afirmó que “el mundo no soporta más el modelo de desarrollo basado en el uso intensivo de combustibles fósiles”, y llamó a los países a abandonar esa dependencia para salvar el planeta.

CRÍTICAS INTERNAS Y RESPUESTA DE LULA

Aunque su mensaje fue bien recibido por organizaciones ambientales internacionales, en Brasil el presidente enfrenta críticas de ambientalistas que lo acusan de inconsistencia. Este año, su gobierno aprobó un megaproyecto de exploración petrolera marítima cerca de las costas amazónicas, lo que provocó tensiones con el Instituto Brasileño de Medio Ambiente (Ibama).

Lula ha respondido que la explotación controlada de hidrocarburos sigue siendo necesaria para financiar la transición energética. “Las ganancias del petróleo deben servir para acelerar la transformación hacia energías limpias”, afirmó recientemente.

Sin embargo, la ONU advirtió que 2025 será uno de los años más calurosos jamás registrados, y que el objetivo de limitar el calentamiento global a 1.5 ºC respecto a la era preindustrial “ya no se cumplirá”.

El presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, saluda a la prensa en el marco de la Cumbre de Líderes, antes de la conferencia climática COP30 UN en Belem, Para State, Brasil, el 7 de noviembre de 2025. (AFP)

La situación se agrava tras la decisión del presidente Donald Trump, quien volvió a retirar a Estados Unidos , segundo mayor emisor del mundo después de China, del Acuerdo de París.

APOYO INTERNACIONAL EN BELÉM

Varios líderes mundiales respaldaron la posición de Lula. Desde Francia, Emmanuel Macron afirmó que “cada país debe presentar su hoja de ruta para eliminar progresivamente los combustibles fósiles”.

El presidente de Palaos, Surangel Whipps, recordó que “la transición hacia el abandono de los combustibles fósiles es central” para los países insulares que ya sufren los efectos del aumento del nivel del mar.

Por su parte, Pedro Sánchez, jefe de gobierno español, defendió la propuesta de gravar los vuelos de clase premium y los jets privados. “Es justo que quien más tiene y más contamina pague lo que le corresponde”, dijo.

El primer ministro de España, Pedro Sánchez, ofrece una conferencia de prensa durante la Cumbre de Líderes, antes de la conferencia climática de las Naciones Unidas COP30 en Belem, Estado de Para, Brasil, el 7 de noviembre de 2025. (AFP)

Brasil, anfitrión de la cumbre, impulsa además una iniciativa para multiplicar por cuatro la producción y el consumo de combustibles sostenibles, con el objetivo de acelerar la descarbonización del transporte aéreo.

“Lula habló en Belém de lo que importa”, señaló la red de ONG Observatorio del Clima, destacando que el mandatario “ha dado el impulso político necesario para que el tema se discuta en la COP30, no necesariamente en las negociaciones oficiales, pero sí en la agenda de acciones voluntarias”.

EL PESO POLÍTICO DE LA AMAZONÍA

Belém, capital del estado de Pará, es la sede oficial de la COP30 y punto de encuentro para más de 60 mil delegados.

“La COP puede posibilitar que se dé un gran paso para salir de las energías fósiles”, dijo Adna Albuquerque, investigadora de pueblos autóctonos que coordina parte del campamento que albergará a más de 2,000 indígenas durante la cumbre. “Esto depende de la influencia política, por eso es importante que Lula mantenga lo dicho”.

En paralelo, Brasil presentó una segunda iniciativa clave: un fondo internacional para proteger los bosques tropicales. Según anunció el gobierno, Noruega invertirá 3,000 millones de dólares, mientras que Brasil e Indonesia aportarán 1,000 millones cada uno. Francia se comprometió con 575 millones y Alemania podría sumarse en los próximos días.

El objetivo es crear una red de cooperación financiera que proteja ecosistemas estratégicos como la Amazonía, el Congo y el Sudeste Asiático.

Lula llega a la conferencia con la intención de proyectarse como líder global del sur, buscando unir a los países amazónicos y africanos bajo una misma agenda de justicia climática.

“Lula tiene una oportunidad histórica: demostrar que la transición puede ser justa y viable”, dice Marta Salomon, del Instituto Talanoa. “Pero debe hacerlo con coherencia. La Amazonía no puede ser el escenario del discurso y al mismo tiempo el territorio de la contradicción”.

En un planeta que se calienta a un ritmo sin precedentes, el mensaje desde Belém es que la esperanza se juega entre la urgencia y la acción. N

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