La federación internacional de atletismo (World Athletics) examina de martes a jueves el caso de los atletas rusos, en un momento en el que el deporte mundial debate sobre su eventual reintegración en las competiciones y su presencia en los Juegos Olímpicos de París 2024.
La invasión de Ucrania por parte del ejército ruso hace pasar a un segundo plano el otro motivo que ha mantenido a los rusos sin sus símbolos desde hace siete años en el atletismo, la suspensión debido a un amplio escándalo de dopaje. Aunque se levantara esa suspensión, no se produciría un efecto inmediato si World Athletics opta por continuar sancionando a Rusia por la guerra.
La decisión de los dirigentes del atletismo, deporte de referencia en los Juegos Olímpicos, será por lo tanto especialmente significativa. El Comité Olímpico Internacional (COI), todavía en fase de “consultas detalladas” con las federaciones internacionales, mostró a principios de año su voluntad de “explorar las vías” para que los deportistas rusos y bielorrusos pudieran volver a las competiciones mundiales, en principio bajo bandera neutral y cumpliendo el requisito de no haber apoyado activamente la guerra en Ucrania.
Una treintena de países, entre ellos Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Suecia, Canadá o Polonia, pidieron entonces “aclaraciones” al COI por ese plan. Este mismo mes, la Federación Internacional de Esgrima (FIE) aprobó el regreso de rusos y bielorrusos a sus competiciones. Representantes de ambos países también están compitiendo en India en el Mundial femenino de boxeo, provocando el boicot a esa competición de varios países.
La cuestión es además urgente. Como ocurre con otros deportes, el periodo de clasificación para los Juegos Olímpicos de París empezó ya en el atletismo, especialmente en el maratón, la marcha, las pruebas combinadas (decatlón y heptatlón), los relevos y los 10,000 metros.
SITUACIÓN HOSTIL PARA QUE RUSIA REGRESE A LAS COMPETENCIAS EN PARÍS 2024
De manera clara, el británico Sebastian Coe, presidente de World Athletics, mostró desde el principio de la guerra en febrero de 2022 una posición hostil a que los rusos puedan regresar a las competencias si antes no se produce una evolución importante del conflicto bélico.
“Mientras estimemos que la integridad del deporte está amenazada, que los atletas ucranianos padezcan esta situación, no nos moveremos”, aseguró Coe a la AFP en septiembre del año pasado.
La posición de la instancia debería hacerse pública este jueves 23 de marzo. Al margen de la cuestión de la guerra, el Consejo de World Athletics sí que podría decretar el final del largo proceso de reintegración de la Federación Rusa de Atletismo, suspendida desde noviembre de 2015 después de las revelaciones de un sistema de dopaje institucionalizado.
El epílogo de un culebrón interminable que ha tenido reconocimiento de la culpa, sanciones económicas, renovación de las instituciones y una fase de vigilancia mediante un grupo de trabajo especialmente dedicado a la cuestión.
En la agenda de un Consejo cargado, World Athletics también debería endurecer y agrupar sus criterios de elegibilidad en la categoría femenina para las deportistas intersexuales y transgénro.
La instancia consultó en los últimos meses a sus federaciones miembro con una “opción prioritaria”, la de exigir una reducción continua de la tasa de testosterona por debajo de 2.5 nanomoles por litro durante al menos 24 meses, unas condiciones más difíciles que las de los dos reglamentos actuales. N