La Policía Federal de Brasil abrió el martes pasado una investigación por “genocidio” contra indios de la etnia Yanomami, tras un informe que reveló la muerte de casi un centenar de niños por desnutrición y otras causas. Mientras, el gobierno despidió a 43 militares de la agencia gubernamental de asuntos indígenas (Funai).
“Determiné ayer la apertura de una nueva investigación policial para averiguar (si hubo) genocidio. Hay indicios muy fuertes de negativa a la asistencia nutricional y de salud de esas poblaciones indígenas, hubo intención”, dijo el ministro Flávio Dino al canal de noticias CNN Brasil.
El gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva reveló el sábado que 99 yanomamis menores de cinco años murieron el año pasado en la mayor reserva indígena de Brasil por desnutrición, neumonía y malaria, entre otras causas.
En una visita la semana pasada, las autoridades hallaron numerosos casos de menores de esa etnia con desnutrición grave, malaria, infecciones respiratorias y otras complicaciones. El gobierno declaró la emergencia sanitaria en ese territorio protegido.
El mandatario brasileño, quien asumió por tercera vez el poder el pasado 1 de enero, describió un escenario “inhumano” luego de visitar el sábado el estado amazónico de Roraima.
En contexto, entre los estados de Roraima y Amazonas se extiende la tierra Indígena Yanomami, de 96,000 kilómetros cuadrados, hogar de unos 30,400 indígenas de la etnia.
La violencia ha crecido en esa región, escenario de enfrentamientos entre mineros ilegales e indígenas, quienes han denunciado una creciente contaminación y depredación de su territorio los últimos años.
MÁS DE 500 NIÑOS MUERTOS POR “ENFERMEDADES EVITABLES”
Ante la emergencia sanitaria del pueblo Yanomami, la organización de derechos humanos Survival International reclama un plan para enfrentar la crisis. De acuerdo con un estudio de Unicef y Fiocruz —retomado por la oenegé—, ocho de cada diez niños menores de esa región sufren malnutrición crónica.
“La crisis sanitaria catastrófica y sin precedente que azota al pueblo Yanomami en el norte de Brasil es un genocidio que se viene gestando desde hace años (…) El expresidente Bolsonaro abrió deliberadamente las puertas al territorio y animó a miles de buscadores de oro a entrar en él”, refirió en un comunicado la directora de Survival Brasil, Sarah Shenker.
De acuerdo con la oenegé, los mineros han propagado enfermedades, contaminando los ríos y envenenado a la gente con mercurio, destruyendo los bosques y desatando la violencia.
“Los resultados están bien documentados: 570 niños yanomamis menores de cinco años han muerto por enfermedades evitables desde que Bolsonaro llegó al poder. Los niños yanomamis mueren de malnutrición a un ritmo 191 veces mayor que la media nacional”, agrega Shenker.
SURVIVAL INTERNATIONAL RECLAMA UN PLAN PARA FRENAR LA CRISIS EN BRASIL
Los seis puntos que reclama dicha organización son:
- Expulsar a los mineros. Aunque se hizo con antelación durante la década de 1990, hoy exigen una verdadera voluntad política.
- Enviar equipos sanitarios y asegurar su financiamiento a largo plazo.
- Enjuiciar a los políticos y responsables “que han sacado provecho de este genocidio”, tanto en el Estado de Roraima como en otros lugares.
- Desmantelar las violentas bandas criminales que operan en la zona. Además, llevar a juicio a quienes hayan atacado y asesinado a yanomamis.
- Depurar las cadenas de suministro para garantizar que, quienes adquieren oro brasileno, puedan estar seguros de su producción legal.
- Asegurar la “no repetición”. Los territorios indígenas, apuntan, necesitan una protección adecuada frente a toda invasión y robo de tierras. Para ello, es necesario reforzar los puestos de vigilancia oficiales cerca de las comunidades yanomamis sin conexión. N