El ADN recuperado de muestras de agua ayudó a redescubrir una especie icónica de tortuga vista por última vez hace más de 25 años en un río del norte de Queensland, en Australia.
Las muestras de agua fueron tomadas en la parte baja del río Burdekin por un equipo de investigadores dirigido por la Universidad James Cook. Las pruebas fueron analizadas en busca de ADN ambiental (eDNA) y confirmaron la presencia de la tortuga de Irwin en muchos sitios a lo largo del río.
Esta tortuga no se ha registrado visualmente en el área por más de 25 años.
La tortuga, descubierta por primera vez en la cuenca de Burdekin por el difunto Steve Irwin y su padre Bob, a principios de la década de 1990, se encuentra entre una serie de especies de agua dulce que usa su cloaca (equivalente a su trasero) para respirar bajo el agua. Eso le permite permanecer sumergido bajo el agua durante más tiempo.
“Hasta este redescubrimiento, no teníamos ningún registro formal para demostrar que la tortuga de Irwin todavía vivía en la parte baja del río Burdekin. Y ese río ha cambiado mucho desde la construcción de la presa de las cataratas Burdekin”, dijo el profesor Damien Burrows, director del Centro de Investigación de Aguas Tropicales y Ecosistemas Acuáticos (TropWATER). “Es tranquilizador saber que todavía viven allí”.
DOS AÑOS DE INVESTIGACIÓN
Los hallazgos de las pruebas se publicaron esta semana en la revista BMC Ecology and Evolution luego de dos años de investigación que comprenden tres periodos de pruebas durante 2020 y 2021.
Se investigaron 37 sitios en las tres cuencas de los ríos, algunos de los cuales involucraron el uso de helicópteros para entrar y salir.
El profesor Burrows dijo que la tecnología eDNA es vital para el redescubrimiento de la tortuga en la parte baja del río Burdekin. Añadió que el eDNA tiene el potencial de revolucionar la forma en que los investigadores rastrean y localizan animales tanto acuáticos como terrestres.
“Anteriormente, ha sido muy difícil tomar muestras de la tortuga de Irwin porque solo viven en lugares donde hay cocodrilos o en afluentes de tierras altas a los que es muy difícil acceder”, dijo.
LA MAGIA DEL ADN AMBIENTAL
“Tampoco caen fácilmente en las trampas y el agua en la que viven en Burdekin no es clara, por lo que no se pueden colocar cámaras subacuáticas para verlos. Pero ahora, con el eDNA, todo lo que teníamos que hacer era tomar una muestra de agua y analizar su ADN”.
Con el nuevo proceso, el propio ADN se puede extraer y amplificar directamente de muestras ambientales como suelo, sedimentos y agua sin tener que capturar el organismo objetivo.
“No sabemos nada sobre la demografía de esta población. Pero el hecho de que hayamos encontrado su eDNA ahora, a pesar de que la presa se construyó en la década de 1980, podría indicar que las tortugas adultas de Irwin pueden sobrevivir en estas condiciones de agua más turbia.
“Este redescubrimiento ahora ha desafiado la hipótesis anterior de que la especie no podría sobrevivir en estas condiciones”, añadió. N