La actividad humana está provocando que la atmósfera de la tierra se caliente mucho más rápido que con cualquier cambio que pudiera suceder de manea natural. Ello pone a muchos ecosistemas en su punto de quiebre.
La cumbre climática COP26 de Naciones Unidas del pasado noviembre fue la primera vez que un acuerdo climático global identificó explícitamente el consumo de combustibles fósiles como causante importante del cambio climático. Aun cuando los expertos climáticos consideraron esto como un paso adelante, muchos también advirtieron que los asistentes en Glasgow no han hecho lo suficiente. El objetivo es limitar la media del calentamiento a “muy por debajo” de 2 grados Celsius en comparación con los niveles previos a la industrialización. Esta es una meta clave del Acuerdo de París de 2015.
El Monitor de Acción Climática (CAT) es un consorcio internacional de institutos sin fines de lucro fundado en 2009. Estudia el cambio climático y monitorea las metas de los 40 países que producen 85 por ciento de las emisiones de gases de invernadero. En una declaración en noviembre, Bill Hare, director ejecutivo de Climate Analytics, socio del CAT, dijo: “Está muy bien para los líderes que afirmen tener un objetivo de cero neto. Pero si no tienen planes de cómo llegar a ello, y sus objetivos de 2030 son tan bajos como lo son muchos de ellos, entonces, francamente, esos objetivos de cero neto son palabras bonitas y no una verdadera acción climática. Glasgow tiene una grave falta de credibilidad”.
A continuación se da el análisis del CAT de los países cuyas políticas climáticas han sido las menos útiles en combatir el calentamiento global. Los analistas clasificaron los planes y acciones de estas naciones como “altamente insuficientes” o “gravemente insuficientes”.
PAÍSES “GRAVEMENTE INSUFICIENTES”
Estos son países, según el CAT, cuyas políticas y compromisos reflejan una acción mínima a nula. Y en absoluto son inconsistentes con el Acuerdo de París.
Irán. Es uno de los pocos países que no ha ratificado el Acuerdo de París. Las sanciones internacionales en vigor desde 2018 y los efectos de la pandemia han llevado a una disminución en la exportación del combustible fósil petróleo. Pero ha habido una lentitud continua en abrazar políticas que ayuden a la ecología.
Rusia. En noviembre de 2020 propuso reducir para 2030 sus emisiones por un mínimo de 30 por ciento por debajo de sus niveles de 1990. Pero los analistas del CAT no le llaman a esto un aumento en la acción climática, “ya que es simplemente el límite inferior del rango de la meta previa (25-30 por ciento)”. Según el CAT, “Rusia necesita establecer una meta más ambiciosa para las reducciones de emisiones, adoptar e implementar políticas adicionales, y dar finanzas adicionales”.
Singapur. Las políticas y compromisos climáticos de Singapur reflejan una “acción mínima a nula”, según el CAT. La política gubernamental aquí es “en absoluto inconsistente con el Acuerdo de París”. También se cree que la ciudad Estado isleño en el sudeste de Asia depende en extremo del gas natural, el cual el CAT calcula que provee 96 por ciento de la electricidad del país. El CAT escribe: “Si todos los países siguieran el enfoque de Singapur, el calentamiento podría superar los 3 grados Celsius y acercarse a los 4”.
Tailandia. Los analistas del CAT dicen que el rendimiento climático en general de Tailandia es “débil a pesar de algunas buenas intenciones”. Los líderes tailandeses han prometido cambiar su dependencia del carbón al gas natural en los próximos 20 años. Pero ha habido pocos cambios hasta ahora. “Hasta que la siguiente ola de estrategias climáticas de Tailandia y sus políticas de mitigación derivadas sea implementada y fortalecida, el CAT califica sus metas y políticas como “gravemente insuficientes”.
Turquía. Turquía está “en una encrucijada” con respecto a su futuro energético, dicen los analistas del CAT. El gobierno del presidente Recep Erdogan pretende disminuir su dependencia en las importaciones de gas a través de aumentar la capacidad de las energías renovables. Pero también planea continuar usando carbón local en el futuro inmediato. El CAT escribe: “Las emisiones de Turquía aumentarán considerablemente bajo las políticas actuales. Este primer plan de Contribuciones Determinadas Nacionalmente es tan débil que permite que las emisiones de gases de invernadero se dupliquen en comparación con los niveles actuales”.
Vietnam. Carece de políticas para una transición a una economía de bajo carbono y no ha enfocado sus acciones en la reducción de emisiones, según analistas. Aun cuando ha habido “desarrollos positivos” en la política de energía renovable del país, el CAT dice que estos son sobrepasados por “planes de continuar la expansión de combustibles fósiles”. El CAT escribe: “Vietnam está más descarrilado al compararlo con los modelos de rutas domésticas y la extensión de las reducciones que necesitan darse dentro de sus fronteras con apoyo internacional”.
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PAÍSES “ALTAMENTE INSUFICIENTES”
Estos son países cuyas políticas y acciones, según el CAT, llevarán a un “aumento, en vez de una reducción, de las emisiones”. Y las temperaturas mundiales aumentarán “hasta 4 grados Celsius para finales del siglo”.
Arabia Saudita. A pesar de las mejoras percibidas en el compromiso de Arabia Saudita con la acción climática, el CAT dice que estos “compromisos no resuelven las preocupaciones por su papel como uno de los principales exportadores de combustibles fósiles del mundo”. El CAT escribe: “Su promesa del Acuerdo de París se basa explícitamente en un escenario con exportaciones sustanciales de combustibles fósiles. Y tiene una ‘cláusula de salida’ si las políticas internacionales para el cambio climático afectan negativamente estas exportaciones. Poco antes de que el gobierno saudita publicara su promesa actualizada, la compañía petrolera nacional, Saudi Aramco, anunció que buscaba aumentar su capacidad de producción de petróleo durante esta década”.
Argentina. Las políticas y acciones de Argentina “no son en absoluto consistentes con el límite de 1.5 grados Celsius de temperatura del Acuerdo de París”. Afectado por problemas económicos, el país fracasó en introducir medidas ecologistas notables en su más reciente plan de estímulos para la recuperación, según los investigadores. El gobierno del expresidente Mauricio Macri declaró una “emergencia climática” en 2019, pero se han tomado pocas acciones desde entonces.
Australia. Mostró poco apoyo a los planes de la COP26 de fortalecer los objetivos de 2030 en la cumbre del próximo año en Egipto. El CAT escribe: “Las emisiones de gases de invernadero en Australia han bajado temporalmente a causa de una gama de factores. Pero una política climática efectiva no es uno de estos factores”.
Brasil. Aun cuando el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, no asistió a la COP26, el país más grande de Sudamérica prometió reducir las emisiones de metano. Y, lo más notable, se comprometió a ponerle fin a la desforestación ilegal para 2030. Sin embargo, el CAT todavía es muy crítico sobre Brasil: “Hay brechas considerables en la política brasileña para detener el crecimiento de las emisiones. Y la desforestación sigue siendo una preocupación grave”.
Canadá. A menudo se ha llevado la peor parte del cambio climático, desde olas de calor brutales hasta incendios forestales devastadores. Pero, aun cuando describe los desarrollos recientes en política climática como “positivos”, el CAT los define como “insuficientes” para abordar la crisis climática. Los analistas añaden: “Si se implementaran por completo, las políticas actuales de Canadá no son suficientes para lograr este objetivo. Solo están en línea con el calentamiento de 4 grados Celsius. Canadá tampoco cumple con su cuota justa de contribuciones al cambio climático. Además de fortalecer sus objetivos y políticas, también necesita dar un apoyo adicional a otros”.
China. Un acuerdo entre China y Estados Unidos de mejorar la cooperación climática en los próximos diez años fue un encabezado notable de la COP26. Antes de la cumbre, China anunció oficialmente una meta de neutralidad de carbono “antes de 2060”. Sin embargo, dice el CAT, “para mejorar su calificación y volverse compatible con los 2 grados Celsius, China necesitaría limitar sus emisiones tan pronto como sea posible. Asimismo, disminuir el consumo de carbón y otros combustibles fósiles a un ritmo más rápido del planeado, y establecer fechas límite para la eliminación gradual”.
Colombia. Con una población de casi 51 millones de personas, dice que reducir las emisiones por la desforestación es una parte crucial de su acción climática. No obstante, aun cuando Colombia sí tiene metas de mitigación para la energía y el transporte, el CAT dice que “se necesitan más acciones”.
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Corea del Sur. Aun cuando hay señales positivas de progreso, el CAT cree que Corea del Sur “carece de la velocidad necesaria y rigor para entrar en una ruta compatible con el límite de 1.5 grados Celsius de temperatura”. Esto a pesar del hecho de que la proporción en 2020 de Corea del Sur de generación de energía alimentada con carbón disminuyó de 43 por ciento a 39 por ciento, pues los combustibles fósiles todavía suman una cantidad “muy grande”.
Emiratos Árabes Unidos. El desarrollo de los EAU de proyectos grandes de energías renovables y nuclear dan señales de esperanza. Pero se prevé que sus emisiones sigan aumentando a causa de la expansión de sus fuentes de electricidad basadas en combustibles fósiles. El CAT escribe: “En línea con su estrategia de energía, que proyecta al carbón alcanzando una proporción del 12 por ciento de la generación total de energía en 2050, en mayo de 2020 los EAU completaron la primera unidad de su planta de energía inaugural de 2.4 GW alimentada con carbón”. Según analistas, “la construcción de nueva generación alimentada con carbón es inconsistente con la necesidad de eliminarlo gradualmente de la producción de electricidad para 2034”.
India. La presión política ejercida por India y China supuestamente resultó en el acuerdo de la COP26 de prometer solo “reducir gradualmente” el carbón en vez de “eliminarlo gradualmente”. El CAT dice: “India ha sido impactada severamente por el covid-19 durante la segunda ola en la primera mitad de 2021. Eso ha reducido aún más la resistencia de poblaciones vulnerables al cambio climático que ya están en riesgo de ser desplazadas por tormentas, inundaciones, sequías y otros desastres climáticos”.
Indonesia. Después de la COP26, introdujo normas nuevas al comercio de carbono para crear un mecanismo de mercado y lograr las metas de reducción de gases de invernadero en 2030. Sin embargo, los analistas del CAT creen que las emisiones todavía “continuarán acelerándose lejos de los niveles compatibles con París”.
Kazajistán. El estado del centro de Asia ha sido calificado como “altamente insuficiente” por el CAT. Este argumenta que, a pesar de la caída en su producción de combustibles fósiles a causa de la pandemia, “las políticas y compromisos climáticos de Kazajistán no son consistentes con cualquier interpretación de una contribución de cuota justa. llevan a un aumento, en vez de a una reducción, de las emisiones”.
México. El CAT califica los objetivos y políticas climáticas de México como “altamente insuficientes”. Pero hay una excepción: el objetivo de las Contribuciones Previstas y Determinadas a Nivel Nacional “estabilizan aproximadamente las emisiones al nivel actual”. Durante la pandemia, la Secretaría de Energía mexicana publicó un proyecto de ley que efectivamente detiene la inversión privada en energías renovables. Este también da prioridad a las plantas de energía, envejecidas y alimentadas por combustibles fósiles, propiedad del gobierno.
Nueva Zelanda. Tiene una meta de cero emisiones para 2050 consagrada en la ley, pero el CAT considera que sus políticas a corto plazo le imposibilitarán lograrlo. El CAT escribe: “Nueva Zelanda depende cada vez más de la mitigación potencial del uso de la tierra y del sector forestal para cumplir con su objetivo en vez de enfocar sus acciones en reducir las emisiones de los sectores altamente emisores”.
Ucrania. Las predicciones medioambientales para el país dan un pronóstico más o menos desalentador. Ello porque sus emisiones están proyectadas como 1 por ciento más altas que en los cálculos previos al covid-19. N
(Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek)