“No todo tiene que sonar inteligente o encantador o simpático todo el tiempo. A veces necesitamos solo decir las cosas el uno al otro. Necesitamos escuchar cosas”, dice el Dr. Randall en un noticiario internacional tras informar que un asteroide gigante se dirige hacia la tierra y su impacto acabará con la raza humana.
Dirigida por Adam Mckay, realizador estadounidense reconocido por sus oscuras comedias como Vice (2018) y The Big Short (2015), Don’t Look Up cuenta la historia de dos científicos, Dr. Randall y Kate Dibiasky, protagonizados por Leonardo DiCaprio y Jennifer Lawrence, quienes hacen un descubrimiento increíblemente mortal: un asteroide se dirige hacia el planeta tierra y en seis meses colapsará a toda la civilización, extinguiendo a los seres humanos.
Mientras la presidenta de Estados Unidos y el multimillonario que patrocinó su campaña, Meryl Streep y Mark Rylance, respectivamente, tienen planes diferentes para la llegada del asteroide, los astrónomos buscan alguna alternativa para evitar que el planeta explote tras el impacto del cometa.
No obstante, cada intento por informar a la población se ve desviado en modas, tendencias, memes y mercadotecnia digital, demostrando que nos encontramos en un momento de la historia que podría ser descrito con un concepto: las redes sociales.
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En una sátira bien lograda sobre la mediatización y la banalidad de la sociedad moderna, Mckay presenta un drama-comedia con un reparto impecable. Con la aparición de Cate Blanchett, Rob Morgan, Jonah Hill, Ron Perlman, Timothée Chalamet, Tyler Perry y Melanie Lynskey, Don’t Look Up es una de las películas más ambiciosas de Netflix este año, con una producción notoria y la pluma de uno de los guionistas más versátiles del momento.
Asimismo, la cinta distribuida por el servicio de streaming está nominada a distintas categorías en los Globos de Oro: mejor película comedia o musical, mejor guion original, mejor actriz en una película de musical o comedia y mejor actor en una película de musical o comedia. Sin embargo, estas nominaciones detonan una pregunta: ¿es una buena película o es una película con mucho talento individual?
A pesar de ser una gran historia, tener una producción espectacular, un gran director detrás y a muchos de los mejores actores de la última década, Don’t Look Up parece quedarse a un paso de ser lo que pretendía. Cumplió su función discursiva en cuanto a temas de problemáticas sociales, como la urgencia de tomar acción por el calentamiento global, la mediatización de noticias falsas y contenido desechable, la inestabilidad política en países que poseen poder de decisión sobre otros, como lo es el gigante estadounidense.
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Pero la última cinta dirigida por Mckay no cuenta con la misma explosión cinemática que otros de sus trabajos, los cuales tratan temas sociopolíticos contemporáneos. En Vice, la historia del sanguinario Dick Cheney, personalizado por Christian Bale, el lenguaje sarcástico y crudo también es una de las vertientes principales del filme, solo que obtiene un bagaje político e histórico de un personaje, como Cheney, del que se ha escuchado durante años: uno de los peores líderes que ha tenido el gobierno de Estados Unidos.
En cuanto a Don’t Look Up, no existe un precedente con el que el público se identifique: la última vez que un asteroide chocó contra el planeta los dinosaurios todavía caminaban sobre la Tierra. Este es uno de los aplausos más grandes que tiene la película, ¿cómo Mckay logró infundir una sensación de ansiedad sobre un hecho que parece prácticamente imposible ahora?
Quizá todo recae en los hombros del talento de grandes actores, quienes definitivamente hicieron más digerible una película que por momentos no parece tener un rumbo claro. N