Aun cuando la planta de muérdago es curiosamente sinónima de la época navideña, la más mágica del año, posiblemente muy pocas personas sepan el porqué.
La planta parasitaria con sus distintivas moras rojas ha gozado de una fama duradera en la época navideña y es una característica perenne en la cultura popular, desde el primer beso de Harry Potter hasta las canciones festivas de Frank Sinatra, Bing Crosby y Aretha Franklin.
Hay cientos de especies de muérdago, las cuales se hallan por lo general creciendo en árboles y arbustos de todo el mundo.
El nombre científico del muérdago americano es Phoradendron, el cual se traduce apropiadamente como “ladrón de árboles”, ya que el muérdago se agarra a las ramas de su huésped para drenarle agua y nutrientes.
Como resultado de su ubicuidad, el muérdago se ha establecido en las costumbres y mitología de varias culturas, y algunos de nuestros ancestros supuestamente lo asociaban con la medicina y la fertilidad.
El muérdago no siempre se ha asociado con besos a escondidas, ya que los griegos y romanos antiguos usaban la planta para tratar los dolores menstruales y las úlceras, al igual que la epilepsia.
La mitología nórdica afirma que la diosa del amor, Frigg, aseguró un juramento de todos los animales y plantas del mundo de que no dañarían a su hijo Baldur, cuya muerte estaba predicha.
Sin embargo, Frigg olvidó el muérdago, el cual otro dios usó para asesinar a su hijo Baldur. Pero después de que Baldur fue revivido, su madre eufórica proclamó a la planta como un símbolo de amor bajo el cual uno se debía besar.
Los druidas celtas le asignaron tempranamente una tradición al muérdago, usándolo en sus ceremonias hace varios miles de años. Además de sus supuestos poderes medicinales, los druidas creían que el muérdago también podía proteger contra las pesadillas, e incluso predecir el futuro.
Por consiguiente, la planta era recolectada durante los solsticios de verano e invierno, haciendo de los cuasi líderes religiosos candidatos plausibles de ser los primeros en usar el muérdago para decorar las casas alrededor de la época navideña, aunque esta tradición no está en absoluto relacionada con la festividad navideña moderna.
La fuerte asociación de besarse debajo del muérdago comenzó en la Grecia antigua, durante el festival de Saturnalia, y luego en las ceremonias matrimoniales por su supuesta conexión con la fertilidad.
También se pensaba que los enemigos durante la época romana reconciliaban sus diferencias bajo el muérdago, ya que conectaban a la planta verde con la paz, a la vez que decoraban sus hogares y templos con la planta a mediados del invierno para aplacar a los dioses.
En la Inglaterra victoriana, besarse debajo del muérdago se tomaba con mucha más seriedad que hoy día. Si una mujer rehusaba entrelazar sus labios debajo de la planta, por una extraña razón ella no podría esperar recibir una propuesta matrimonial al año siguiente.
Sin embargo, la gente hoy día toma la tradición del muérdago de una manera mucho más desenfadada. N
(Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek)