DE TIEMPO Y CIRCUNSTANCIAS
ESTAMOS a pocas semanas de la elección de junio y el fraude electoral campea en el aire. La idea ha acompañado a todos los procesos electorales en México con algunas excepciones, como la de Vicente Fox, la de Enrique Peña Nieto y la elección reciente de AMLO.
¿Cuándo y cómo comenzaron los fraudes electorales y por qué no dejan de tener peso en la vida democrática del país?
México nació en 1822. Los mexicanos de aquel tiempo no conocían otra forma de gobierno distinta a la monarquía, y nombraron emperador a Agustín de Iturbide, pero los impuestos que se recaudaban no eran suficientes para mantener al Imperio.
El emperador abdicó y los insurgentes decidieron fundar una república democrática. La primera elección se llevó a cabo en 1824 y la ganó el Gral. Guadalupe Victoria. Al término de su periodo, en 1828, convocó a la segunda elección presidencial. Compitieron: Vicente Guerrero, Manuel Gómez Pedraza, Anastasio Bustamante, Melchor Múzquiz, Ignacio López Rayón y Juan Ignacio Godoy. Ganó Gómez Pedraza, pero este no era el favorito del presidente; por otro lado, D. Guadalupe no tenía claras las funciones de un presidente, y se comportaba como monarca. Dado que la elección no favoreció a su preferido declaró insustanciales los votos de D. Manuel Gómez Pedraza y sustanciales los votos de Vicente Guerrero. Ese fue el primer fraude electoral del México independiente.
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México se convirtió en una república democrática cuya legitimidad se apoyaba en la fuerza de las armas; las reglas electorales se establecían para violarlas; y el que tenía más saliva tragaba más pinole.
Así, los golpes de Estado estaban a la orden del día, y las fuentes de generación de riqueza no se podían consolidar. El país, rico en recursos, vivía en una guerra civil constante que destruía la infraestructura productiva y lo mantenía en bancarrota.
La situación cambió con la llegada al poder del Gral. Porfirio Díaz Mori. En menos de 30 años México pasó de la bancarrota a la solvencia económica, pagó su deuda a Estados Unidos y comenzó a figurar en el concierto mundial. Díaz se reelegía periodo tras periodo y los votos a su favor se garantizaban —por supuesto— mediante fraudes electorales.
En 1910, Francisco I. Madero se levantó en armas por uno más de los supuestos fraudes y México se sumió en 20 años de una guerra civil financiada por Estados Unidos. Durante este tiempo regresamos a la quiebra, el desorden administrativo volvió al país, nos endeudamos, y otra vez se destruyó la infraestructura productiva.
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En 1928, los estadounidenses necesitaban dinero, y México podía aportarlo, pero había que poner en orden a los mocosos malcriados del sur. Para ello designaron al Excmo. Sr. D. Dwight W Morrow.
Morrow era el embajador de Estados Unidos en México y tenía buena relación con el presidente Calles. En una comida, Morrow le expuso el siguiente razonamiento a D. Plutarco: los magnicidios en este país (México) se suceden uno tras otro. Madero murió por órdenes de Huerta; Carranza, por órdenes de Obregón, y Obregón también murió en forma violenta. De seguir, así las cosas, antes o después, le puede tocar a Ud., mi Gral. Para evitarlo podría utilizar un recurso infalible: consiste en meter en una organización a todos los generales con influencia y mando de fuerzas en el país. Esta organización será un partido político que nombrará al candidato a la presidencia, el cual gobernará seis años sin posibilidad de reelección.
FRAUDULENTAS, AL FIN Y AL CABO
Con este arreglo todos los grupos políticos se integraban dentro del partido y esperaban, pacientemente, su turno para llegar al poder y enriquecerse administrando al país en forma ordenada. Las elecciones se ganaban, algunas, por la buena, otras por la mala, y otras más a balazos. Fraudulentas, al fin y al cabo. Era una dictadura de partido. Así nació el PNR que habría de convertirse en el PRI.
La dictadura de partido funcionó y, en 30 años, el PIB pasó de 666 billones de pesos anuales a 4,000 billones de pesos anuales. A esta época se le llamó “el desarrollo estabilizador”.
El fraude sistemático subsistía en función de que una gran parte del pueblo se abstenía de votar decepcionado, pues sabía que su voto resultaría insustancial si contrariaba al sistema.
El desarrollo estabilizador terminó cuando Luis Echeverría rompió la disciplina financiera. Treinta años después la dictadura de partido se acabó.
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La alternancia se dio en 2000, cuando llegó a la presidencia Vicente Fox mediante una elección indiscutible. En su sexenio la deuda externa se redujo de 80,000 a 54,000 millones de dólares. El PIB creció en un discreto 2 por ciento anual.
En 2006 se convocó a elecciones y ganó Felipe Calderón con una diferencia mínima en la votación. Hay motivo para suponer un fraude electoral, pero cuando hay una diferencia de menos de un punto en una elección es difícil saber si hubo o no fraude, pues los errores de contabilidad, en los votos, pueden inclinar la balanza.
En la democracia, 12 años le bastaron al PAN para recuperar la solidez financiera. Hay que reconocer que Ernesto Zedillo, un presidente priista, sentó las bases de esta; pero en esos 12 años se perdió el control de la seguridad.
En la elección de 2012, el PRI se había recompuesto cosméticamente. Presentó, en sociedad con Televisa, un candidato presidencial “de telenovela”, quien ganó la elección con una cómoda diferencia del 6 por ciento. La esperanza de que retornara un PRI cambiado fue disuelta por una corrupción escandalosa. El desfalco fue exagerado y las posibilidades de voto para este partido se redujeron drásticamente.
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A la elección de 2018 AMLO llegó con su tradicional base de votantes. El PAN arribó sin un candidato fuerte a la presidencia, y el PRI, muy dañado para armar siquiera una campaña decorosa.
Una parte del electorado indeciso se decantó por AMLO y presuntamente se reunieron Peña Nieto y Andrés Manuel para negociar la sucesión.
AMLO llegó con mayoría a la presidencia y el pueblo se volcó a vitorearlo creyendo que ahora sí se volvería a la senda del desarrollo sostenido. En los primeros cien días la ilusión se desvaneció. Ahuyentó la confianza de los inversionistas, colapsó el sistema de salud y aplicó una política de seguridad laxa al narcotráfico. Luego vino la pandemia y aplicó el único criterio que conoce, el criterio político, a un problema biológico. El resultado, cientos de miles de muertos. Los cálculos pesimistas suponen más de medio millón de muertes.
La evaluación de sus resultados arroja un saldo negativo. Sin embargo, la popularidad de Morena sigue con niveles altos.
ES HORA DE SOLICITAR EL VOTO
La razón para esto puede explicarse con la analogía que Ricardo Raphael publica en su libro Mirreyes: Raphael concibe un edificio de diez pisos y en cada piso coloca, de acuerdo con su ingreso, a las familias de cada sector económico de la sociedad. En el pent house hay familias con ingresos de 70,000 a 2.5 millones de pesos al mes, y en el primer piso, aquellos que gana 2,300 pesos al mes. Considera que cada familia tiene de tres a cuatro miembros. Del primero al tercer nivel la situación es muy difícil, pues cada integrante del tercer nivel debe sobrevivir con menos de 50 pesos diarios, y los integrantes del primer nivel, con menos de 25 pesos diarios. La dádiva de 3,000 pesos a quienes antes tenían que vivir con 20 pesos diarios es una fortuna; su ingreso subió un 500 por ciento de manera que, pase lo que pase, esa base seguirá fiel a López Obrador.
En la próxima elección intermedia la Cámara de Diputados será la elección más importante, pues de ella depende tanto que AMLO pueda cambiar la Constitución como que, si lo desea, pueda reelegirse. Los números le son relativamente favorables, pero por los mensajes que el presidente está enviando, al parecer supone el riesgo de que no alcance la mayoría calificada1. El pulso que los servidores de la nación detectan tiene un alcance muy largo y puede tener un significado real en la votación.
Andrés Manuel se formó en el fraude electoral. Ha sido artífice, beneficiario y víctima de fraudes electorales. Ha hecho todo lo posible para orquestar un fraude en la elección que viene y controla al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, pero aun no logra desaparecer ni someter al INE y todo indica que en esta elección el INE será un arbitro determinante, y si AMLO no logra la mayoría calificada el INE podría seguir siéndolo durante el resto de su periodo.
Es hora de solicitar el voto en todos los lugares en los que podamos influir. En los países desarrollados las elecciones son ganadas por la clase media. En nuestro país, es el voto corporativista de organizaciones sindicales el que determina la elección, pues un buen sector de la clase media se abstiene de votar. Esta vez está de por medio la viabilidad del país y nuestro modo de vida; si no votamos todos, nadie vendrá a rescatarnos de la debacle.
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El abstencionismo derivado de una frustración de dos siglos de fraudes es el enemigo a vencer. Hoy hay instituciones para defender el resultado del sufragio. Mientras mayor sea la votación mayor será la diferencia, y con diferencias sustanciales es difícil hacer fraudes. Los tiempos recientes nos han traído tres elecciones indiscutibles, por ello es vital promover el voto con amigos, hijos, parientes, empleados y población en general.
El criterio es que el poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente. El manejo corrupto de la pandemia es la muestra indiscutible.
Así pues: promueva el voto entre quienes le rodean y vote; reflexione su voto, la oposición no tiene candidatos ideales, Morena tampoco, pero es indispensable el equilibrio.
Y, sobre todo: no entregue usted el poder absoluto porque, si lo entrega, terminará absolutamente arrepentido.
VAGÓN DE CABÚS
La Sra. María del Pilar Peláez, a quien de cariño llamábamos Pilita, nos dejó el 27 de abril pasado. Su muerte me abrumó. Pilar fue mi esposa, y la madre de dos de mis hijos. Aunque nuestras vidas se separaron hace muchos años, teníamos una relación cordial, y mis hijos han sido y son el tiempo más feliz de nuestra existencia.
Pilar deja un recuerdo imborrable entre quienes la rodeamos. Era generosa con su afecto y paciente al escuchar a quienes acudían a su refugio; muchos la consideraron como su segunda madre. Descansa en paz, Pilita. Estoy seguro de que Dios te tiene reservado un lugar junto de él. N
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1. La Cámara de Diputados tiene 500 representantes. Se considera mayoría absoluta al hecho de tener 251 diputados de un partido y mayoría calificada a tener 333 diputados de un partido o tendencia política.
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Salvador Casanova es historiador y físico. Su vida profesional abarca la docencia, los medios de comunicación y la televisión cultural. Es autor del libro La maravillosa historia del tiempo y sus circunstancias. Los puntos de vista expresados en este artículo son responsabilidad del autor.