HACE UN AÑO, la pandemia por el covid-19 dio un respiro al medioambiente y sus ecosistemas en distintas regiones del mundo, donde tanto la flora como la fauna volvieron a los sitios que la huella humana les había arrebatado. También trajo aprendizajes para las personas, varias de las cuales, tras perder su trabajo, tuvieron que reinventar la manera de obtener ingresos para sobrevivir ante las medidas de aislamiento social.
Tal es el caso de Cristina López, una joven mexicana de 26 años quien, al terminar la carrera de mercadotecnia, sin empleo, dedicó tiempo a estudiar y aprobar el examen que la acreditara en su licenciatura.
Radicada en la Ciudad de México, Cristina tuvo que reinventarse para ganar dinero y, junto con su pareja, sustentar los gastos principales del lugar en el que viven, como el pago de la renta y servicios como agua, luz y gas. Además, la compra de alimentos y productos de limpieza ante las medidas sanitarias establecidas.
La difícil situación financiera por la que Cristina atravesaba la llevó a reinventarse. Poco a poco descubriría su gusto por el cuidado de las plantas gracias a una vecina que hacía terrarios sin intención de venderlos.
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Para la joven mercadóloga, esta forma de crear piezas florales la atrajo e intentó hacer sus propios terrarios que logró vender entre su círculo de amigos. A pesar de los intentos y la motivación que recibió, tanto de su pareja como de sus amistades cercanas, descubrió que el gusto por el cuidado de las plantas iba más allá de solo venderlas.
“Me gusta mucho lo que estudié y lo extraño, a pesar de la pandemia, pero salió esto y me ha dado la oportunidad de llevarlo a cabo en la vida real. Hay muchas dudas de las que he aprendido en el camino porque, al final, lo que dicen los libros es una cosa, pero vivirlo en persona es otra”, cuenta Cristina en entrevista con Newsweek México.
Ante la desesperación de quedarse sin trabajo al inicio de la pandemia, Cristina intentó trabajar en un call center para poder sobrevivir, pero la experiencia en este espacio no fue muy grata.
“Son lugares muy feos para trabajar, por eso empecé con el tema de las plantas para pagar la renta”, cuenta.
UNA OPORTUNIDAD PARA LLEVAR VIDA A LOS HOGARES
Iniciar el negocio de la venta de plantas no fue fácil. Al inicio, tras no saber mucho del tema, decidió pagar cursos de jardinería y cuidado de plantas que le permitieran ambientar nuevos espacios y dar recomendaciones a las personas al momento de hacerle un pedido, así como de las macetas idóneas para cada tipo de planta, ya que no solo se trata de que se vean bien, sino de que cumplan con las necesidades de cada especie.
“Un día subí uno de los anuncios a Facebook y sentí como la vida te quiere mucho, porque tuve mi primera compra fuera de mi círculo de amigos y lo sentí como algo muy chido”, narra Cristina.
Con la voz entrecortada y algunas lágrimas en el rostro, esta joven mercadóloga recuerda las dificultades que afrontó al inicio de la pandemia y cómo, ahora, su negocio y clientes están satisfechos con el servicio que ha empleado, ya que las plantas no son solo una forma de ganarse la vida, sino también de llevar alegría y vida a un hogar.
“Quiero que haya más conciencia en las plantas, no que te llenes de ellas y se mueran en una semana, sino que las personas se den cuenta que de tienen una vida por cuidar”, añade.
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Y así, poco a poco, los resultados de su trabajo comenzaron a florecer, como las plantas. “Me emocionaron mucho porque sentí que, por fin, en la pandemia iba a hacer algo personal. Siempre he tenido una mamá muy exigente, que siempre me metió eso de que ‘hagas lo que hagas siempre tienes que ser la número uno en todo’, pero era tan difícil que llegaba un momento en que desacreditaba todos mis logros”, cuenta.
Con el tiempo, Cris —como la conocen quienes han adquirido plantas con ella— ha logrado posicionar la marca Cachito de Vida, como decidió llamar su negocio. Primero con pedidos pequeños y después con solicitudes como renovar el jardín de una casa o colaboraciones con personas comprometidas con el ambiente.
Entre las virtudes que la caracterizan es el compromiso, profesionalismo y corazón que le pone a cada entrega, siempre dando recomendaciones a las personas respecto a los espacios en donde las tendrán, es decir, si se trata de un espacio de interiores o exteriores que permitan la estadía de ese nuevo integrante de la familia.
“Soy muy intensa en estas cosas. Investigo, busco, hago. Lejos de solo dar una buena vista a las cosas se trata de ver más allá e investigar. Leer nos ayuda mucho y eso amplía nuestra gama de conocimiento por absurdo que parezca, porque al final aprendes cosas, por eso quiero que la gente entienda que una planta es vida y también es dar alegría a tu hogar”, explica Cris.
Entre los beneficios de cuidar plantas en casa durante esta pandemia, de acuerdo con la experiencia de sus clientes, Cris narra que el traer paz mientras cuidan de sus plantas es de los principales frutos. Además, “te hace menos egoísta al solo pensar en ti, sino también pensar en alguien más y en esa alegría que te da cuando ves a una flor brotar”.
¿DÓNDE ENCONTRAR A CACHITO DE VIDA?
Para conocer el trabajo de Cristina basta con ingresar en sus principales redes sociales, como lo es Facebook e Instagram, y buscarla como Cachito de vida. A través de estas cuentas Cris comparte contenido de cuidado de plantas, macetas y el vivero que visita.
Asimismo, desde su cuenta ella te orientará con las especies de planta y maceta.
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Conectar su trabajo con las plantas es parte de los aprendizajes que ha obtenido en los últimos meses donde el nombre de su cuenta lo define, ya que, para ella, las plantas no solo son para adornar, son vida.
“Me emociona ver los brotes y ver las flores que salen porque se van a poner bonitas. Ellas me han dado mucho y, para mí, ya son seres vivientes en mi casa. Antes era para decorar y que se viera bonita; sin embargo, ya en la actualidad sé que sienten. De repente me verás hablando con las plantas, si bien no lloran y no se quejan, hay que aprender a observarlas y cuidarlas”, concluye.