JUAN CARLOS Martínez Cecías Rodríguez es un ciudadano queretano que, sin necesariamente ser político, pretende ser gobernador de su entidad, la tierra en la que se crio y en la que hoy en día es un empresario de amplio éxito y reconocimiento.
Cuando cumplió 22 años migró de Querétaro y se estableció en Houston, Texas, en Estados Unidos, donde desarrolló un producto especial para la industria automotriz, un recubrimiento de poliuretano para la protección de las cajas de las camionetas. Pocos años después se casó con Karla de Aldecoa, una mujer oriunda de Córdoba, Veracruz, con quien procreó seis hijos y está por cumplir 25 años de matrimonio.
En 1999 vendió su compañía, que se volvió una empresa pública, y en 2002 la recompró. El haber sido una sociedad pública le enseñó que la manera más rápida de crecer en el mercado estadounidense es a través de adquisiciones y uniones estratégicas, de modo que a partir de entonces empezó a comprar otras firmas estratégicas y a asociarse con distribuidores para crecer aún más.
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Años después, en 2008, volvió a vender su compañía, tras lo cual se dedicó a correr autos de carrera de manera semiprofesional. Volvió a la industria de los poliuretanos una vez que su contrato de corredor concluyó. Entonces se asoció con los dueños de la empresa Rhino, que hoy en día se ostenta como la marca número uno en recubrimientos de poliuretano en el ámbito automotor.
Ahora, luego de adquirir un equipo de beisbol de la liga mexicana, los Generales de Durango, Juan Carlos Martínez contiende por la gubernatura de Querétaro de la mano del partido Fuerza por México.
—¿Cómo un empresario se convirtió en candidato al gobierno de Querétaro y se metió en la política?
—En 2019, en octubre, en la Serie Mundial de Beisbol, en Houston, me junté con un grupo de amigos metidos en la política, entre ellos el exsenador Pedro Haces Barba, líder sindical de la Confederación Autónoma de Trabajadores y Empleados de México (Catem), y decidimos formar una asociación con vías a crear un partido político. Así nació Fuerza Social por México, hoy el partido Fuerza México.
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“Ahí empecé a poner más atención entre la desconexión que hay entre lo que el gobierno dice y la realidad, pero desde mi punto de vista como empresario e inversionista. Yo tengo inversiones y manufactura en México, fabrico cajas utilitarias para la industria automotriz y las exporto a Estados Unidos. Así que empecé a escuchar más a la sociedad, a mis empleados, a la parte obrera, y también me puse el saco patronal, y llegó un momento en que Fuerza por México me propuso ser candidato a la gubernatura de Querétaro”.
—¿Cómo te tomó esa propuesta?
—En un principio me dio orgullo, pero no me movió las canicas. No es lo mío ni sé de política. Pero veo que en Querétaro hay hartazgo, la gente se queja, todo el mundo habla de 2021 como el año electoral, de que ahora a ver a quién le toca; empiezo a oír sobre futuros acomodos, que ya hay tres candidatos a secretarios de Gobierno, que hay dos para secretarios de Seguridad Pública, que no sé qué tanto, y pienso en cómo es posible que ya se estén peleando por algo que aún no tienen.
“Tengo 51 años, todavía tengo mucho empuje y energía y siento un llamado a una obligación de tratar de hacer una política ciudadana, venir a mi Querétaro y crear algo distinto. Sé que voy en contra de un sistema de peldaños difíciles de escalar, pero estoy siendo disruptivo y mi presencia le molesta a ese sistema. No obstante, es mi obligación tanto moral como ética levantar la mano por los que menos han sido escuchados”.
—¿Qué es lo que más te duele de Querétaro?
—La falta de desarrollo y la desigualdad de los municipios. Los únicos municipios que muestran prosperidad son cuatro, la capital y los conurbados. Los demás tienen mucha carencia, hay migración, que me duele porque conozco muy bien la historia de los migrantes. Hay problemas de drogadicción y adicciones y no se le da el impulso adecuado al deporte. El área metropolitana y conurbada han crecido mucho, pero sin estructura y sin organización, y eso ha traído otro tipo de problemas, como el transporte deficiente, la inseguridad y la falta de estructura. A mí lo que me interesa en el estado es distribuir la riqueza.
—¿Cuál es la diferencia entre un candidato ciudadano como tú y un político?
—Yo no tengo necesidad de vivir de la política, de ver qué hay en el presupuesto o ver dónde se le puede meter la mano o hacer un negocio. He platicado con muchos políticos y dicen: yo no sé hacer más que política, yo no sé de números ni de negocios. Pero sí entienden el si me dejas hacer esto te vas a ganar un millón de pesos. Yo soy un ciudadano con mucha experiencia en los mercados internacionales y estoy llegando a un estado pequeño, de 18 municipios, donde hay mucha industria, en donde se depende mucho de las exportaciones e importaciones, y donde tenemos más de 193 empresas que hacen negocio directo con Estados Unidos sin contar otros países.
—¿Cuál es tu oferta para los electores, en qué consisten tus propuestas políticas?
—Los buitres están al acecho, pero lo voy a resumir así: vengo a potenciar mi estado. Quiero su prosperidad, vengo a mejorarlo en transporte, a darle fuerza a las comunicaciones y darles vigor a los sectores de salubridad y seguridad. N