LA CONTAMINACIÓN de los combustibles fósiles causa una de cada cinco muertes prematuras en todo el mundo, lo que sugiere que los impactos en la salud de la quema de carbón, petróleo y gas natural pueden ser mucho más altos de lo que se pensaba anteriormente, de acuerdo con un estudio dado a conocer este martes.
Algunas regiones de China, India, Europa y el noreste de Estados Unidos se encuentran entre las áreas más afectadas y se encuentran entre los que han padecido gran parte de las 8,7 millones de muertes anuales atribuidas a los combustibles fósiles, según el estudio publicado en la revista Environmental Research.
La investigación ofrece una evaluación detallada de las muertes prematuras debido a la contaminación del aire por combustibles fósiles hasta la fecha.
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Otro estudio en 2017 había calculado el número anual de muertes por todas las partículas en suspensión en el aire, incluido el polvo y el humo de las quemaduras agrícolas y los incendios forestales, en 4,2 millones.
Investigaciones anteriores basadas en datos satelitales y observaciones terrestres habían tenido dificultades para distinguir la contaminación causada por la quema de combustibles fósiles de otras fuentes de partículas nocivas, como incendios forestales o polvo.
El equipo de tres universidades británicas y la Universidad de Harvard trató de superar este problema utilizando un modelo de alta resolución para dar una indicación más clara de qué tipos de contaminantes respiraba la gente en un área en particular.
El cóctel tóxico de partículas finas generadas por la combustión de petróleo, gas y sobre todo carbón es responsable de al menos 25 por ciento de la mortalidad en media docena de países, todos ellos en Asia.
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“Se habla a menudo del peligro de la combustión de energías fósiles en el contexto de emisiones de CO2 y del cambio climático. Pero no se tienen en cuenta los impactos sanitarios potenciales”, indicó uno de los coautores del estudio, Joel Schwartz, de la Escuela Chan de Salud Pública de la Universidad de Harvard.
Estudios anteriores indican que la contaminación atmosférica reduce un promedio de más de dos años la esperanza de vida.
Comparado con otras causas de muerte prematura, la contaminación atmosférica, que provoca enfermedades cardíacas y pulmonares, provoca cada año 19 veces más muertos que el paludismo, 9 veces más que el sida y 3 veces más que el alcohol. N