UN INFORME científico advierte que beber desinfectante de manos puede ser “letal”, ello en medio de un aumento del número de personas que ha consumido el producto durante la pandemia del COVID-19.
El artículo, publicado en la BMJ Case Reports, declara: “Los desinfectantes de manos con base alcohólica, si se ingieren, pueden tener efectos tóxicos y podría ser incluso letal”, y subrayó los casos de un hombre y una mujer que murieron después de beberlo.
Se necesitan tomar más acciones para advertir a la gente sobre los peligros potenciales del producto, el cual se ha vuelto extremadamente popular durante la pandemia del COVID-19, agrega la investigación.
La pandemia ha coincidido con un aumento de casos de envenenamiento como resultado de personas que ingieren intencional o accidentalmente desinfectantes de manos con base alcohólica.
En marzo de 2020, hubo un aumento del 79 por ciento en llamadas al Control de Venenos relacionadas con desinfectante de manos en comparación con marzo de 2019.
Los investigadores también han detectado repuntes significativos en casos de envenenamiento relacionados con desinfectantes de manos fuera de Estados Unidos.
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En Reino Unido, hubo un aumento del 157 por ciento de tales casos reportados al Servicio Nacional de Información de Venenos (NPIS), entre enero y septiembre de 2020, en comparación con el mismo periodo en 2019.
Los desinfectantes de manos con base alcohólica pueden ser en forma de gel, líquido o espuma y contienen de 60 a 95 por ciento de etanol y de 70 a 95 por ciento de isopropanol. Ya que pueden ser letales si se ingieren, muchos de ellos contienen desnaturalizantes para hacerlos saber amargos y desalentar a la gente a que los beba.
Sin embargo, la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA), que ha retirado más de 200 desinfectantes de manos poco seguros, ha descubierto numerosos casos de desinfectantes que son disfrazados como alimentos o bebidas, incluidas botanas para niños, agua, jugo y vodka, así como variedades saborizadas que afirman saber a chocolate o frambuesa.
Un estudio de caso enfatizado en la BMJ Case Reports fue el de John Haughey.
En septiembre de 2015, el hombre de 76 años con un historial de depresión y agitación, murió en la Clínica Real de Hull en Inglaterra después de tragar una cantidad desconocida de espuma desinfectante para manos con base alcohólica que estaba en un dosificador al pie de su cama.
Haughey dio señales crecientes de confusión en los nueve meses que llevaron a su admisión en el hospital. Un análisis de este caso y otro de 2013 ha aclarado el mal uso potencial y peligroso de los desinfectantes de manos.
CONCIENCIAR AL PÚBLICO
Georgia C. Richards, investigadora principal y miembro del Departamento Nuffield de Ciencias de Cuidados Primarios de Salud en la Universidad de Oxford, escribió en la BMJ Case Reports: “Aun cuando los gobiernos y las autoridades de salud pública han aumentado exitosamente nuestra conciencia sobre la necesidad de una mejor higiene de manos durante el brote del COVID-19, también deben concienciar al público sobre los daños potenciales y motivar el reporte de dichos daños a los centros de información de venenos”.
Los investigadores dicen que una acción nacional “apropiada” del Departamento de Salud del Reino Unido después de la muerte en 2014 de Donna Kirkland pudo haber prevenido cientos de casos posteriores de envenenamiento. Kirkland, una mujer de 30 años, murió en la instalación de salud mental Caludon Center, en Coventry, Inglaterra, después de ingerir desinfectante de manos.
Un informe de Prevención de Muertes Futuras enviado por el forense a Jeremy Hunt, entonces secretario de Salud del Reino Unido, decía que se hallaron un vaso de poliestireno y una botella de soda que contenía desinfectante de manos junto a la cama de Kirkland.
“El líquido era un gel desinfectante de manos con base alcohólica… al cual tenían fácil acceso los pacientes con un dosificador instalado cerca de las puertas principales del pabellón”, mencionaba el informe.
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“A los pacientes no se les permitía acceder al dosificador, pero se les permitía, si así lo deseaban, llenar vasos u otros contenedores con el gel. A los pacientes se les permitía tenerlo en sus habitaciones”.
El informe añadía: “En mi opinión, se deberían tomar acciones para evitar muertes futuras, y creo que usted o su organización tienen el poder de tomar dichas acciones”.
En respuesta, el Fideicomiso del Sistema Nacional de Salud prometió “concienciar a su personal sobre los riesgos potenciales asociados con la ingesta de alcohol”.
Sin embargo, como explica la reseña de la BMJ Case Reports: “No hay mecanismos para verificar o monitorear la implementación de estas acciones, tampoco es posible determinar si las acciones se convirtieron en la práctica estándar y todavía son apoyadas por todo el Fideicomiso”.
USARLO CON CUIDADO EXTREMO
Y Continúa: “Si el Departamento de Salud del Reino Unido hubiera tomado las acciones apropiadas a nivel nacional en 2014… se habrían prevenido cientos de envenenamientos reportados al NPIS en 2019 y 2020.
“La combinación de un aumento en la demanda y exposición a desinfectantes de manos con base alcohólica, y los impactos negativos del brote del COVID-19 en la salud mental, los apoyos sociales, la seguridad financiera y los servicios de salud es una causa de preocupación grave”.
Los investigadores han hecho peticiones recientes para que se inicien campañas de salud pública para aumentar la conciencia de cómo la gente debería y no debería usar los desinfectantes de manos con base alcohólica, y exigirles a los fabricantes que coloquen etiquetas claras de advertencia en los productos.
También recomiendan que los establecimientos de atención a la salud rastreen el volumen de desinfectante de manos disponible, y evitar que pacientes con problemas relacionados con el alcohol tengan acceso a estos al igual que en instalaciones geriátricas, pediátricas o de salud mental.
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“La conciencia y el reporte de dichas exposiciones a las agencias de salud pública son esenciales para entender la magnitud total del problema”, dijo Richards a Newsweek en un correo electrónico.
“Pero los datos sobre la magnitud del problema son limitados, ya que dependen de que el público o los profesionales de la salud reporten dichos incidentes a las agencias de salud pública y que estas compartan dichos datos, o que los profesionales de la salud publiquen dichos hallazgos como un reporte de caso en una revista médica, como lo hice yo en el artículo.
“Le solicitamos dichos datos a la Salud Pública de Inglaterra, pero solo pudimos tener acceso a datos de un periodo corto a causa de los ‘costos’ de llevar a cabo tales búsquedas en su base de datos”.
Y añadió: “También llevamos a cabo una revisión sistemática de los reportes de caso para determinar la magnitud del problema en la literatura publicada”.
A pesar de la popularidad de los desinfectantes de manos con base alcohólica, los Centros de Control y Prevención de Enfermedades declaran que lavarse las manos con jabón común y agua es la mejor manera de reducir la propagación del coronavirus. N
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek