Aquí una guía práctica para ayudar al medioambiente.
¿Me creerías si te dijera que terminas todos los días con más de medio kilo extra? Y no, no son los taquitos. Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), cada mexicano genera aproximadamente 800 gramos de basura diariamente.
Por sí solo puede no parecer un gran problema, pero… multiplicado por toda la población, son aproximadamente 42 millones de toneladas anuales en todo el país. Algo así como 175 pirámides del Sol de Teotihuacán o 231 veces el Estadio Azteca, según la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).
Hacer frente a este problema requiere modificar nuestros hábitos de consumo, pero nadie puede convertirse en el Capitán Planeta de un día para otro.
Por eso, te armamos esta guía básica de pequeñas acciones para ayudar al planeta. Puedes comenzar con algo sencillo, probarlo, mejorarlo e ir sumando estrategias a tu vida diaria.
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REDUCIR, REUTILIZAR Y RECICLAR
Seguro habrás escuchado de las tres R: reducir, reutilizar y reciclar. Este breve trabalenguas, popularizado por Greenpeace, es una guía básica para el consumo responsable y la correcta disposición de desechos.
Reducir. Esta estrategia ataca el problema de raíz al reducir el consumo de productos de un solo uso (bolsas, empaques, botellas y similares representan 30 por ciento de los residuos). Disminuye el uso de energía (elevar la eficiencia de los aparatos electrónicos o usarlos menos), y de recursos naturales y reduce la producción de desechos.
Reutilizar. Este paso consiste básicamente en no hacer con los objetos lo que tu crush de la secu hizo con tu corazón, y darles una segunda vida útil. Así como a tu kokoro, puedes repararlos, o reinventarlos y darles un nuevo uso. Existen miles de tutoriales en YouTube para reutilizar creativamente botellas, cajas, latas y otros desechos.
Reciclar. ¡Ah, la Regina George de las R! Es la más popular y la más simple. Aunque el reciclaje también implica invertir energía y dinero, en la mayoría de los casos implica un menor gasto de recursos que crear nuevos productos desde cero.
¿POR QUÉ SEPARAR LA BASURA?
Clasificar la basura es una forma consciente y socialmente responsable de incentivar el reciclaje. Esto reduce la basura que llega a rellenos sanitarios y tiraderos, e impide que se exploten más recursos para crear nuevos productos.
Según datos de la Secretaría del Medio Ambiente de la CDMX (Sedema), reciclar cuatro botellas de vidrio equivale a la energía diaria que usa un refrigerador. Y por cada botella de plástico reciclada se ahorra la energía que consume una televisión en tres horas.
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En 2017 entró en vigor en Ciudad de México una nueva norma para separar los desechos en cuatro categorías. Oficialmente se definen ciertos días para la recolección de cada una, peeero… esto puede cambiar según donde vivas, así que, para estar seguro, pregunta a tus vecinos o al recolector de basura.
Ahora sí, vamos a lo bueno, ¿cómo separar la basura?
Orgánicos. Residuos de origen natural y alimentos. (Pista: Son los que pueden “echarse a perder”). Aquí van: flores, pasto, hojas, frutas o verduras, huevos, restos de café o té, filtros de papel, pan, tortillas, huesos, lácteos (sin envase), aceite de cocina, entre otros. Si te gusta la jardinería, puedes usar estos residuos (no debe tener nada de origen animal, excepto cáscaras de huevo) para hacer composta.
Inorgánicos reciclables. Aquí entran el papel, cartón, vidrio, plástico, madera, metal, envases de tetrapack, la ropa y otros textiles. Estos pueden usarse para crear productos nuevos. Si ya eres Super Saiyajin nivel dios catalogando residuos, lo mejor es separar cada categoría, pero si te resulta más sencillo puedes tenerlas en un solo bote.
Inorgánicos no reciclables. Tristemente no es posible reciclar todos los productos debido al uso que se les da o al material del que están hechos. Aquí entran: unicel, colillas de cigarro, bolsas de papitas y otras botanas, celofán, pañuelos usados, curitas, papel sanitario, chicles, condones, pañales, toallas sanitarias, calzado, polipapel, plumas y plumones.
Desechos voluminosos o de manejo especial. Electrodomésticos, computadoras, focos, herramientas, muebles, radiografías, pilas, baterías, colchones, juguetes, llantas, entre otros. Pueden entregarse en las jornadas especiales de cada alcaldía. También existen programas y centros especializados que enlistamos más abajo.
¡Ojo! Si tienes dudas sobre dónde depositar un residuo, lo mejor es ponerlo en los inorgánicos no reciclables y así evitar contaminar los desechos que sí pueden reciclarse.
¡Ah! y si crees que no tiene sentido separar los desechos porque “el de la basura lo vuelve a revolver”, te tenemos noticias: la Sedema señala que esta estrategia ha logrado que 50 por ciento de los residuos en Ciudad de México se clasifique adecuadamente.
¿DÓNDE LLEVAR LOS RESIDUOS ESPECIALES?
Existe una larga lista de centros especializados de reciclaje. Puedes consultar el directorio a escala nacional de la Semarnat.
Existen además programas especiales de recolección de residuos en Ciudad de México.
En el Reciclatrón se reciben desechos electrónicos y eléctricos. En el mercado del trueque puedes llevar botellas, latas, papel, cartón, vidrio y otros residuos inorgánicos por frutas, verduras o legumbres de productores locales. Además, existe el programa ponte pilas. Puedes depositar tus pilas (AA, AAA, C, D, CR, cuadradas, de botón y de celular) en cualquiera de las más de 400 columnas de acopio repartidas por Ciudad de México.
LA BELLEZA DE LA ECONOMÍA
El modelo económico mundial ha sido mayoritariamente la economía lineal: crear productos, venderlos, usarlos y tirarlos. Esto promueve la explotación de recursos y un constante daño al ambiente.
Reducir, reutilizar y reciclar son muy buenas acciones, pero la mejor solución es el consumo responsable.
No se trata solo de dejar de comprar cosas, sino de ser conscientes de los recursos que se requieren para elaborar una botella de plástico, una pila, o hasta la ropa. Además de tener en cuenta de a dónde van a parar una vez que los desechamos.
En lo posible, evita el consumo de plásticos o envases de un solo uso. Si vas por un café, lleva tu termo. ¿Todos los días le compras comida corrida a Doña Lupe? lleva tu tupper. O si te encanta pasar por tu juguito en las mañanas, carga una botella.
Si aplicas una, dos o todas estas acciones, en poco tiempo te darás cuenta de toda la basura y el impacto ambiental que puedes dejar de generar. ¡Te sorprenderás!