La compañía SpaceX lanza su tercer lote de 60 mini satélites en órbita, parte de sus planes para construir una constelación gigante de miles de naves espaciales que formarán un sistema global de internet de banda ancha.
La compañía estadounidense apunta a un lanzamiento a las 21H19 (02H19 GMT del martes) en un cohete Falcon 9 desde Cabo Cañaveral, en Florida (sureste), lo que eleva el número total de satélites que forman parte de su red Starlink a poco menos de 180.
Pero esa cifra podría algún día llegar a 42,000, resultando en cielos mucho más concurridos, lo que ha generado preocupación entre los astrónomos de que algún día esos aparatos puedan amenazar nuestra visión del cosmos.
Actualmente hay alrededor de 2,100 satélites activos en órbita alrededor de nuestro planeta, según la Asociación de la Industria de Satélites.
El lanzamiento es transmitido en vivo por SpaceX, una compañía creada por el magnate Elon Musk, quien también es director ejecutivo de Tesla, el fabricante estadounidense de vehículos eléctricos.
El objetivo de SpaceX es controlar una gran parte del futuro mercado de internet desde el espacio. Varios rivales tienen la misma ambición, incluida la startup OneWeb con sede en Londres y el gigante minorista estadounidense Amazon, cuyo Proyecto Kuiper está mucho menos avanzado.
Musk espera eventualmente controlar entre el tres y el cinco por ciento del mercado global de internet: un plan valorado en 30.000 millones de dólares al año, o 10 veces lo que SpaceX está ganando con sus lanzamientos espaciales, y reinvertir las ganancias en el desarrollo de cohetes y naves espaciales.
El jefe de SpaceX tiene un sueño de mucho tiempo de colonizar Marte.
Preocupaciones de astrónomos
Su compañía con sede en California hasta ahora ha recibido la autorización de Estados Unidos para lanzar 12,000 satélites en varias órbitas diferentes, y ha solicitado el lanzamiento de hasta 30,000 más.
SpaceX dice que su constelación satelital estará operativa para Canadá y el norte de Estados Unidos hacia el próximo año.
Los astrónomos dicen que la proliferación de satélites metálicos brillantes podría degradar seriamente la vista nocturna, interfiriendo con la astronomía óptica y la radioastronomía.
Pero SpaceX argumenta que ha tomado medidas para reducir la reflectividad de los satélites, y está probando un tratamiento de oscurecimiento experimental en la carcasa de uno de ellos.
Laura Forczyk, analista espacial, dijo que aún es incierto si esas medidas serán efectivas.
“SpaceX aún no ha aliviado a los astrónomos preocupados por la reflectividad de sus satélites Starlink”, dijo a la AFP.
“La verdadera prueba será los días posteriores al lanzamiento cuando los pequeños satélites estén juntos y en una altitud más baja antes de ascenso a su órbita final. Los astrónomos y observadores de estrellas podrán comparar el brillo de este lote actual de pequeños satélites con las versiones anteriores”, indicó.
Otra crítica a los cielos más abarrotados es que dará lugar a colisiones costosas entre satélites, lo que podría crear miles de piezas de basura espacial nueva.
SpaceX sostiene que también tiene un plan para eso: sus satélites Starlink se despliegan a una altitud de 290 kilómetros y luego activan sus propulsores iónicos para alcanzar una órbita de 550 kilómetros.