La canciller alemana se rió del presidente estadounidense Donald Trump después de que éste comentó que tiene sangre alemana, en el marco de la propuesta de un viaje futuro a Alemania.
Trump hizo el comentario en una reunión con la líder alemana, quien levantó las cejas e hizo un gesto burlón ante el linaje alemán.
Aun cuando ambos nunca han tenido una relación especialmente cálida, Trump llenó a la canciller de elogios durante su reunión en la conferencia del G7 que se celebra en Biarritz, Francia, este fin de semana, según reportó Deutsche Welle.
Merkel’s reaction is priceless pic.twitter.com/025ztd39de
— Marcel Dirsus (@marceldirsus) August 26, 2019
Trump dijo que Merkel —quien ya no es la líder del partido y planea retirarse de la vida política cuando su cuarto periodo termine en 2021— es una “mujer brillante” y “entiende exactamente dónde está todo, lo sabe antes que la mayoría de la gente”.
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Merkel ha descartado públicamente permanecer en la política después de haber estado más de 15 años en el cargo, pero Trump sugirió que la canciller podría sorprender a los observadores y seguir por aquí “por mucho tiempo”.
Un reportero le preguntó a Merkel si había invitado a Trump a una vista bilateral a Alemania, a lo que la canciller dijo que lo había hecho “en ocasiones anteriores”.
Trump aún no ha hecho una visita diplomática completa a la potencia económica más grande de Europa, aunque ha visitado Reino Unido y Francia dos veces.
Trump añadió: “Estaremos allí… estamos muy honrados por la invitación —y eso es cierto— y estaremos allí. Tal vez pronto”. Luego, declaró: “Tengo sangre alemana”.
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El presidente a menudo ha presumido su linaje europeo con anterioridad, aun cuando hasta la década de 1980 él afirmaba que su abuelo provenía de Suecia en vez de Alemania. Según The Telegraph, esto habría sido motivado por un deseo de ocultar los vínculos alemanes de la familia después de la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto.
Desde entonces, Trump abraza la idea de su linaje europeo y afirma falsamente que su padre, Fred, había nacido en “un lugar muy maravilloso” en Alemania, cuando realmente nació en el Bronx.
Los ancestros del presidente eran del poblado de Kallstadt en el oeste de Alemania. Su abuelo Friedrich —luego Frederick— fue a Estados Unidos en 1885 e hizo su fortuna durante la fiebre del oro del Yukón en Alaska. Se volvió rico al establecer una serie de hoteles que también atendían como burdeles.
Friedrich trató de regresar a Alemania como un hombre rico, pero se le negó la residencia porque no había completado el servicio militar. En consecuencia, regresó a Estados Unidos y se estableció en Nueva York.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek