Las personas con autismo tienen una consciencia de sí mismos diferente en comparación con aquellos sin el trastorno, según creen los científicos. La discapacidad de desarrollo, que afecta a uno de cada 59 niños en Estados Unidos, se caracteriza por problemas de comunicación, emocionales y de habilidades sociales.
La causa es desconocida, y el tratamiento por lo general ayuda a los individuos a aprender habilidades como caminar o comunicarse, dependiendo de sus necesidades.
Los autores del estudio nuevo piensan que los cerebros de las personas con autismo procesan las señales de sus cuerpos de manera diferente a los “individuos neurotípicos”, el término que se usa para describir a quienes tienen el trastorno.
Para su estudio, un equipo de científicos reclutó a 51 adultos: 22 quienes tenían autismo y 29 que no lo padecían. Las personas participaron en una ilusión de una experiencia extracorpórea, en la que usaron un casco y se les mostró una vista de una visión virtual de su cuerpo.
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Se sometieron a pruebas de percepción, incluido el ser acariciados en y fuera de sincronía con toques a su cuerpo virtual. Después de cada prueba, los participantes cerraron sus ojos y fueron guiados gradualmente hacia atrás 1.5 metros, antes de moverse de vuelta a su sitio original.
La Dra. Jane Aspell, autora principal del estudio y alta profesora numeraria de neurociencia cognitiva en la Universidad Anglia Ruskin, dijo a Newsweek que al equipo le sorprendió que la ilusión no funcionó en las personas con autismo.
“Esperábamos que fuera más débil pero no ausente”, dijo ella sobre la investigación publicada en la revista Autism. “El autismo desde hace mucho ha sido descrito como un ‘trastorno de la consciencia de sí mismo’ a causa de las diferencias en cómo algunas personas con autismo usan pronombres personales y sus dificultades para acceder a recuerdos personales y ser conscientes de sí mismos emocionalmente”, dijo Aspell.
“Este el primer estudio en mostrar que las diferencias en la consciencia de sí mismos también está presente a un nivel más fundamental: el nivel de la consciencia corporal de sí mismos. Nuestra consciencia corporal de nosotros mismos es sorprendentemente fácil de manipular y de perturbar mediante engañar al cerebro con información en conflicto sobre el cuerpo, en este caso mediante usar realidad virtual basada en video”, explicó ella.
Esto se debe a que el cerebro computa de manera constante lo que es y no es uno mismo, dónde radica la frontera entre uno y alguien más, comentó ella.
“En la gente con autismo, esta ilusión no tuvo efecto. La frontera entre uno mismo y el mundo exterior no es la piel: hay una ‘burbuja protectora’ alrededor del cuerpo llamada espacio peripersonal.
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“Medimos el tamaño de este, y hallamos que es más pequeño en las personas con autismo y la frontera entre uno mismo y alguien más es más marcada. Esta inflexibilidad en la consciencia corporal de uno mismo y la frontera más marcada entre uno y alguien más podría explicar algunas de las dificultades sociales que tiene la gente con autismo; tal vez son menos capaces de hacer ‘conexiones’ entre la consciencia de sí mismos y otros porque su ser está más ‘fijo’.”
Aspell espera que la investigación inspire a otros científicos a investigar si el espacio peripersonal puede ser modificado en las personas con autismo, de forma similar a como puede hacerse con la gente neurotípica. Esto podría ayudar a las personas con autismo a empatizar con otros, dijo ella.
El profesor Bhismadev Chakrabarti, director de investigación del Centro para el Autismo en la Universidad de Reading y quien no estuvo involucrado en el estudio, dijo a Newsweek: “El estudio confirma lo que hemos sospechado desde hace tiempo, en cuanto a que la flexibilidad de las representaciones de uno mismo podrían ser atípicas en el autismo.
“Habíamos observado previamente efectos similares con representaciones de la voz propia, y es emocionante notar que está surgiendo una imagen similar en la modalidad visual también. Los informes tradicionales del autismo se han enfocado en la representación atípica del ‘otro’ (por ejemplo, dificultad para interpretar las emociones de otros). El trabajo reciente, como este, está afinando la cuestión, mediante analizar sistemáticamente las fronteras entre la consciencia de sí mismo y otros”.
Sin embargo, Chakrabarti señaló que la prueba donde los participantes caminaban hacia atrás “requiere de un control motriz significativo”.
“Dado que los individuos con autismo a menudo tienen atipicidades de control motriz, no está claro si la falta de diferencia observada entre las dos condiciones experimentales es motivada por un efecto de suelo debido a dichas atipicidades de control motriz”. Él argumentó que esto pudo haberse tomado en cuenta en los experimentos.
Él concluyó: “Esto es una investigación fundamental en explorar la frontera entre uno mismo y alguien más y su flexibilidad. Sería prematuro pensar que esto lleve a tratamientos en el futuro cercano”.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek