En los actuales tiempos que vive el país, caracterizados sobre todo por contar con un nuevo gobierno, es sumamente importante tener una visión del futuro construida a partir del compromiso del régimen y de la unión de la banca mexicana, afirma Salvador Arroyo Rodríguez, consejero delegado de CIBanco.
Esta visión, aclara, debe incluir una concepción de la misma banca, así como de sus clientes, ya sean ahorradores o demandantes de crédito: “Requerimos estar viendo qué va a pasar en el futuro. Tratar de tomar acciones al respecto siempre será muy importante”.
En este sentido, expresa que los indicadores que se deben considerar para crear una visión del futuro deben ser lo justo y lo factible. “Como país tenemos una enorme deuda con los más necesitados, con los más pobres. Tenemos que buscar algo justo, pero que sea factible. No podemos solo pensar en grandes proyectos si ellos mismos no tienen factibilidad”, apunta.
Y agrega que ahí radica la importancia de trabajar en conjunto con el gobierno y con las distintas instancias para buscar el crecimiento económico, la diversificación en los ingresos y que todos tengan las mismas oportunidades.
Arroyo Rodríguez expone al respecto: “Todos tenemos que trabajar juntos. No es que el gobierno federal o los estatales o municipales estén buscando algo en particular, sino que deben trabajar de una manera coordinada, lo mismo la banca y otros sectores productivos del país, así como los sectores productivos, la clase trabajadora, la política, la propia Iglesia, la sociedad civil en general. Tenemos que trabajar unidos, no podemos seguir de manera aislada”.
A ese respecto, considera que la banca como intermediaria del dinero tiene que cuidar a sus depositantes y, a la vez, ser responsable en el análisis y la evaluación que hace del crédito, pero también lo tiene que otorgar.
“De nada sirve que la banca reciba dinero de los depositantes si no lo canaliza a los que lo necesitan”, añade. Y quienes lo necesitan “pueden ser desde el propio gobierno hasta las grandes empresas, las pymes y las personas de los distintos estratos sociales”.
Por ello, lo que debe procurarse es que ese crédito circule, “y que fluya en las mejores condiciones de riesgo y de mercado para los que lo necesitan”, señala el directivo de CIBanco.
En otro orden de ideas, opina que hoy en día la banca mexicana en general mantiene un estado de salud vigoroso y que se halla dispuesta a seguir otorgando créditos a quien lo requiera:
“Creo que la banca en México está debidamente capitalizada. Es una banca responsable que ha tomado las acciones necesarias para lograr su estabilidad. Sin embargo, uno de los grandes retos que tenemos es buscar una regulación en estándares internacionales, pero diferenciado entre las distintas entidades.
“No es el mismo riesgo el que tienen los bancos globales que los que tienen los bancos locales —continúa—, y un asunto que tenemos pendiente y que ayudaría mucho al fomento del crédito es la seguridad jurídica. Con esta me refiero a la efectividad en el ejercicio de las garantías, a la certeza en el otorgamiento de los préstamos, porque eso abarataría indiscutiblemente el otorgamiento de los créditos”.
Para finalizar, Salvador Arroyo expresa que el mensaje para el gobierno de México que recientemente cumplió cien días es que considere a la banca para impulsar el desarrollo y crecimiento del país.
“El aviso es que aquí tiene a un sector capitalizado, responsable y que quiere trabajar con el gobierno de manera conjunta en los grandes retos que tiene el país —concluye—. La banca no debe de verse como un clan, sino como un coadyuvante en el desarrollo nacional. En la economía aquí está, está el crédito, hay una banca responsable, tenemos que enfrentarnos a eso”.