Algunos niños tienen mayores probabilidades de contraer repetidamente un tipo de infección en la garganta llamada faringitis estreptocócica.
Esto es debido a una combinación de su configuración genética y la forma en que la bacteria manipula su sistema inmune.
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Algunos niños tienen mayores probabilidades de contraer repetidamente un tipo de infección en la garganta llamada faringitis estreptocócica.
Esto, de acuerdo con varios investigadores que esperan que una vacuna para esta enfermedad esté en el horizonte.
Como lo saben demasiado bien quienes sufren repetidamente este padecimiento, la faringitis estreptocócica provoca fiebre, inflamación dolorosa de las amígdalas, las cuales pueden enrojecer y llenarse de pus, además de inflamación de los ganglios linfáticos del cuello.
A diferencia de otras infecciones de la garganta, ésta no provoca tos. Aunque muchas de esas infecciones son causadas por virus, la faringitis estreptocócica es provocada por la bacteria Streptococcus A.
Cada año, se diagnostican hasta 600 millones de casos de faringitis estreptocócica, señalan los autores.
Los ataques repetidos pueden hacer que los niños no asistan a la escuela y usen antibióticos una y otra vez, lo que puede hacer que esos medicamentos resulten cada vez menos efectivos.
En algunos casos, los brotes son tan graves que es necesario extirparles las amígdalas.
Si bien tales procedimientos tienen un alto índice de éxito, toda intervención quirúrgica conlleva riesgos, afirman los autores, quienes señalan que es un misterio por qué algunos niños desarrollan una inmunidad a esa enfermedad, pero otros no.
El Dr. Shane Crotty, autor del estudio y catedrático del Instituto de Inmunología de La Jolla (LJI, por sus siglas en inglés) declaró a Newsweek: “La amigdalitis recurrente parece relacionarse con una susceptibilidad genética, que a su vez se relaciona con ciertas funciones del sistema inmune, y el estreptococo ataca directamente a las células del sistema inmune en una forma que impide ejercer una acción inmunológica adecuada en algunos niños”.
Crotty explicó a Newsweek que las amígdalas son una parte importante del sistema inmune debido a que atrapan a las bacterias y virus antes de que puedan infectar al cuerpo. Sin embargo, paradójicamente, también proporcionan las condiciones perfectas para que los estreptococos del grupo A se desarrollen.
Los investigadores analizaron las amígdalas de 65 niños de entre 5 y 18 años de edad del área de San Diego, a quienes se les habían extirpado esos órganos. Cerca de 26 de ellos habían sufrido faringitis estreptocócica recurrente (12 veces en promedio), mientras que 39 requirieron la operación por motivos no relacionados, como apnea del sueño.
Los investigadores descubrieron que las bacterias producen factores virulentos, o moléculas que les ayudan a sobrevivir en un hospedero, los cuales modifican la respuesta inmunológica de las amígdalas, declaró Crotty a Newsweek.
Como consecuencia, puede convertir a las “células T auxiliares”, que generan anticuerpos para evitar las infecciones, en “células T asesinas”, que pueden diezmar la respuesta de los anticuerpos y la capacidad del sistema inmune del niño para neutralizar al estreptococo.
Esto podría explicar el hallazgo de que los centros germinales de algunos niños que presentan faringitis estreptocócica recurrente son más pequeños; dichos centros son las partes de los nodos linfáticos que desencadenan una respuesta inmunológica, explicó.
Se descubrió que los niños que sufrieron faringitis estreptocócica recurrente también tenían probabilidades de presentar antecedentes familiares de ese trastorno de las amígdalas.
Las pruebas realizadas en sus genes revelaron dos variantes genéticas que determinan la forma en que el sistema inmune procesa los virus y bacterias.
Sin embargo, Crotty reconoce que “Entre las limitaciones del estudio está el origen geográfico, pues solo se estudiaron las amígdalas de niños del área de San Diego. No obstante, esto nos permitió controlar las mismas cepas de estreptococos circulantes durante los años que duró el estudio”.
El investigador alentó a otros de sus colegas a replicar los resultados y a proporcionar más información sobre esta desagradable enfermedad.
Por desgracia, el estudio no proporciona mucha ayuda a corto plazo para las personas a quienes les preocupa que sus hijos puedan contraer faringitis estreptocócica, o aquellas personas que enfrentan los que parecen ser ataques implacables de la bacteria.
“Si usted tiene síntomas de amigdalitis y/o faringitis estreptocócica recurrente, acuda con su pediatra para que le practique un cultivo y/o una prueba rápida para detectar el estreptococo”, señaló.
“Sin embargo, [el estudio] podría llevar al desarrollo de pruebas diagnósticas en el futuro, o al desarrollo de una vacuna”.
El estudio fue publicado en la revista Science Translational Medicine.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek