La corteza exterior de la Tierra, es decir, la capa sólida sobre la que caminamos, está hecha de piezas quebradas, muy parecidas al cascarón de un huevo roto. Estas piezas, conocidas como placas tectónicas, se mueven por todo el planeta a una velocidad de varios centímetros por año. De vez en cuando, se juntan y se combinan para formar un supercontinente, que permanece durante varios cientos de millones de años antes de separarse. Entonces, las placas se dispersan o se esparcen y se alejan entre sí, hasta que, finalmente, después de otros 400 a 600 millones de años, se vuelven a unir.
Pangea, el último supercontinente, se formó hace unos 310 millones de años, y comenzó a separarse hace alrededor de 180 millones de años. Se ha sugerido que el próximo supercontinente se formará en 200 a 250 millones de años, por lo que, en la actualidad, estamos aproximadamente a la mitad de la fase de separación del ciclo actual del supercontinente. La pregunta es: ¿cómo se formará el próximo supercontinente y por qué?
Existen cuatro escenarios fundamentales para la formación del próximo supercontinente: Novopangea, Pangea Última, Áurica y Amasia. La manera en que cada uno de ellos se forme depende de distintos escenarios, pero finalmente, todos ellos se relacionan con la forma en que Pangea se separó, y la manera en que los continentes del mundo continúan moviéndose en la actualidad.
La separación de Pangea dio pie a la formación del Océano Atlántico, que sigue abriéndose y ensanchándose actualmente. En consecuencia, el Océano Pacífico está cerrándose y estrechándose. El Pacífico alberga una cadena de zonas de subducción a lo largo de sus bordes (el llamado “Cinturón de Fuego”), donde el fondo del océano se subduce, es decir, se proyecta por debajo de las placas continentales y hacia el interior de la Tierra. Ahí, el viejo fondo oceánico se recicla y puede introducirse en fumarolas volcánicas. En contraste, el Océano Atlántico posee un enorme arrecife oceánico que produce una nueva plataforma oceánica, pero solo aloja dos zonas de subducción: el Arco de las Antillas Menores en el Caribe, y el Arco de las Antillas Australes entre América del Sur y la Antártida.
1. Novopangea
Si suponemos que las condiciones actuales persisten, de manera que el Atlántico siga abriéndose y el Pacífico continúe cerrándose, tenemos un escenario en el que el próximo supercontinente se formaría en las antípodas de Pangea. El Continente Americano chocaría contra la Antártida, que se dirigiría hacia el norte, y luego, contra la ya colisionada zona de África-Eurasia. El supercontinente que se formaría ha sido llamado Novopangea, o Novopangaea.
2. Pangea Última
Sin embargo, la apertura del Atlántico podría disminuir su velocidad y comenzar a cerrarse en el futuro. Los dos pequeños arcos de subducción en el Atlántico podrían diseminarse a lo largo de la costa este del Continente Americano, produciendo una reformación de Pangea cuando el Continente Americano, Europa y África vuelvan a unirse en un supercontinente llamado Pangea Última. Este nuevo supercontinente estaría rodeado por un Superocéano Pacífico.
3. Áurica
Sin embargo, si el Atlántico desarrollara nuevas zonas de subducción, algo que ya podría estar ocurriendo, el Pacífico y el Atlántico podrían estar condenados a cerrarse. Esto significa que tiene que formarse una nueva cuenca oceánica para reemplazarlos.
En esta situación, la falla geológica panasiática, que actualmente recorre Asia desde el oeste de India hasta el Ártico, se abriría para formar el nuevo océano. El resultado sería la formación del supercontinente Áurica. Debido al actual desplazamiento de Australia hacia el norte, ésta se encontrará en el centro del nuevo continente mientras el este de Asia y el Continente americano cierran el Pacífico por ambos lados. Las placas europea y africana volverán a unirse con el Continente Americano cuando el Atlántico se cierre.
4. Amasia
El cuarto escenario pronostica un destino completamente distinto para el futuro de la Tierra. Varias de las placas tectónicas se mueven actualmente hacia el norte, entre ellas, África y Australia. Se piensa que este desplazamiento es provocado por anomalías dejadas por Pangea en lo más profundo de la Tierra, la parte conocida como manto. Debido a este desplazamiento hacia el norte, es posible visualizar un escenario en el que los continentes, con la excepción de la Antártida, continúen desplazándose hacia el norte. Esto significa que terminarán reuniéndose alrededor del Polo Norte en un supercontinente llamado Amasia. En este escenario, el Atlántico y el Pacífico seguirán abiertos en su mayor parte.
Creemos que, de estos cuatro escenarios, Novopangea es el más probable. Se trata de una progresión lógica de la dirección del desplazamiento actual de las placas continentales, mientras que los otros tres suponen la intervención de otro proceso. Tendrían que producirse nuevas zonas de subducción en el Atlántico para Áurica, la reversión de la apertura del Atlántico para Pangea Última, o anomalías en el interior de la Tierra dejadas por Pangea para la formación de Amasia.
Investigar las futuras fuerzas tectónicas de la Tierra nos obliga a ampliar los límites de nuestro conocimiento, y a pensar en los procesos que dan forma a nuestro planeta en escalas de tiempo muy prolongadas. También nos lleva a pensar sobre el sistema de la Tierra en conjunto, y plantea una serie de preguntas: ¿cuál sería el clima del próximo supercontinente? ¿Cómo se ajustaría la circulación oceánica? ¿Cómo evolucionaría y se adaptaría la vida? Este es el tipo de preguntas que amplían los límites de la ciencia, ya que amplían los límites de nuestra imaginación.
Mattias Green es profesor adjunto de Oceanografía Física de la Universidad de Bangor, en el Reino Unido; Hannah Sophia Davies es investigadora de licenciatura de la Universidad de Lisboa, y Joao C. Duarte es investigador y coordinador del Grupo de Geología Marina y Geofísica de la Universidad de Lisboa, Portugal.
Este artículo está reproducido de The Conversation con autorización de Creative Commons.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek