La historia de la vida en la tierra está marcada por periodos cíclicos de explosiones de evolución. Pero, hasta hace poco, los mecanismos detrás de estos estallidos de biodiversidad eran en gran medida desconocidos.
Ahora, investigadores descubrieron que estas floraciones biológicas podrían generarse a partir del movimiento de las placas tectónicas de la tierra durante ciclos de 36 millones de años.
Al analizar el registro fósil y los datos geológicos, el equipo global pudo descifrar vínculos claros entre los cambios en la composición biológica de la tierra y el movimiento tectónico cíclico. Los resultados de este análisis se publicaron en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences el pasado 10 de julio.
“En términos de tectónica, el ciclo de 36 millones de años marca alteraciones entre la expansión más rápida y más lenta del fondo marino, lo que lleva a cambios cíclicos de profundidad en las cuencas oceánicas y en la transferencia tectónica de agua hacia las profundidades de la tierra”, dijo en un comunicado el coautor Dietmar Müller, de la Escuela de Geociencias de la Universidad de Sydney.
“Esto, a su vez, ha provocado fluctuaciones en la inundación y la aridez de los continentes, con periodos de extensos mares de poca profundidad que fomentan la biodiversidad”, añadió Müller.
En otras palabras, estos ciclos geológicos provocan cambios en el nivel del mar que, a su vez, alteran la composición de los ecosistemas marinos. Los entornos que resultan de estos cambios ofrecen oportunidades para que surjan nuevas especies y exploten estos nuevos hábitats. Mientras tanto, otras especies pueden extinguirse a medida que se pierden sus antiguos hábitats.
MECANISMOS QUE FOMENTAN LA EVOLUCIÓN DE LA TIERRA
“Los ciclos tienen una duración de 36 millones de años debido a patrones regulares en la forma en que las placas tectónicas se reciclan en el manto de convección, la parte móvil de la tierra profunda, similar a una sopa caliente y espesa en una olla, que se mueve lentamente”, dijo Müller.
Para demostrar cómo el cambio del nivel del mar puede afectar drásticamente los paisajes ecológicos, Müller señaló la Formación Winton de Australia, una región de roca sedimentaria en el centro-oeste de Queensland, que representa una de las fuentes más ricas de fósiles de dinosaurios en cualquier lugar de Australia. También es de una época en que la mayor parte del continente estaba bajo el agua, hace unos 100 millones de años.
“La Formación Winton del Cretácico es un testimonio del profundo impacto de estos cambios en el nivel del mar, ya que captura una imagen instantánea de una época en la que el paisaje de Australia se transformó y criaturas fascinantes vagaban por la tierra”, aseguró Müller.
Este estudio proporciona nuevos conocimientos sobre los mecanismos que fomentan la evolución de las especies en la tierra, mostrando cómo la ecología y la geología coexisten, y explica de alguna manera los patrones evolutivos que se destacan en el registro de fósiles. N
(Publicado en cooperación con Newsweek. Published in cooperation with Newsweek)