Algunas personas utilizan dispositivos de estimulación eléctrica transcraneal para aumentar su creatividad, aun si la supervisión de un médico.
Investigadores de la Universidad de Georgetown estudiaron el uso doméstico de estos dispositivos y lo que ello podría significar para el futuro de la tecnología. Publicado el martes en la revista Creativity Research Journal, en el estudio se explica que podrían haber problemas con el uso doméstico de los dispositivos, especialmente en los niños.
La estimulación eléctrica transcraneal o EET consiste en enviar al cerebro una corriente eléctrica de bajo voltaje, de manera constante o alternada, mediante electrodos colocados en el cuero cabelludo, de acuerdo con un estudio realizado en 2017 y publicado en la revista Cell Biology. Presuntamente, esta corriente interactúa con el procesamiento neural, sincroniza las redes cerebrales y modifica la plasticidad del cerebro. Debido a esto, el uso de esta tecnología podría cambiar la conducta y dar tratamiento a varias enfermedades.
“Se trata de una tecnología relativamente nueva, pero que genera cada vez más interés y cuya popularidad y uso van en aumento”, declaró a Newsweek James Giordano, catedrático del departamento de neurología y bioquímica y jefe del programa de estudios neuroéticos del Centro Médico de la Universidad de Georgetown. Giordano es el autor principal del estudio. “En este momento, este método se utiliza en ciertas aplicaciones clínicas, como el tratamiento de los trastornos de ansiedad y por déficit de atención. También se usa para lograr un reacondicionamiento neurológico después de un ataque de apoplejía, así como para tratar ciertas formas de depresión y algunas formas de dolor crónico”. El desempeño en tareas específicas también puede mejorarse con la EET.
En el pasado, Giordano realizó investigaciones para determinar si la tecnología podía ayudar a incrementar la creatividad, y descubrió que podía hacerlo. Si bien la creatividad es difícil de medir, los científicos pudieron utilizar la obtención de imágenes neurológicas para identificar un aumento en la actividad cerebral. Sin embargo, los modelos que están dirigidos directamente al consumidor y que pueden ser adquiridos en línea, incluso en Amazon, no tienen los mismos niveles de voltaje que los modelos que usaría un médico con un paciente, o que Giordano utilizaría en el laboratorio.
“La estimulación eléctrica transcraneal es muy segura en todas las dosis de aplicación que se utilizan característicamente en la práctica clínica”, señaló Giordano. “Pero se puede volver problemática si esos dispositivos son mal utilizados. No se usan adecuadamente si se modifican para modificar la simetría de la dosis”.
Giordano advierte que esos dispositivos no deben usarse cerca del agua, como en la bañera o en la ducha, ni utilizarse durante períodos largos, como durante el sueño. Algunas personas han utilizado más de un dispositivo a la vez en el mercado de productos directos para el consumidor, y hay personas que han construido sus propios dispositivos en forma incorrecta y, como resultado, han sufrido quemaduras eléctricas.
El uso de estos dispositivos en niños, cuyo cerebro aún está en desarrollo, es lo que más preocupa a Giordano. Explicó que, en el caso de los niños, los dispositivos solo deben utilizarse bajo la supervisión de un médico. “Los padres tienen buenas intenciones, pero pienso que, con mucha frecuencia, las buenas intenciones caen víctimas de algo que podríamos llamar mentalidad de microondas”, afirma Giordano. “Esto no va a producir resultados inmediatos, ni los reconoceremos como algo en lo que más es mejor. En este caso en particular, un poquito es muy bueno, y más no será necesariamente mejor”.