¿Por qué algunas personas son más ricas que otras? La capacidad para posponer la gratificación instantánea podría ser uno de los factores más importantes, señala una investigación.
Un equipo de la Universidad de Temple descubrió que el empleo, así como los logros educativos alcanzados, fueron los factores que pronosticaron con mayor precisión cuánto dinero ganaría una persona. Sin embargo, les sorprendió descubrir que posponer la gratificación era un factor predictivo aún más importante que otros elementos conocidos por influir en el poder de generar ingresos, como la edad, el origen racial, el origen étnico y la estatura.
El equipo investigó un concepto conocido como gratificación aplazada, es decir, la forma en que una persona pondera los beneficios de recibir una gratificación a corto o a largo plazo. La famosa prueba de los malvaviscos es una exploración, frecuentemente mencionada, de este rasgo. En el estudio original, realizado en 1990 en la Universidad de Stanford, se entregó un malvavisco a varios niños y se les dijo que podían comérselo de inmediato o esperar a que uno de los investigadores volviera y les diera otro malvavisco, obteniendo dos en total.
En un estudio de seguimiento, los niños que esperaron el segundo malvavisco en lugar de comerse el primero, parecieron tener un mejor desempeño en la escuela y estaban mejor ajustados en general. El estudio se interpretó ampliamente como una muestra de que tenemos rasgos de personalidad inherentes e inalterables, como una mayor fuerza de voluntad. Sin embargo, Walter Mischel, el autor del estudio y psicólogo de Stanford, aclaró posteriormente que el objetivo era demostrar que la gratificación podría ser enseñada, y que no era posible pasar por alto las ramificaciones sociales y psicológicas cuando se habla de las oportunidades de vida de una persona.
En el nuevo estudio, publicado en la revista Frontiers in Psychology, se utilizó aprendizaje máquina para clasificar las variables que pudieran influir en el poder de una persona para generar ingresos. Los investigadores usaron tres algoritmos para trazar un mapa de la relación entre los ingresos, la edad, el género, la estatura, el origen racial, la ubicación geográfica, la educación, la ocupación y la capacidad para posponer la gratificación en más de 2,500 personas que participaron en el estudio.
Para medir su capacidad de posponer la gratificación, se pidió a los 2,564 participantes que hicieran una prueba en línea. Se les pidió que eligieran entre recibir 500 dólares de inmediato, o esperar más tiempo para recibir 1,000 dólares, con cinco intervalos diferentes de espera: un día, una semana, un mes, seis meses y un año.
Los autores conjeturaron que existe una relación entre un mayor nivel de ingresos y la gratificación aplazada, aunque dicha relación no es causal, y puede resumirse en “una consecuencia de la correlación entre una mayor capacidad de posponer la gratificación y otras decisiones de vida no deseables”, como el abuso de drogas. Por fortuna, los autores señalan que, en su opinión, este rasgo puede ser enseñado.
“Si quieres que tus hijos crezcan y obtengan un buen salario, considera la posibilidad de inculcarles la importancia de omitir las recompensas pequeñas e inmediatas en favor de gratificaciones más grandes para las que deben esperar”, explicó en una declaración el Dr. William Hampton, que trabajaba en la Universidad de Temple, pero actualmente está en la Universidad de Gallen en Suiza. “Probablemente, es más fácil decirlo que hacerlo, ya que muy pocas personas disfrutan la espera de manera natural, pero nuestros resultados indican que las personas que desarrollan la capacidad de posponer la gratificación tienen muchas probabilidades de invertir en sus propias posibilidades de obtener ingresos”.
Además, los autores destacaron que el aprendizaje maquina ofreció resultados más precisos, debido a que mitiga los errores de las formas tradicionales de analizar datos numéricos.
Después de la ocupación y de la educación, el código postal de una persona y su género, fueron los factores más importantes entre los varones con un mayor ingreso promedio. A continuación se encontró la gratificación aplazada, seguida por la edad, el origen racial, el origen étnico y la estatura.
Hampton explicó: “Existen todo tipo de cosas que pronostican el nivel de ingresos.
“Sabemos que esta variable conductual, es decir, la gratificación aplazada, también fue un factor predictivo, pero teníamos verdadera curiosidad por saber cómo se comparaba con otros factores predictivos más de sentido común, como la educación y la edad.
“Al utilizar el aprendizaje máquina, nuestro estudio fue el primero en crear una serie validada de categorías ordenadas en relación con la edad, la ocupación, la educación, la ubicación geográfica, el género, el origen racial, el origen étnico, la estatura, la edad y la gratificación aplazada para pronosticar el nivel de ingresos”.
Los autores reconocen que el alcance de sus hallazgos estuvo limitado por el hecho de que los participantes fueron elegidos deliberadamente entre personas que viven en Estados Unidos, y distintos países podrían mostrar patrones diferentes.
“Me encantaría ver que este estudio sea replicado en otra cultura. También estaría muy interesado en estudios futuros cuyo objetivo sea disminuir la gratificación aplazada”, dice Hampton. “Existe una gran polémica sobre si la gratificación aplazada es un rasgo estable o si es maleable; la realización de estudios longitudinales podría contribuir a poner fin a ese debate”.
Eugenio Proto, catedrático de economía de la Universidad de Bristol en el Reino Unido, no participó en el estudio pero realizó una investigación similar en la que se indica que las personas inteligentes son más exitosas.
En relación con la nueva investigación, el catedrático declaró a Newsweek: “Las personas más pacientes tienen una mayor habilidad cognitiva, por lo que, en este sentido, sus hallazgos coinciden con los nuestros. Esto se debe, probablemente, al hecho de que esas personas son más controladas debido a que tienen una mayor inteligencia emocional.
“Las personas más controladas tienen una menor tendencia a asumir malas conductas, como dicen los investigadores, pero [dichas personas] también podrían ser más propensas a realizar inversiones que den mayores beneficios a largo plazo y, como enfatizamos en nuestra investigación, podrían cooperar en forma más eficiente con otras personas, especialmente si las interacciones se repiten”.
La Dra. Angela Carter, de la Facultad de Administración de la Universidad de Sheffield, en el Reino Unido, quien tampoco trabajó en el estudio, calificó a este último como “interesante”, pero señaló que está limitado por el hecho de que la muestra fue relativamente pequeña y proveniente de un solo país.
“Me gustaría ver que este estudio se reproduzca en otro lugar antes emocionarme por los hallazgos”, dijo, afirmando que los resultados sobre la gratificación aplazada no son inesperados, dados los principales factores predictivos.
Este artículo fue actualizado con los comentarios del Profesor Eugenio Proto y de la Dra. Angela Carter.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek