Desde que las investigaciones han resaltado el peligro de lesiones cerebrales que corren los jugadores de fútbol americano, las compañías tecnológicas de todo Estados Unidos han estado ideando soluciones innovadoras para reducir los daños.
Ante la proximidad de la temporada de fútbol, es muy posible que algunos jugadores se pregunten qué pueden hacer para protegerse de colisiones en el campo que los pondrían en riesgo de desarrollar la encefalopatía traumática crónica (ETC), un trastorno neurológico devastador que se ha asociado con el fútbol americano.
Un equipo de ingenieros y neurocientíficos de Vicis, compañía de Seattle, Washington, ha desarrollado un casco con una capa exterior termoplástica blanda que, al momento del impacto, se comprime igual que el parachoques de un auto, lo cual suaviza y distribuye la fuerza de la colisión. En el interior del casco hay una capa de columnas flexibles que amortiguan aún más cualquier golpe contra la cabeza. The Seattle Times informó que el fabricante está abrumado con los pedidos para esta temporada.
Shawn Springs, ex defensa lateral de la NFL, fundó en Virginia una compañía llamada Windpact, donde han desarrollado un relleno para cascos que actúa como las bolsas de aire (airbags) de los autos. Aunque la tecnología se inspiró en la noticia sobre la lesión cerebral que afecta a los jugadores de fútbol americano, The Military Times reveló que el Ejército pretende utilizar los mismos cascos para proteger a los soldados.
Athlete Intelligence, otra compañía de artículos deportivos, también sita en el estado de Washington, acaba de lanzar un dispositivo que se coloca dentro de los cascos y es capaz de detectar la fuerza G, la gravedad y la localización del impacto. Su nombre es Cue Sport Sensor y permite que los entrenadores vigilen a sus jugadores usando una app para el celular. De esa manera, pueden evitar que los futbolistas sufran lesiones adicionales, y retirarlos del campo si reciben algún golpe en la cabeza.
El sitio Web de la empresa afirma que el dispositivo “rastrea e identifica a los atletas de alto riesgo, o a los que están sobreexpuestos a impactos y cargas de entrenamiento”.
Sin embargo, ningún dispositivo protegerá la cabeza de un impacto si el casco no ajusta bien, y es por eso que Vicis fabrica cascos en 300 combinaciones de tamaño. En su sitio Web, la compañía señala que sus cascos incorporan medidas como longitud y diámetro de la cabeza, a fin de determinar la “talla de casco óptima” para cada jugador.
Estas empresas tienen un objetivo común: brindar protección contra ETC, la enfermedad neurodegenerativa progresiva que se ha asociado con el daño cerebral causado por los golpes repetidos en la cabeza y el traumatismo craneoencefálico.
Con todo, no se ha establecido la incidencia de ETC en Estados Unidos, debido a que la mayor parte de las investigaciones solo ha estudiado poblaciones de atletas y militares. Además, hasta el momento, el diagnóstico definitivo solo puede establecerse durante la autopsia.
Los síntomas de ETC son muy variados. Algunos pacientes experimentan cambios de ánimo, y desarrollan problemas con la memoria y demás funciones cognitivas. Otros pueden presentar dificultades con la función motora, como manos temblorosas o marcha vacilante.
El año pasado, The Journal of the American Medical Association publicó un estudio que analizó los cerebros de 202 fallecidos que habían jugado fútbol americano. Los investigadores buscaron indicios de ETC en sus encéfalos y también entrevistaron a sus familiares para conocer las historias de los jugadores.
De esa manera, pudieron diagnosticar ETC en 87 por ciento de los casos. Más aun, de los 111 cerebros de jugadores NFL revisados en el estudio, 99 por ciento presentó el trastorno.
El Dr. Michael Stuart, codirector de medicina del deporte en la Clínica Mayo, dijo a BBC News que no hay una solución única para combatir esta enfermedad cerebral.
“Nunca habrá un cambio de reglamentos mágico, un casco mágico, ni un complemento dietético mágico que haga desaparecer los traumatismos craneoencefálicos”, insistió.
No obstante, agregó: “Tenemos esperanzas. De verdad creo que ha habido logros tremendos”.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek