Estados Unidos considera subir a 25% los aranceles a importaciones chinas por 200.000 millones de dólares mientras presiona a Pekín para que cambie sus prácticas comerciales, dijeron el miércoles funcionarios estadounidenses.
El Representante Comercial (USTR) Robert Lighthizer dijo que el presidente Donald Trump le pidió analizar el aumento arancelario hasta 25% desde el ya anunciado 10%.
“Hemos sido muy claros sobre los cambios específicos que China debería emprender. Lamentablemente, en vez de cambiar su dañina conducta, China aplica ilegalmente represalias contra los trabajadores, granjeros, hacendados y empresarios de Estados Unidos”, dijo Lighthizer.
Otros funcionarios desdeñaron versiones de que las medidas están pensadas para compensar la reciente depreciación de la moneda china, lo cual abarata las importaciones desde ese país.
El dólar, en cambio, se viene fortaleciendo desde abril mientras la Reserva Federal aumenta sus tasas de interés lo cual despierta la avidez de los inversores por el billete verde.
“Es importante que los países eviten devaluar sus monedas con el propósito de mejorar la competitividad” de sus exportaciones, dijo un funcionario. “Sin embargo, yo no llegaría a la conclusión de que el anuncio que hacemos hoy esté directamente vinculado a esas prácticas” con la moneda, añadió.
Pekín dijo que estará lista para responder. “El chantaje y la presión de Estados Unidos nunca funcionará en China”, afirmó el portavoz de la cancillería Geng Shuang en una rueda de prensa previa al comunicado de Lighthizer.
“Si Estados Unidos aplica medidas que lleven a una escalada de esta situación, seguramente tomaremos contramedidas para preservar nuestros legítimos derechos e intereses”, agregó.
– Batalla comercial –
Washington y Pekín están trenzados en una batalla comercial desde que Estados Unidos acusó a China de prácticas comerciales desleales y de robarle tecnología.
Trump amenazó con imponer tasas arancelarias a productos chinos por 500.000 millones de dólares, lo cual representa prácticamente todo lo que Estados Unidos importó desde el gigante asiático el año pasado.
Estados Unidos ya le impuso aranceles de 25% a importaciones de China equivalentes a 34.000 millones de dólares. Otros productos por unos 16.000 millones serán alcanzados por una medida igual en las próximas semanas.
El 10 de julio Washington reveló una lista de productos chinos que totalizan 200.000 millones de dolares a los que les impondría aranceles de hasta 10%. Subirle ahora los aranceles hasta 25% encarecería mucho a esos productos. Entre los productos afectados se cuentan artículos de cuero, mariscos y maquinaria eléctrica.
“Obviamente daremos la chance a la gente de comentar los sustanciales efectos de una carga de 25% contra otra de 10%”, dijeron altos funcionarios a periodistas.
El período de comentarios sobre la propuesta, lo cual incluye audiencias públicas sobre las tarifas que debían comenzar a fines de este mes, sería extendido a setiembre, dijeron los funcionarios.
Empresarios y hasta miembros del partido Republicano de Trump expresaron su indignación por no haber conseguido que el presidenta diera su brazo a torcer en su política comercial.
El Senado estadounidenses aprobó la semana pasada una ley que si es promulgada reduciría las barreras aduaneras a cientos de productos chinos.
Jake Colvin, vicepresidente del Consejo Nacional de Comercio Exterior, dijo a la AFP que Washington podría quedar arrinconado.
“Es difícil ver que esta acción tienda a resolver una crisis que es crecientemente comercial”, afirmó.
La administración Trump cree que el volumen de las importaciones estadounidenses y la buena salud económica del país, le dan a Washington una ventaja en la confrontación.
Empero, Fred Bergsten, del Instituto Peterson de Economía Internacional, dijo que China podría soportar más que Washington los golpes.
“Ellos pueden expandir sus estímulos, el gasto fiscal, los préstamos bancarios”, dijo. “Pueden así compensar mucho más que nosotros”, añadió en la cadena CNBC.
Y Bergsten advirtió que la economía de Estados Unidos probablemente enlentezca su crecimiento por lo que una guerra comercial probablemente solo empeoraría las cosas.
(Con información de AFP).