Científicos desactivaron el comportamiento agresivo en ratones durante semanas aprovechándose del poder de un grupo poco entendido de células cerebrales.
En un nuevo estudio, que arroja luz sobre las posibles causa biológicas de la agresión, los científicos manipularon neuronas en el cerebro de ratones de laboratorio. Específicamente, los investigadores del Karolinska Institutet en Suecia investigaron el papel de un conjunto de neuronas en el núcleo premamilar ventral (PMv) del hipotálamo.
Los ratones generalmente recurren a la agresión como una forma de afirmar su dominio en lugar de causar daño, por lo que los científicos probaron su hipótesis utilizando la llamada prueba de tubo. Esto implica colocar a dos ratones uno contra el otro en un corredor estrecho, con el fin de documentar sus respuestas en esta situación socialmente tensa.
El estudio, publicado en la revista Nature Neuroscience, mostró que cuando los ratones machos fueron confrontados con un nuevo macho en su jaula, los animales respondieron agresivamente y registraron actividad en las neuronas PMv.
Utilizando una técnica en la que neuronas se encienden y apagan usando la luz láser o LED, llamada optogenética, los investigadores también pudieron desencadenar un comportamiento agresivo en ratones en escenarios en los que solían estar tranquilos.
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A su vez, pudieron detener el ataque medio de un ratón apagando la luz. Además, cuando un macho generalmente sumiso se enfrentaba con uno dominante, el bloqueo de las células PMv invertía su estado. Además de la agresión, las neuronas PMv parecieron estar asociadas con otras partes del cerebro, la que está vinculada con las recompensas.
“Uno de los hallazgos más sorprendentes de nuestro estudio fue que el cambio de roles que conseguimos mediante la manipulación de la actividad de las PMv durante un encuentro duró hasta dos semanas”, dijo Christian Broberger, profesor asociado del Departamento de Neurociencia, Karolinska Institutet, en un comunicado.
El coautor del estudio Stefanos Stagkourakis, estudiante de doctorado en el departamento de neurociencia del Karolinska Institutet, agregó: “También descubrimos que la breve activación de las células PMv podría desencadenar un estallido prolongado, lo que podría explicar algo que todos reconocemos: cómo después de un la disputa ha terminado, la sensación de antagonismo puede persistir durante mucho tiempo”.
Aunque el estudio se llevó a cabo en ratones, que son marcadamente diferentes a otros mamíferos, el equipo espera que la investigación adicional pueda revelar si las neuronas PMv juegan un papel similar en la agresión humana.
“El comportamiento agresivo y la violencia causan lesiones y traumas mentales duraderos para muchas personas, con costosas consecuencias estructurales y económicas para la sociedad”, dijo Broberger, y agregó: “nuestro estudio agrega conocimiento biológico fundamental sobre sus orígenes”.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek