Corea del Norte afirmó este jueves haber desmantelado por completo su centro de ensayos nucleares de Punggye-ri, una acción presentada por el régimen como un gesto de buena voluntad antes de una posible cumbre con Estados Unidos.
“El Instituto de Armas Nucleares de la RPDC (República Popular Democrática de Corea) organizó una ceremonia para desmantelar completamente el sitio de ensayos nucleares del norte el 24 de mayo, para garantizar la transparencia del fin de los ensayos nucleares”, indicó el instituto en un comunicado en inglés y difundido por la agencia norcoreana KCNA.
“El desmantelamiento del sitio de pruebas nucleares se llevó a cabo de tal manera que todos los túneles del sitio colapsaran por una explosión y sellar así las entradas de los mismos, y al mismo tiempo estallaran algunas construcciones y puestos de observación del lugar”, agrega el comunicado.
El instituto añadió que dos de los túneles que se adentran en la montaña eran, antes de su destrucción, “utilizados para ensayar poderosas explosiones nucleares subterráneas en cualquier momento”.
No se detectaron fugas radiactivas en el sitio durante las operaciones, indicó el comunicado.
Las autoridades de Corea del Sur reaccionaron indicando que esperaban “que sea utilizado para que avance la total desnuclearización”, dijo a periodistas Noh Kyu-duk, portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores surcoreano.
‘Una enorme explosión’
Periodistas extranjeros habían sido invitados por el régimen norcoreano a presenciar el operativo.
“Hubo una enorme explosión, se podía sentir el polvo y el calor. Fue sumamente fuerte”, declaró Tom Cheshire, periodista de la cadena Sky News que estuvo entre los invitados, según escribió el medio británico en su página web.
La agencia de noticias surcoreana Yonhap, que citó a un grupo de reporteros de Corea del Sur, dijo que se escucharon múltiples explosiones a lo largo del día, desde las 11:00 (hora local) hasta las 16:17.
Punggye-ri ha sido el escenario de los seis ensayos nucleares de Corea del Norte, incluido el más reciente y más potente en septiembre del año pasado, que Pyongyang dijo que se trató de una bomba H. El sitio fue sepultado en la montaña en el que fue desarrollado en la provincia Hamgyong del Norte, cerca de la frontera con China.
Los expertos están divididos en cuanto a sobre si esta demolición volverá este sitio realmente inutilizable. Los escépticos dicen que la instalación ya ha sobrevivido a seis pruebas nucleares exitosas y afirman que puede reconstruirse rápidamente si fuera necesario.
Corea del Norte no invitó a observadores independientes del exterior.
Pero otros analistas sostienen que el hecho de que Corea del Norte acordó destruir la instalación sin condiciones previas ni pedir algo a cambio a Washington, sugiere que el régimen está comprometido en serio en este giro.
Interrogantes sobre la cumbre
El presidente estadounidense Donald Trump tiene previsto reunirse el 12 de junio en Singapur con el máximo líder norcoreano, Kim Jong Un, con el objetivo de avanzar hacia una solución a la espinosa cuestión del programa nuclear norcoreano.
Pero la euforia que suscitó el notable sosiego de las tensiones en la península desde principios de año y la perspectiva de este apretón de manos histórico dio paso a la duda en los últimos días, con Washington y Pyongyang cayendo de nuevo en la retórica amenazadora.
La última estocada hasta la fecha la dio el jueves la viceministra de Relaciones Exteriores norcoreana, Cheo Son Hui, que criticó unas declaraciones de Mike Pence del pasado lunes, cuando dijo en una entrevista con la cadena Fox News que “para Kim Jong Un, sería un grave error pensar que podrá jugársela a Donald Trump”.
El vicepresidente estadounidense también declaró que Corea del Norte podría terminar como la Libia de Muamar Gadafi, abatido durante el levantamiento de su país tras haber renunciado a la arma atómica, “si Kim Jong Un no llega a un acuerdo” con Washington sobre la desnuclearización.
“No puedo esconder mi sorpresa ante tales comentarios idiotas y estúpidos por boca del vicepresidente estadounidense”, afirmó la viceministra Cheo Son Hui en una declaración publicada por la agencia oficial KCNA.
‘Negociación o confrontación’
“No le mendigaremos a Estados Unidos para que haya un diálogo, ni nos preocuparemos en convencerlos si no quieren sentarse con nosotros”, añadió la responsable, precisando que le recomendaría a Kim que anule la cumbre si Estados Unidos persiste “en actos ilegales e insultantes”.
La semana pasada, Pyongyang ya amenazó con renunciar a la cumbre a raíz de los comentarios del asesor estadounidense para la seguridad nacional, John Bolton, que comparó a Corea del Norte con Libia.
“La cuestión de saber si nos veremos con Estados Unidos sen la mesa de negociaciones o en una confrontación nuclear depende enteramente de la decisión y del comportamiento de Estados Unidos”, declaró Cheo.
Trump ha invertido mucho, desde un punto de vista político, en esta cumbre. Y en privado, la mayor parte de los responsables estadounidenses, así como los observadores exteriores, parecen convencidos de que la reunión se llevará a cabo.
El miércoles, fuentes de la Casa Blanca informaron que un grupo de asesores iba camino a Singapur para contactos con negociadores norcoreanos.
Aún así, las señales que llegan desde ambos países son contradictorias.