La lucha de las mujeres en el cine parece imparable, la revolución femenina en Hollywood ha escalado desde el #MeToo. Es hora de un cambio, dicen, ya no están dispuestas a recibir salarios menores a los de sus pares masculinos y también buscan erradicar códigos de vestimenta que les parecen absurdos.
El festival de Cannes ha sido el escenario para evidenciar las desigualdades a las que se enfrentan las mujeres en el ámbito del espectáculo. El pasado sábado una imagen quedó para el recuerdo, en una protesta simbólica, 82 actrices llenaron las escaleras donde suelen posar en la alfombra roja para denunciar la discriminación por sexo existente en el certamen francés.
Cate Blanchett, Marion Cotillard, Salma Hayek y decenas de otras mujeres de la industria exigieron “igualdad salarial”, en una protesta histórica durante el mayor festival del mundo.
“Desafiamos a nuestros gobiernos y a los poderes públicos a aplicar las leyes sobre igualdad salarial”, dijeron en nombre de todas ellas Blanchett y la cineasta francesa Agnès Varda, en la primera edición del certamen tras el escándalo Weinstein.
Las cineastas, actrices y productoras desfilaron agarradas por el brazo hasta la escalinata. Se pararon a la mitad de las escaleras para mostrar que todavía tienen barrado el paso a la cima, pero dejaron claro que eso ya no puede seguir siendo así.
“Vamos a escalar”
“Las escaleras de nuestra industria deben ser accesibles a todos. Vamos a escalar”, dijo Blanchett, presidenta del jurado en esta edición.
Además de su demanda de ser tan valoradas como los hombres profesionalmente, reclamaron un “espacio seguro de trabajo”.
82 es el número de mujeres seleccionadas en competición por la Palma de Oro, desde la primera edición del Festival en 1946, frente a 1,688 hombres.
Blanchett recordó que solo dos mujeres ganaron una Palma de Oro en Cannes frente a 71 hombres: la neozelandesa Jane Campion (ex aequo) en 1993 por “El Piano” y Varda, que se alzó con una honorífica.
Estas cifras son “elocuentes e irrefutables”, dijo la actriz australiana, figura destacada de la fundación contra el acoso sexual Time’s Up.
Lucha por la paridad
La protesta surgió efecto, este lunes los organizadores del Festival de Cannes y sus secciones paralelas firmaronuna declaración a favor de la paridad entre hombres y mujeres, con el objetivo de que ésta sea suscrita también por otras muestras de cine en el mundo.
El certamen se comprometió entre otras cosas a que la lista de miembros de los comités de selección y programadores sea “transparente”, y abogó por establecer un calendario para “transformar las instancias dirigentes de los festivales para lograr la paridad perfecta”.
La declaración no impone en cambio cuotas en los jurados o entre los filmes seleccionados.
¿Un código absurdo?
Kristen Stewart fue vista quitándose los zapatos mientras caminaba por la alfombra roja en el certamen francés de este año. Algunos creen que lo hizo para tomar una posición contra del código de vestimenta del festival, lo que ha causado controversia en el pasado por supuestamente dictar que todas las invitadas usan tacones.
El año pasado, Stewart expresó su oposición a las expectativas de que las mujeres deben vestirse de una manera específica cuando se les preguntó sobre los códigos de vestimenta para hombres y mujeres.
#KristenStewart taking off her heels on the #Cannes2018 red carpet is the Monday vibe. That’s all. We applaud you. pic.twitter.com/odmFrdVsdJ
— The Hunt (@thehunt) 14 de mayo de 2018
“Definitivamente hay un código de vestimenta distinto, la gente se enoja mucho contigo si no usas tacones o algo así”, le dijo a The Hollywood Reporter.
La actriz, que participa en el panel del jurado de competición de este año en Cannes junto a personajes como Cate Blanchett y Ava DuVernay, fue elogiada por su decisión de ir descalza en la alfombra roja.
En 2015, el festival se enfrentó a una controversia después de que se revelara que un grupo de mujeres habían sido rechazadas de una proyección de la película Carol por optar por ponerse zapatos planos.
De acuerdo con Screen Daily, algunas de las mujeres, que tenían más de 50 años, tenían problemas médicos, lo que significaba que no podían usar tacones cómodamente.
(Con información de AFP)