Decenas de celebridades caminaron por la alfombra roja en la Gala Met 2018 en el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York. Con su tema de “Cuerpos celestiales: la moda y la imaginación católica”, algunas estrellas parecían absolutamente sublimes, mientras que otras se encontraban en el límite de lo demoníaco.
Cada año la gala se inspira en una exposición paralela en el Met, y este año el tema escogido fue la relación entre la moda y el imaginario católico. El Instituto de Vestuario sabía que podrían enfrentar una reacción violenta por su tema, pero la Met Gala siempre tiene el potencial de ser provocativa: este es el punto.
La gala, que se celebra el primer lunes de mayo de cada año, está abierta solo a invitados que pagan 30,000 dólares cada uno -o 275,000 por una mesa entera- y su meta es recaudar fondos para el Costume Institute, el espacio del Met dedicado a la moda.
Hubo vestidos con pedrería bordada como vitrales, mitras papales, halos angelicales y coronas virginales en las cabezas, alas de ángel -como las de dos metros que la cantante Katy Perry llevó sobre su minivestido dorado de Versace-, vestidos-armaduras a la Juana de Arco como el de la modelo Zendaya, mucho blanco, negro, dorado y púrpura cardenal. Y cruces por doquier, claro.
“Cada show que hacemos en el Costume Institute tiene ese potencial”, dijo Andrew Bolton, el curador a cargo, al New York Times en noviembre. “Este quizás más que cualquier otro. Pero la atención se centra en una hipótesis compartida acerca de lo que llamamos la imaginación católica y la forma en que ha involucrado a artistas y diseñadores y ha dado forma a su enfoque de la creatividad, a diferencia de cualquier tipo de teología o sociología. La belleza a menudo ha sido un puente entre creyentes e incrédulos “.
“Sabemos que podría ser controvertido para los católicos de derecha o conservadores y para los católicos liberales”, agregó Bolton. “Siempre habrá televidentes que quieran reducirlo a una polémica política”.
“Es importante tener ideas que reflejen los intereses contemporáneos”, dijo Bolton al Times.
Los copresidentes de este año fueron la directora artística de Condé Nast Anna Wintour, la abogada de derechos humanos Amal Clooney, la diseñadora Donatella Versace y la controvertida cantante Rihanna.
Madonna, la exrebelde de 59 años entró de la mano de Jean-Paul Gaultier y llevaba el pelo en dos trenzas, con una corona de cruces, espléndida en una de sus creaciones, un gran vestido negro con transparencias que formaban una cruz en su torso, con un ramo de rosas totalmente negras y un velo calado sobre el rostro.
Rihanna, que siempre arriesga en la Met Gala, escogió un minivestido plateado y una capa haciendo juego, totalmente cubiertos de bordados y pedrerías de Maison Margiela Artisanal por John Galliano, con una mitra papal y cruz al cuello.
La cantante Jennifer López, que con su novio Alex “A-Rod” Rodríguez se han convertido en la pareja de moda, vistió un ajustado vestido Balmain con piedras bordadas y plumas y con un crucifijo de mosaicos gigantesco en el frente.
Sarah Jessica Parker, la protagonista de la legendaria serie “Sex and the City”, dejó a todos boquiabiertos con un barroco vestido Dolce & Gabbana de brocado dorado con corazones rojos, una larga cola digna de un altar y una enorme mitra como tocado que algunos compararon con una jaula de pájaros.
No todos están conformes con la nueva exposición del Costume Institute del Met, “Cuerpos celestiales: La moda y el imaginario católico” que se abre al público este jueves. Un pequeño grupo de católicos conservadores protestaron este lunes cerca de la entrada al museo, cantando el Ave María.
Pero en la alfombra roja, todos derrochaban sonrisas y se mostraban en sus mejores galas, como para ir a una extravagante misa dominical. El rapero 2 Chainz aprovechó la ocasión para arrodillarse en las escaleras del Met y pedir matrimonio a su pareja Kesha Ward.
(Con información de Newsweek y AFP)