Con “Blockers”, Kay Cannon se une al club más pequeño de Hollywood: directoras de películas con clasificación R.
Kay Cannon estaba de vacaciones en Maine cuando le ofrecieron un nuevo trabajo: dirigir “Blockers”, una película con clasificación R [menores de 17 años acompañados de un adulto] sobre unos progenitores que tratan de impedir que sus hijas tengan sexo. Sería su debut como directora después de una década ininterrumpida de escribir guiones, los cuales incluyeron tres películas “Ritmo perfecto”; colaboraciones consecutivas para “30 Rock” y “New Girl”; y la breve serie Netflix “Girlboss”. Cannon juró a su marido y a sus padres que no trabajaría durante sus primeras vacaciones familiares en seis años, de modo que leyó todo el guion en el celular, cuando todos dormían.
Le pareció tan gracioso como algunas de sus comedias favoritas que rompen los esquemas. “Jamás olvidaré mi primera experiencia cuando vi ‘American Pie’ en un teatro de Kansas, donde se habían agotado las localidades”, dice Cannon, a quien no le gusta la frase “comedia obscena” porque desacredita al género. “Todos reían a carcajadas y salieron muy contentos de la sala. ¿No es esa la intención?”.
Si dirigía “Blockers”, añadiría su nombre a una lista, muy corta, de mujeres que han llevado las riendas de comedias de clasificación R: Lucia Aniello, con “Hasta que el cuerpo aguante” (2017); Jamie Babbitt, con “But I’m a Cheerleader” (2000), Tamra Davies, con “Half Baked” (1998); y Amy Heckerling, con “Picardías estudiantiles” (1982). Cannon decidió aceptar el trabajo, a pesar de las numerosas complicaciones; sobre todo, respecto de los personajes de las adolescentes. “En esencia, eran intercambiables”, explica.
Empezó por actualizar el guion, para lo cual trabajó en estrecho contacto con Seth Rogen y Evan Goldberg, los productores de “Súper cool”, “Este es el fin” y “La fiesta de las salchichas”. “Son fabulosos para escribir sobre amistades masculinas”, asegura Cannon, pero no tienen la menor idea del tipo de bromas o situaciones que pueden derivar en mordaces enfrentamientos feministas.
Las estrellas de “Blockers” -John Cena, Leslie Mann e Ike Barinholtz- interpretan a unos progenitores que descubren que sus hijas han hecho un “pacto sexual” para perder la virginidad tras el baile de graduación de la preparatoria. “Tuvimos una conversación muy seria sobre el consentimiento”, informa Cannon. “Les dije que, antes que alguna de las chicas tomara un sorbo de alcohol, tenía que manifestar su intención de tener relaciones sexuales aquella noche. [Algunos de los productores masculinos] objetaron con cosas como ‘Bueno, no. Pueden estar celebrando…’. Y yo respondí, ‘¡No! La chica tiene que decirlo antes de tomar un sorbo. Tan pronto como haya bebido, deja de ser consentimiento. Debemos ser muy claros’. Eso les abrió los ojos. Los hombres no se preocupan por las cosas que nosotras tomamos en cuenta”.
Cannon también tuvo que señalar los dobles estándares -“anticuados, pero muy reales”- que siguen enfrentando las jóvenes en lo tocante al sexo; temas que decidió abordar en el guion. Uno de ellos es el parlamento favorito de Cannon, que dirige la hija de ficción a Cena, ya que no entiende la protección obsesiva de su padre: “¿Por qué es malo el sexo?”, cuestiona. Cannon recibió la indicación de omitir el parlamento, pero se negó. “Les dije: ‘No, esto es muy importante para mí’. Es una pregunta que las jóvenes hacen a sus progenitores: ¿Por qué les enloquece y aterra la idea de que tenga sexo?”.
Con una hija de cuatro años, Cannon puede entender los dos lados del problema. “Soy una madre progresista, y mi hija tomará decisiones propias. No obstante, si Jax -de “Vanderpump Rules”- empezara a salir con ella, me volvería loca”.
Cannon era entrenadora de pista en la Universidad Lewis de Romeoville, Illinois, cuando empezó a hacer improvisaciones en el ambiente de comedias de Chicago. Allí conoció a Jason Sudeikis y a la larga, se casaron; cuando él consiguió empleo en “Saturday Night Live”, se mudaron a Nueva York. Poco después, Tina Fey leyó un guion de especificaciones inconcluso que Cannon escribió para un episodio de “The Office”, y la contrataron como escritora para “30 Rock” (Cannon y Sudeikis se separaron en 2010; hoy está casada con el autor de comedia Eben Russell).
“Todo se lo debo a Tina. Aprendí a confiar en mis instintos al observarla confiar en los suyos”, afirma Cannon, quien después trabajó en “New Girl” con Liz Meriwether. “No sé qué opine Liz de lo que voy a decir, pero ¡es sucia! Llega a eso -tanto como le sea posible- por un programa de Fox”.
Para las creadoras, pasar de la televisión al cine es como salir del oasis al desierto. En 2018, Cannon es en una de las tres mujeres que dirigen películas para estudios, junto con Ava DuVernay (“Un viaje en el tiempo”) y Jennifer Yuh Nelson (“The Darkest Minds”). Eso representa apenas 3.3 por ciento de la producción de los seis estudios más importantes de Hollywood. Cannon pensó que 2015 sería el punto de inflexión para las mujeres. “Tuvimos ‘Spy[: una espía despistada]’, ‘Ritmo perfecto 2’, ‘Trainwreck’, ‘Dos locas en fuga’, ‘Mad Max’. Rompimos récords con ‘Ritmo perfecto 2’, y la directora fue Elizabeth Banks. Pensarías que eso se traduciría en listas cada vez más largas, más oportunidades para las señoras. Pero ¡las cifras cayeron!”.
Cannon ha observado un incremento en el interés de los estudios desde inicios de año (“Desde que Frances McDormand mencionó a los “inclusion riders” en los premios de la Academia, afirma). No obstante, en términos de empleo real, las ofertas responden a la taquilla, y eso aplica doblemente a las mujeres. Si bien es dudoso que “Blockers” pase a la historia, como hicieron “Deadpool” o “¿Qué pasó ayer?” (aún la más comedia de clasificación R más taquillera de todos los tiempos), no hay que subestimar a un público marginado. “Impera la idea de que este género no es gracioso para las mujeres”, comenta Cannon, “pero las mujeres ríen de las mismas cosas que los hombres. Ingerir alcohol por el recto me parece hilarante”.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation whit Newsweek