Ha llegado esa época del año en que muchos empiezan a quitarse la ropa invernal (y cualquier peso adicional que hayan adquirido durante la temporada de fríos). Sin embargo, tratándose de dietas, pareciera que todos quieren averiguar lo mismo: cuál es el método más fácil y rápido para adelgazar.
El ayuno intermitente y la cetogénica -las dietas más populares del momento- han sido proclamadas milagros para la pérdida de peso, con individuos que aseguran haber perdido más de 23 kilos con cualquiera de esos programas. Las dos dietas funcionan induciendo cetosis, estado en que el organismo quema grasa para perder peso.
“Hay muchas maneras de producir cetosis”, informó a Newsweek el Dr. Jeffry Gerber, coautor de Eat Rich, Live Long.
Gerber, quien también es un médico especializado en pérdida de peso (bariatra), explicó que la dieta cetogénica, el ayuno intermitente y la reducción en la ingesta de calorías son las estrategias principales para hacer que el cuerpo queme grasa.
En esencia, la dieta cetogénica es un régimen bajo en carbohidratos, rico en grasas y moderado en proteínas. Gerber señala que la mayoría de los seguidores de este método consumen menos de 40 gramos de carbohidratos al día, aunque algunos estudios han demostrado que se obtienen mejores resultados con una ingesta diaria inferior a 20 gramos de carbohidratos. Entre tanto, la ingestión de proteínas suele ser de, aproximadamente, medio gramo por medio kilogramo de peso corporal.
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Quienes no pueden renunciar a los carbohidratos tienden a inclinarse por el ayuno intermitente que, en resumidas cuentas, consiste en dejar de comer durante periodos breves. Si bien hay diversas formas de ayunar, muchos prefieren comer solo dentro de un lapso de ocho horas. Por ejemplo, de las 12 hasta las 8 p.m.; es decir, omiten el desayuno.
Al pedirle que eligiera el mejor método para perder peso, Gerber dijo que no creía que una dieta superara a la otra.
“De ninguna manera compiten entre sí”, respondió. Por el contrario, considera que es muy fácil seguir los dos regímenes.
“Para mí, el mayor éxito se obtiene iniciando con una dieta cetogénica y después, cuando no tienes apetito, omites naturalmente algunas comidas”.
Gerber agregó que diversos estudios han demostrado que la cetosis puede beneficiar a los diabéticos, pues ayuda a mantener estables los niveles sanguíneos de glucosa.
No obstante, Janelle Walter, nutricionista certificada de la Universidad de Baylor, no aprueba estos métodos para perder peso.
“No son dietas saludables”, informó a Newsweek en un correo electrónico. “Causan deshidratación, pueden dañar el hígado y los riñones, y no aportan carbohidratos al cerebro ni a los órganos internos. Es como si te mataras de hambre, porque hay muy pocos carbohidratos”.
Walter considera que el ayuno es aceptable si se practica a corto plazo. “El ayuno es lo mismo que matarte de hambre, y no considero que privarte de comida sea una buena conducta de adaptación, a menos que no tengas alimentos que consumir”.
Si se trata de perder peso, Walter sugiere observar los principios más básicos: consumir gran cantidad de verduras, pequeñas porciones de carnes, frutas, algunos lácteos y carbohidratos complejos.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek