Corría el año de 1951 cuando Oliver Brown, que vivía en Topeka, Kansas como cualquier padre, quiso inscribir a su hija de nueve años en una escuela cercana a la casa de la familia; pero su solicitud, igual que la de decenas de sus vecinos fue rechazada. El motivo: su color de piel.
La Summer School, era una escuela reservada para blancos y la pequeña Linda Brown, la hija de Oliver, fue obligada a acudir a una escuela para afroestadounidenses, mucho más lejos. En ese momento, la mayoría de los estados del sur tenían la posibilidad de separar a los alumnos blancos de los negros.
El padre de Linda interpuso una demanda colectiva contra la ley de Kansas que autorizaba a las ciudades con más de 15,000 habitantes a establecer escuelas separadas. Acompañado por la Asociación Nacional para el Progreso de las Personas de Color conocida por sus siglas en inglés (NAACP) emprendió un largo proceso legal conocido como Brown vs Junta de Educación que desafió a la segregación racial en las escuelas públicas de Estados Unidos.
El caso concluyó en una de las victorias más emblemáticas en los EE. UU. convirtiéndose también en un hito en el movimiento por los derechos civiles: el 17 de mayo de 1954, el Tribunal Supremo decidió unánimemente que esta segregación escolar era contraria a la Constitución y de esta forma Linda Brown logró acudir a la escuela hasta ese momento, exclusiva para blancos.
“Concluimos que, en el campo de la educación pública, la doctrina de ‘separados pero iguales’ no tiene cabida. Las instalaciones educativas separadas son intrínsecamente desiguales”, se lee en la decisión unánime del Presidente del Tribunal Supremo.
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La familia Brown marcó la historia. Después de concluir su escuela, Linda se convirtió en maestra y dio también clases de piano mientras trabajaba con su hermana en la Fundación Brown, creada en 1988 para continuar la lucha contra la discriminación y la segregación racial.
El caso por sí solo no cambió la realidad sobre el terreno lo suficiente, y Brown se continuó la lucha 25 años después cuando se convirtió en una de las ocho madres que exigió que el caso se reabriera con el argumento de que las escuelas de Topeka seguían segregadas. El caso se alargaría durante años, pero finalmente trajo el final de las escuelas segregadas en Topeka en 1993.
Solo un año antes, el presidente George H. W. Bush firmó el Acta Nacional de Sitio Histórico de la Junta de Educación Brown de 1992, designando a la Escuela Primaria Monroe como un parque nacional. El sitio sería inaugurado por su hijo, el presidente George W. Bush en 2004.
Después de 64 años de la icónica victoria, Linda Brown falleció este fin de semana a los 76 años.
La muerte de Brown fue confirmada por su hermana Cheryl Brown Henderson a The Topeka Capital-Journal, una publicación con sede en Kansas.
“Ella es un ejemplo de cómo los estudiantes comunes han estado a la vanguardia de la escena para transformar este país”, escribió el lunes en un comunicado anunciando su muerte Sherrilyn Ifill, una funcionaria de la National Association for the Advancement of Colored People (NAACP).
“Linda Brown forma parte de esos jóvenes heroicos que, junto con su familia, lucharon valientemente para poner fin al último símbolo de la supremacía blanca: la segregación racial en las escuelas públicas”, dijo la dirigente de la organización, fundada en 1909 para defender la causa de los negros.
“No fue fácil para ella ni para su familia, pero su sacrificio rompió barreras”, agregó.
“El fallo Brown convirtió a Estados Unidos en un rayo de esperanza para el resto del mundo, nos enseñó que a través de la ley podríamos terminar con un sistema de castas opresivo y apoyado en la raza”, dijo el lunes la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU).
“Hoy rendimos homenaje a Linda Brown y a todas las luchas que aún tenemos que ganar”, agregó la organización.
La Capilla Funeraria Peaceful Rest de Topeka, que se ocupa del arreglo funerario, confirmó que Brown murió el domingo por la tarde, informó Associated Press, pero no se divulgó ninguna causa de muerte.
El gobernador de Kansas, Jeff Colyer, elogió la vida de Brown como un ejemplo de lo que el activismo comunitario puede lograr. Escribió en una declaración: “Hace 64 años, una joven de Topeka presentó un caso que terminó con la segregación en las escuelas públicas de América. La vida de Linda Brown nos recuerda que a veces las personas más improbables pueden tener un impacto increíble y que al servir a nuestra comunidad realmente puede cambiar el mundo”.
“In the field of public education the doctrine of ‘separate but equal’ has no place.” Thank you to Linda Brown for what you stood up for, and the impact it had on this nation. Rest In Peace. pic.twitter.com/GCCslWTQHi
— Tim Cook (@tim_cook) 27 de marzo de 2018
Los homenajes a Brown y su legado se han vertido en las redes sociales. “Gracias a Linda Brown por lo que defendió, y el impacto que tuvo en esta nación Rest In Peace“, escribió el CEO de Apple, Tim Cook.
Linda Brown’s passing is a reminder that our youth have always been our future. Her courage at such a young age to stand up to segregated schools forever changed the fight for our civil rights. I am sending my condolences to the Brown family, along with our entire nation. pic.twitter.com/75Nt0Z6hLn
— Kamala Harris (@KamalaHarris) 27 de marzo de 2018
“La muerte de Linda Brown es un recordatorio de que nuestros jóvenes siempre han sido nuestro futuro. Su coraje a tan temprana edad para enfrentarse a las escuelas segregadas cambió para siempre la lucha por nuestros derechos civiles. Le envío mis condolencias a la familia Brown, junto con toda nuestra nación”, escribió la senadora Kamala Harris de California.
(Con información de Sofia Lotto Persio/ Newsweek)