
EL PRESIDENTE DONALD TRUMP, acompañado por su esposa Melania, llegó este miércoles 17 de septiembre al castillo de Windsor, donde lo recibieron los reyes de Inglaterra y los príncipes de Gales en el primer día de su visita de Estado a Reino Unido. Sin embargo, más allá de su arribo, lo que acaparó la atención fue cuando activistas proyectaron imágenes del mandatario estadounidense y del delincuente sexual convicto Jeffrey Epstein sobre una de las torres del castillo.
De acuerdo con la cadena DW, el grupo británico Led by Donkeys (“Dirigidos por burros”, en español), conocido por exigir responsabilidades políticas a través de campañas humorísticas, difundió durante varios minutos un montaje de video sobre una torre de la residencia real situada al oeste de Londres.
Entre las imágenes destacaron la foto policial de Trump tomada en uno de sus procesos judiciales, retratos de Epstein —fallecido en prisión en 2019 antes de su juicio por explotación sexual—, además de una escena que mostraba a ambos bailando juntos y recortes de periódicos.
Tras el incidente, la policía local anunció en un comunicado la detención de cuatro personas sospechosas de “comunicaciones maliciosas”. “Nos tomamos muy en serio cualquier actividad no autorizada en los alrededores del castillo de Windsor”, declaró Felicity Parker, responsable de la policía del valle del Támesis, citada en el documento.
Según un reportaje del New York Times, Epstein y Trump mantuvieron una amistad pública durante casi 15 años. En ese tiempo compartieron suntuosas cenas en la mansión del primero en el Upper East Side y fiestas estridentes con animadoras y modelos en Mar-a-Lago, el club privado y residencia de Trump en Florida.
Uno de los episodios más notorios se relaciona con una joven que más tarde declaró haber sido víctima de abuso sexual y engaño pederasta por parte de Epstein, quien la introdujo en su “mundo” mientras ella trabajaba como asistente en un spa de Mar-a-Lago. Otra acusadora recordó que Trump presenció un breve encuentro en la oficina de Epstein y que él, al referirse a ella, le comentó: “Ella no es para ti”.
El tema también alcanzó la agenda política del Reino Unido. Esta semana el primer ministro británico, Keir Starmer, destituyó a su embajador en Washington, Peter Mandelson, después de que se revelaran los estrechos vínculos que mantenía con Epstein.
Trump, el único presidente estadounidense en realizar una segunda visita oficial a Reino Unido, aterrizó alrededor de las 12:15 horas a bordo del helicóptero Marine One. En un primer encuentro de esta visita, el rey Carlos III elogió el “compromiso personal” del mandatario republicano para poner fin a los conflictos en el mundo.
“Nuestros países trabajan juntos para apoyar los esfuerzos diplomáticos cruciales, en particular, señor presidente, su compromiso personal para encontrar soluciones a algunos de los conflictos más insolubles del mundo, con el fin de garantizar la paz”, declaró el monarca durante una cena de Estado en el castillo de Windsor.
Además, Carlos y Camila ofrecieron como presente a Trump la bandera británica que ondeaba sobre el Palacio de Buckingham el día de su investidura, el 20 de enero. Por su parte, Trump y Melania les regalaron una réplica de una espada del presidente estadounidense Dwight D. Eisenhower, que recuerda a “la asociación histórica decisiva para ganar la Segunda Guerra Mundial”, según un comunicado de Buckingham.
Mientras esto ocurría tras el recinto, miles de personas se manifestaron en el centro de Londres contra Trump, cuya visita durará tres días. La concentración, organizada a instancias del grupo “Stop Trump”, estuvo vigilada por más de 1,600 miembros de las fuerzas de seguridad, indicó la policía de Londres.
Algunas de las pancartas de los congregados rezaban lemas como “Los migrantes son bienvenidos, Trump no es bienvenido”, “No al racismo, no a Trump” y “Bombardear niños en Gaza y festejar en Reino Unido”. N