
UNA NUEVA INVESTIGACIÓN ALERTA QUE LOS HUMANOS ESTÁN IMPULSANDO EXTINCIONES A UNA ESCALA NO VISTA DESDE HACE 66 MILLONES DE AÑOS, cuando un asteroide acabó con los dinosaurios.
Científicos de la Universidad de York advierten que, si las tasas actuales de desaparición de especies continúan, el planeta podría alcanzar el umbral de una extinción masiva, un fenómeno que solo ha ocurrido cinco veces en la historia de la Tierra.
Según el Museo de Historia Natural de Londres, una extinción masiva se define como la pérdida de al menos el 75% de las especies del planeta en un periodo inferior a 2.8 millones de años, un lapso corto en términos geológicos.
El estudio revisó décadas de investigaciones sobre cambio ambiental, registros fósiles y análisis de biodiversidad moderna. Los resultados muestran que el impacto humano en la vida del planeta se remonta al menos a 130,000 años, cuando comenzaron a desaparecer especies como los mamuts y los perezosos gigantes, coincidiendo con la expansión del ser humano por el mundo.
En tiempos más recientes, el tigre de Tasmania, el dodo y la vaca marina de Steller son apenas algunos ejemplos icónicos de especies extinguidas por la actividad humana.
“El ritmo de cambio que estamos viendo hoy no tiene precedentes en los últimos 66 millones de años”, explicó el ecólogo Jack Hatfield, autor principal del estudio.
Sin embargo, subrayó que “aún no es demasiado tarde”.
“Es una historia compleja y con matices —agregó—, pero el mensaje es claro: nuestra especie se ha convertido en una fuerza definitoria en la historia de la Tierra, y todavía tenemos el poder de decidir cómo termina esta historia.”
La Tierra ha vivido cinco grandes eventos de extinción. El más devastador ocurrió hace 252 millones de años, al final del período Pérmico, conocido como “la Gran Mortandad”. En aquel episodio desapareció el 81% de las especies marinas y el 70% de las terrestres, probablemente debido a erupciones volcánicas masivas en lo que hoy es Siberia.
El más famoso, sin embargo, fue el evento Cretácico-Paleógeno (K–Pg), hace 66 millones de años, cuando un asteroide impactó la península de Yucatán y acabó con cerca del 75% de las especies, incluidos los dinosaurios.
Hatfield y sus colegas comparan el ritmo actual con un episodio menor ocurrido hace unos 34 millones de años, conocido como la extinción del Eoceno–Oligoceno, causada por un enfriamiento global y la formación de hielos en la Antártida.
La gran diferencia es que aquella crisis se desarrolló durante millones de años, mientras que la actual ha sido impulsada en apenas 100,000 años de impacto humano.
“El Eoceno–Oligoceno nos muestra el poder de los grandes cambios climáticos para transformar la vida en el planeta”, advirtió Hatfield.
Aun con los vacíos del registro fósil y las extinciones que hoy pasan inadvertidas, los investigadores coinciden en un diagnóstico inquietante:
la Tierra está cambiando rápidamente, y casi todo ese cambio es obra humana. N