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‘En Buenos Aires, la guerra era un relato; en las islas, era cuestión de vida o muerte’: Eduardo Sacheri

Publicado el 6 de septiembre, 2025
‘En Buenos Aires, la guerra era un relato; en las islas, era cuestión de vida o muerte’: Eduardo Sacheri
Eduardo Alfredo Sacheri es un escritor, guionista, historiador y docente argentino.  (Silvana Flores)

EUFORIA, INQUIETUD Y DESOLACIÓN DEJÓ LA GUERRA DE LAS MALVINAS EN LA SOCIEDAD ARGENTINA DE 1982. Un conflicto armado que duró apenas 74 días y culminó con la victoria británica.

A más de cuatro décadas, aquel episodio sigue siendo incómodo: provoca silencios y desasosiego, pero al mismo tiempo se mantiene como un símbolo identitario capaz de unir a los argentinos con la misma fuerza que lo hace la selección de futbol. Eduardo Sacheri tenía 14 años cuando el país sudamericano atravesó ese arco emocional, hoy lo recuerda y retrata desde la ficción en su novela Demasiado lejos (Alfaguara, 2025).

¿Por qué ficción y no un ensayo histórico? preguntamos a Sacheri en entrevista con NW Noticias desde un hotel de la Ciudad de México.

—La primera te da un margen mayor de libertad para conversar con el lector o invitarlo a la reflexión. El conocimiento histórico es esencial, pero es más orgánico, riguroso, con otra pretensión de veracidad. La ficción es una invitación simplemente a meditar en un pasado incómodo. Las islas Malvinas para la Argentina son dos temas a la vez. Por un lado, un sueño, una demanda y un reclamo de poseer ese territorio. Hoy, 40 años después del conflicto, la sociedad argentina sigue plantada en esa reivindicación. Pero otro tema es la guerra de 1982, ocurrida bajo la dictadura militar y acompañada por un fervor popular. Lo de todo un pueblo acompañando fervorosamente una acción dictatorial es incómodo, y encima coronada con la derrota. Este conjunto de factores genera molestia.

“NO ME INTERESABAN LOS LÍDERES DE LA GUERRA”

En su obra, los protagonistas no son altos mandos ni líderes políticos, sino personas comunes: familias de combatientes, un mozo y cocinero de la Casa Rosada —sede del Poder Ejecutivo—, una secretaria de tercera clase del Ministerio de Relaciones Exteriores…

La guerra aparece no como escenario directo, sino como una presencia intangible que invade la vida cotidiana: en las charlas de café, en los diarios y, sobre todo, en los silencios. Situada en Buenos Aires, sigue a Carlitos, Antonio y el Conejo, soldados conscriptos clase 1962 recién licenciados que son reincorporados y enviados al frente.

—¿Qué implicó crear personajes dentro de una estructura narrativa coral?

—No me interesaban los líderes de la guerra. Preferí descender hasta el nivel de los individuos que resultaron profundamente afectados. Busqué que esos personajes permitieran, por ejemplo, al lector mexicano, comprender la angustia y el anhelo de que todo terminara. Me interesaba la experiencia humana del conflicto, la manera en que la distancia transforma la realidad y el modo en que las emociones se alteran según avanzan los acontecimientos. Quería mostrar cómo se vive una guerra cuando se está demasiado lejos de ella, pero al mismo tiempo atrapado por su relato. De allí el título de la obra.

Libro Demasiado lejos
“No me interesaban los líderes de la guerra. Preferí descender hasta el nivel de los individuos que resultaron profundamente afectados”. (Silvana Flores)

El escritor y guionista nacido en 1967 era un adolescente cuando estalló esa pugna. Como la mayoría, vivió el entusiasmo ingenuo de quienes, desde la capital, siguieron una guerra transmitida por los medios bajo un filtro triunfalista. Años después, con su formación como historiador, asumió sus propios reproches.

 “No debí ser tan crédulo e inocente. Ese sano escepticismo me ha acompañado toda la vida. La guerra tuvo lugar a más de 2,000 kilómetros de Buenos Aires, exclusivamente en el territorio insular. No había internet, ni teléfonos inteligentes, nada; salvo un relato construido por el gobierno militar y los medios de comunicación, que en general confluyen en una mira optimista de proyectar una imagen de solidez y logro, cuando fue muy notable el final abrupto. La rendición de mi país fue el 14 de junio, pero hasta el 10 de junio de 1982 la sensación era de un ganador”, apunta.

UNA NARRATIVA COLECTIVA

Si bien Demasiado lejos no es el primer texto que aborda el tema, al existir Los pichiciegos, de Rodolfo Fogwill, o Las islas, de Carlos Gamerro, y algunos trabajos del historiador Federico Lorenz, Sacheri argumenta que “sobran los dedos de ambas manos para nombrar novelas sobre las Malvinas”, por eso su interés de escribir un libro de 426 páginas, cuya portada muestra un pequeño negocio que trae escrito “Carburación y encendido” y del que cuelga una bandera argentina, aparentemente ondeada por el viento.

En el cine, comparte, destaca Iluminados por el fuego, una cinta de 2005 dirigida por Tristán Bauer, basada en un libro del excombatiente Edgardo Esteban. Además de Los chicos de la guerra, un filme inspirado en la novela homónima de Daniel Kon, ambos centrados en las historias de jóvenes soldados argentinos de diferentes clases sociales que fueron enviados a combatir.

Para el escritor de 57 años, vestido con una camisa azul perfectamente abotonada y un pantalón café, escribir sobre la isla no fue solo un ejercicio de memoria, sino también de vigencia: “Cualquier sociedad enfrenta hoy narrativas hegemónicas que nos exigen tomar partido, proclamar una verdad. Malvinas fue también eso, una narrativa colectiva, trágicamente poderosa”.

Y remata con el siguiente mensaje: “Desde 1833 están en manos británicas. Argentina las reclamó desde el siglo XIX, pero en el XX bajó al sistema educativo. En las escuelas desde 1930 te enseñan que ese territorio es parte del país colindante con Brasil y Chile y se le atribuye un cargo sentimental, de que seremos una gran nación cuando estemos completos, es decir, cuando sean nuestras las Malvinas. Explicado pierde su magia, como todo mito, pero no se puede ignorar la fuerza que ejerce”.

“DEMASIADO LEJOS” TENDRÁ UN ESPEJO

El repertorio de Sacheri ha sido traducido a más de 20 idiomas. De igual manera, colabora en diarios y revistas nacionales e internacionales. Entre sus obras más sobresalientes está La pregunta de sus ojos, la cual fue llevada al cine por Juan José Campanella; una cinta que fue distinguida con el Óscar a Mejor película extranjera en 2010 y cuyo guion estuvo a cargo tanto del director como de él.

En tanto, Aráoz y la verdad fue adaptada al teatro; Papeles en el viento fue filmada por Juan Taratuto y La noche de la Usina tiene su versión cinematográfica con el título La odisea de los giles, dirigida por Sebastián Borensztein.

Entre sus próximos proyectos figura un “espejo” de Demasiado lejos, que llevará por nombre ¿Qué quedará de nosotros?, prevista para publicarse en noviembre de 2025 en Argentina y España, y entre mayo y junio de 2026 en México. Allí sí estarán los soldados en las islas, con la crudeza de la guerra en primera persona.

“Quise separar los mundos porque son experiencias irreconciliables. En Buenos Aires, la guerra era un relato; en las islas, era una cuestión de vida o muerte”, adelanta.

Demasiado lejos
Eduardo Sacheri, el escritor más leído de Argentina, se adentra en uno de los episodios más emblemáticos de la historia argentina reciente: la guerra de las Malvinas. (Cortesía)

Aunado a lo anterior, el autor no descarta una adaptación al cine o al teatro, aunque pone condiciones: que sea de la mano de alguien con quien comparta sensibilidad estética. “Cada lector es un nuevo creador del libro. Pasarlo a otro lenguaje implica un acuerdo difícil, pero si se da, me entusiasma”.

En contexto, la madrugada del 2 de abril de 1982 el frío del Atlántico Sur fue testigo de un hecho que marcaría a generaciones enteras: soldados argentinos desembarcaban en las Islas Malvinas con la orden de recuperar un territorio reclamado desde hacía casi 150 años. En Buenos Aires, la noticia corrió como pólvora. Multitudes se volcaron a las plazas, ondeando banderas y entonando el himno, convencidos de que al fin la patria había recuperado lo suyo.

Pero a miles de kilómetros, en Londres, la primera ministra Margaret Thatcher no tardó en responder. Lo que en Argentina se vivía como una victoria simbólica, en el Reino Unido era visto como un desafío directo al poder de una potencia mundial. Durante 74 días, la guerra se desplegó en tres frentes: aire, mar y tierra. El 14 de junio del mismo año, tras semanas de combates, el Reino Unidos reconquistó las Islas Malvinas y la vecina Georgia del Sur. N

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