
EN UNA OFICINA CLÁSICA CON ESCRITORIOS SATURADOS DE PAPELES, cafeteras sobre una mesa conjunta y una impresora que se niega a funcionar, una godín (término coloquial para referirse a un oficinista asalariado) intenta suicidarse frente a sus compañeros de trabajo. Lo que parece ser el inicio de una tragedia, se convierte en una comedia negra que desnuda las contradicciones de la vida laboral moderna y plantea una pregunta fundamental: ¿por qué vale la pena vivir?
Con este argumento se guía Toda está bien, una obra escrita y protagonizada por Alejandra Reyes, bajo la dirección de Angélica Rogel. La trama gira en torno a Hernández, una empleada que llega a su oficina e intenta quitarse la vida frente a sus colegas. Sin embargo, lo que detona la verdadera historia no es el acto desesperado, sino la reacción burocrática que desencadena: reportes, procedimientos, responsabilidades empresariales…Esta maquinaria administrativa revela la verdadera naturaleza de cada personaje.
“En la cotidianidad de nuestras vidas rara vez tenemos la oportunidad de detenernos y preguntarnos: ¿por qué vale la pena vivir?, ¿para qué estar aquí? y ¿por qué hacemos todo lo que hacemos?”, dice en entrevista con NW Noticias Alejandra Reyes, quien además es filósofa y encontró en el teatro una forma de llevar estas reflexiones al público.
La obra está profundamente inspirada en El mito de Sísifo de Albert Camus, texto que marcó a la autora durante una de sus crisis existenciales. Al igual que el rey condenado a subir eternamente una piedra a la cima de la montaña, los personajes de Todo está bien enfrentan la rutina diaria como una condena y, paradójicamente, como una salvación.
La autenticidad de la propuesta tiene raíces autobiográficas. Alejandra trabajó como godín durante seis meses, hace aproximadamente 15 años, vendiendo Afores y enfrentando la absurda burocracia del sistema.
“Tenía que hacer exámenes y no sé cuánto, y a la mera hora lo importante era que la firma se pareciera a la firma del INE. Es imposible que uno haga su firma igual que hace 20 años que sacó la identificación”, ejemplifica.
Esa experiencia le proporcionó el material perfecto para ejemplificar la “filosofía camusiana”: “Son todos los días repetir exactamente las mismas cosas, los mismos trámites. Como cuando la impresora falla y se vuelve absurdo: ¿cómo todo el trabajo del día no funciona por la impresora?”.
¿Por qué abordar temas tan delicados como el suicidio y la depresión laboral a través del humor negro? Para Alejandra, la respuesta está en la idiosincrasia mexicana: “Así también somos los mexicanos. Cuando pasa una tragedia, cuando pasa algo, hay una liberación a partir de la risa.”
La directora compara su enfoque con la frase de Mary Poppins: “‘Con una cucharada de azúcar la medicina pasará mejor’, dice una canción. Para mí el azúcar es la risa y la medicina es la filosofía. Cuando podemos abordar desde la risa algo ligero, algo divertido pero oscuro, es más fácil poder cuestionarnos”.
Han pasado 10 años desde que Alejandra escribió la obra como becaria del programa Creadores Escénicos del Fonca en 2015. Sin embargo, considera que su mensaje es más relevante ahora que entonces. Además, señala cómo las redes sociales han intensificado la falta de reflexión.
“Estás viendo cómo pasa algo en Palestina y al siguiente instante ves un meme en el que te ríes. No hay un proceso de reflexión. El teatro y el gesto de dejar tu celular para ver una obra es más urgente que hace una década”, agrega.
La obra muestra a cinco personajes que representan diferentes perspectivas ante la crisis existencial: está la empleada religiosa que cree en Dios, el abogado que confía en las leyes, el trabajador que se aferra a la ciencia, la jefa que encarna la rutina misma y Hernández, la godín que busca suicidarse.
“Cada quien tiene su perspectiva de las cosas. Creo que lo que nos salva de la rutina es tener la certeza de lo que sigue. Si no, nos perderíamos en un abismo”, concluye la también cofundadora de la compañía productora Sobredosis y que como actriz ha participado en cortometrajes y en adaptaciones teatrales de obras de August Strindberg, Jean-Paul Sartre, Friedrich Dürrenmatt y R. W. Fassbinder.
Además de Alejandra Reyes, el elenco está conformado por Mahalat Sánchez, Angélica Bauter, Juan Carlos Medellín y Eduardo Tanús. En el diseño escénico está Félix Arroyo, en el diseño de vestuario Mario Marín, en el diseño sonoro Hans Warner y David Castillo a cargo de la producción ejecutiva.
La obra Todo está bien estará hasta el 5 de octubre en el Teatro Helénico con funciones los jueves y viernes a las 20 horas, sábados a las 19 horas y domingos a las 18 horas. N