Las personas con exceso de grasa alrededor del estómago son propensas a padecer problemas de salud relacionados con la obesidad. Newsweek habló con el Dr. Yoshinori Takei, uno de los investigadores principales de un estudio que reveló que un tipo específico de grasa abdominal, llamada grasa visceral, desempeña un papel sorprendente en la salud cerebral.
Esta grasa libera una proteína llamada CX3CL1, que a su vez ayuda a producir el factor neurotrófico derivado del cerebro (BDNF), una proteína que ayuda a las células nerviosas a sobrevivir y crecer.
También hablamos con el Dr. Shawn Khodadadian, gastroenterólogo, quien nos explicó que la barriga se forma cuando se acumula un exceso de grasa en la zona abdominal, lo que hace que el estómago sobresalga. Nos explicó las razones principales y cómo se puede reducir.
¿CÓMO SE DESARROLLA LA BARRIGA?
Khodadadian explica a Newsweek que la barriga se debe a una combinación de factores como ingesta excesiva de calorías (grandes cantidades de alimentos procesados, bebidas azucaradas, alcohol y grasas poco saludables), ejercicio insuficiente y cambios hormonales.
El director médico de Manhattan Gastroenterology, en Nueva York, explica: “El envejecimiento normal también puede ralentizar el metabolismo, lo que facilita el aumento de peso. El cortisol elevado debido al estrés crónico puede favorecer el almacenamiento de grasa, así como la testosterona baja en los hombres y los cambios de estrógeno relacionados con la menopausia en las mujeres.
“Los gases —continúa—, el estreñimiento y la retención de líquidos también pueden hacer que el vientre parezca más grande y contribuir al aspecto de barriga”.
GRASA VISCERAL: UN ESTUDIO EN RATONES
Takei y sus colegas descubrieron que, en ratones jóvenes, esta conexión entre grasa y cerebro funciona sin problemas, lo que ayuda a mantener una buena salud cognitiva. Pero, a medida que los ratones envejecen, su tejido adiposo produce menos proteínas que ayudan al sistema inmunitario del cuerpo a combatir las infecciones y la inflamación (CX3CL1), lo que conduce a niveles más bajos de BDNF, una proteína del cerebro que ayuda a las células nerviosas a sobrevivir y crecer.
Dado que el BDNF está relacionado con la memoria y la capacidad de pensar en los adultos mayores, este descenso puede contribuir al deterioro cognitivo con la edad. Resulta alentador comprobar que el restablecimiento de los niveles de CX3CL1 mejora la función cerebral en ratones de edad avanzada.
Afirma Takei: “El BDNF es una pequeña proteína que favorece la viabilidad y la integridad funcional de las neuronas del hipocampo. Como el hipocampo es la parte del cerebro responsable de la formación de la memoria y la salud mental, su deficiencia puede observarse en pacientes con enfermedad de Alzheimer y en pacientes con trastorno depresivo mayor.
“Además —añade—, se ha informado que una mayor expresión cerebral de BDNF se asocia con un deterioro cognitivo más lento en los adultos mayores”.
¿CÓMO SE RELACIONA EL EXCESO DE GRASA VISCERAL CON EL ENVEJECIMIENTO CEREBRAL?
El tejido adiposo visceral desempeña un papel en el mantenimiento de los niveles del factor neurotrófico derivado del cerebro (BDNF), que son esenciales para la función cerebral y la supervivencia neuronal. Sin embargo, la capacidad de la grasa visceral para influir en la expresión del BDNF disminuye con la edad. Esto sugiere que, aunque la grasa visceral puede tener un efecto protector sobre la salud cerebral, este efecto se debilita con el tiempo, lo que contribuye potencialmente al deterioro cognitivo relacionado con la edad.

Khodadadian declara a Newsweek: “El exceso de grasa abdominal, sobre todo visceral (grasa almacenada en la profundidad del abdomen alrededor de los órganos), está estrechamente relacionado con el envejecimiento cerebral a través de múltiples mecanismos biológicos.
“La grasa visceral libera sustancias químicas proinflamatorias que pueden dañar las células cerebrales —agrega—. Además, los estudios han demostrado que las personas con más grasa abdominal tienen volúmenes cerebrales más pequeños, especialmente en las áreas relacionadas con la memoria y la toma de decisiones”.
LAS PERSONAS DE MEDIANA EDAD Y EL DETERIORO COGNITIVO
Takei explica que, a medida que las personas llegan a la mediana edad, sus cuerpos responden menos a ciertas hormonas que ayudan a descomponer la grasa.
Estas hormonas —como la adrenalina, el cortisol y el glucagón— desencadenan normalmente la quema de grasa en el tejido adiposo blanco. Sin embargo, como los adultos de mediana edad son menos sensibles a estas hormonas, les resulta más difícil perder peso.
El estudio sugiere que uno de los motivos podría ser la menor actividad de una enzima llamada 11β-HSD1 en la grasa visceral (VAT). Esta enzima ayuda a regular la respuesta del tejido adiposo a los glucocorticoides. Cuando el VAT se vuelve menos sensible a los glucocorticoides, también produce niveles más bajos de una proteína llamada CX3CL1. Esta reducción de CX3CL1 puede dar lugar a niveles más bajos de BDNF, una proteína esencial para la salud del cerebro.
En términos más sencillos, las personas que luchan por perder peso entre los 40 y los 60 años también pueden tener niveles más bajos de CX3CL1 y BDNF, lo que podría contribuir a un deterioro cognitivo más rápido a medida que envejecen.
¿CÓMO REDUCIR LA BARRIGA?
Para reducir la barriga hay que mejorar la dieta reduciendo los azúcares y los carbohidratos refinados, como el pan blanco y el arroz. Kodadadian sugiere aumentar la ingesta de proteínas y beber mucha agua para reducir la hinchazón y estimular el metabolismo.
El ejercicio regular también es clave. El entrenamiento de fuerza, en particular, ayuda a desarrollar los músculos y a mejorar el metabolismo. Hacer entre 30 y 45 minutos de ejercicio al día puede ayudar a perder grasa.
Khodadadian declara a Newsweek: “Reducir el estrés y mejorar los hábitos de sueño también pueden ser útiles por sus efectos en el equilibrio hormonal del organismo”.
Takei está de acuerdo. Apunta: “Descubrimos que una enzima llamada 11β-HSD1, presente en la grasa del vientre, desempeña un papel clave en el mantenimiento de la salud del cerebro al apoyar una proteína llamada BDNF en el hipocampo (una parte del cerebro importante para la memoria y el aprendizaje).

“Sin embargo —añade—, cuando una persona se vuelve obesa, los niveles de 11β-HSD1 en la grasa del vientre aumentan demasiado. Esto es un problema porque un exceso de 11β-HSD1 está relacionado con la acumulación de grasa en el vientre y con problemas metabólicos como la diabetes”.
Aunque estos hallazgos proporcionan a los investigadores una mejor comprensión de la salud cerebral y metabólica, hay una limitación obvia: el estudio se realizó en ratones. Las pruebas en humanos son esenciales para la aplicación clínica.
LA BARRIGA DEL MUNDO
El sobrepeso es una afección que se caracteriza por una acumulación excesiva de grasa, lo cual forma la característica barriga. De acuerdo con los datos más recientes de la Organización Mundial de la Salud:
- Una de cada ocho personas en el mundo es obesa.
- Desde 1990, la obesidad se ha duplicado con creces entre los adultos de todo el mundo, y se ha cuatriplicado entre los adolescentes.
- Unos 2,500 millones de adultos (18 años o más) tienen sobrepeso. De ellos, 890 millones son obesos.
- El 43 por ciento de los adultos de 18 años o más tienen sobrepeso, y 16 por ciento son obesos.
- Unos 37 millones de niños menores de cinco años tienen sobrepeso.
- Más de 390 millones de niños y adolescentes de 5 a 19 años tienen sobrepeso, de los cuales 160 millones son obesos.
El organismo apunta que el sobrepeso y la obesidad son la consecuencia de un desequilibrio entre la ingesta calórica (alimentación) y el gasto calórico (actividad física). N