Un reciente hallazgo con el telescopio James Webb sugiere que podríamos vivir en un agujero negro. De acuerdo con astrónomos, nuevas imágenes demostraron que alrededor de dos tercios de las 263 galaxias fotografiadas por Webb giran en la dirección opuesta a nuestra galaxia, la Vía Láctea.
“Se esperaba que el número de galaxias que giran en el sentido de las agujas del reloj y en el sentido contrario a las agujas del reloj fuera aproximadamente el mismo”, dijo en un comunicado Lior Shamir, autor del artículo y científico informático de la Universidad Estatal de Kansas, Estados Unidos.
Aunque la razón de este desequilibrio no está clara actualmente, una hipótesis es que todo nuestro universo se encuentra dentro de un agujero negro. El telescopio, lanzado por la NASA hace tres años, permite tomar fotografías del espacio profundo con una resolución sin precedentes.
“Una explicación es que el universo nació girando. Esa explicación concuerda con teorías como la cosmología de los agujeros negros, que postula que todo el universo es el interior de un agujero negro. Pero si efectivamente el universo nació girando, significa que las teorías existentes sobre el cosmos son incompletas”, agregó Shamir.
De hecho, la cosmología de agujeros negros es solo una explicación de la observación, apuntó. Si lo que vemos a través del telescopio refleja el aspecto del universo primitivo, “podría significar que el universo nació en rotación”.
ANTES DEL TELESCOPIO JAMES WEBB, LA IDEA DE VIVIR EN UN AGUJERO NEGRO FUE PROPUESTA EN 1970
La idea de que el universo podría ser el interior de un agujero negro fue propuesta por primera vez en la década de 1970. Esta hipótesis se basó en la coincidencia entre el radio del universo y el radio de Schwarzschild, utilizado para describir los agujeros negros. Además, ofrece una explicación para la expansión acelerada del universo sin necesidad de recurrir a la existencia de energía oscura.
“Pero otra opción es que lo que vemos no es el verdadero universo primitivo, sino solo el universo tal como lo vemos desde la Tierra”, dijo a Newsweek.
Esto se debe a que el movimiento de la Tierra dentro de la Vía Láctea provoca pequeños cambios en el brillo de las galaxias que observamos. Las galaxias que giran en dirección opuesta a la Vía Láctea son ligeramente más brillantes que las que giran en la misma dirección. Al ser más brillantes, las vemos con mayor frecuencia. Esto puede ayudar a explicar algunas de las preguntas más importantes sin resolver en cosmología. Las distancias a escala cosmológica dependen del análisis de la luz.
Si la luz se ve afectada por el movimiento de la Tierra, significa que las distancias están ligeramente sesgadas. Esto puede explicar por qué vemos galaxias maduras que se espera que sean más antiguas que el propio universo, y por qué la tasa de expansión del universo, cuando la medimos con galaxias, no es la misma que la esperada.
“El análisis de las galaxias se realizó mediante un análisis cuantitativo de sus formas, pero la diferencia es tan obvia que cualquier persona que mire la imagen puede verla”, añadió.
JAMES WEBB ESTUDIA CADA FASE DE LA HISTORIA DEL UNIVERSO
No se necesitan habilidades ni conocimientos especiales para ver que los números son diferentes. Con el poder del Telescopio Espacial James Webb, cualquiera puede verlo. Otra explicación para el hallazgo podría ser que las galaxias que giran en el sentido de las agujas del reloj están sobrerrepresentadas debido al efecto Doppler, que las hace más brillantes.
Si ese fuera el caso, los investigadores necesitarían “recalibrar nuestras mediciones de distancia para el universo profundo”, dijo Shamir. El sesgo en el sentido de las agujas del reloj en la rotación de las galaxias estudiadas es sorprendente, comentó Shamir en un comunicado.
La recalibración de las mediciones de distancia también puede explicar otras cuestiones cosmológicas sin resolver, como las diferencias en las tasas de expansión del universo y las grandes galaxias que, según las mediciones de distancia existentes, se espera que sean más antiguas que el propio universo.
El telescopio Webb estudia cada fase de la historia del universo, desde el Big Bang hasta la formación de los sistemas solares y la evolución de nuestro propio sistema solar, según la NASA. Orbita alrededor del Sol, a 1.5 millones de kilómetros de la Tierra.
Shamir declaró a Newsweek que ahora trabaja en “perfilar la relación entre la velocidad de rotación, la distancia y la luz. Esto implica comparar el efecto a diferentes distancias de la Tierra”. Si el efecto de la velocidad de rotación de la Vía Láctea aumenta a medida que crece la distancia, esto podría indicar que nuestras mediciones de distancia están sesgadas y requieren una recalibración, lo que respondería a muchas preguntas abiertas en cosmología que actualmente no tienen respuesta. N