El teatro es un espacio donde las historias cobran vida, y en el monólogo Leonardo, Rodrigo Murray nos invita a un viaje entre siglos, donde su propia voz se funde con la de uno de los mayores genios de la historia: Leonardo da Vinci. Rumbo a las 100 representaciones, esta obra arrancará su octava temporada a partir del 17 de marzo en el Teatro 11 de Julio, en la Ciudad de México (CDMX).
Desde su infancia, Murray —director y protagonista de Leonardo— sintió una fascinación especial por el artista renacentista. La influencia de su padre lo llevó a admirar a Da Vinci, no solo como creador de obras inmortales, sino como un ser humano profundamente inquieto y revolucionario. Con el tiempo, este interés se transformó en una investigación de casi una década que derivó en la creación de una pieza teatral que mezcla el arte, la ciencia y el humanismo del también botánico italiano.
Lo que hace especial a esta obra es su estructura. No es una simple narración biográfica, sino un juego teatral donde Rodrigo no solo se convierte en da Vinci, sino también en un actor del siglo XXI que busca representar su historia. La alternancia de escenas entre el Renacimiento y el presente ofrece al espectador una perspectiva única y cercana del autor de “La última cena”, logrando desmitificar al inventor de Anchiano, Italia, para revelar su humanidad.
“En mi investigación descubrí que Leonardo sentía un amor especial por el teatro, entonces lo desmitifico para ponerlo en escena y que vuelva a vivir entre nosotros. Como resultado, creo una obra teatral en formato de bululú, donde un solo actor da vida a múltiples personajes. Es fascinante observar el desdoblamiento de un intérprete no solo para encarnar a Leonardo, sino también a Rodrigo. Recordemos que la obra está dividida en dos, digamos, la historia del pintor y la de Rodrigo, que es un actor en el siglo XXI que quiere hacer un monólogo sobre da Vinci”, pormenoriza Murray en entrevista con Newsweek en Español.
LA INTERACCIÓN DE RODRIGO MURRAY CON “LEONARDO 4”, UNA PIEZA TRANSFORMABLE
Y agrega a la conversación: “Se van intercalando escenas, unas de finales de 1400 y otras en el México contemporáneo. Así, el público puede presenciar diálogos de Leonardo con figuras como Andrea del Verrocchio, su primer maestro, donde interpreto a ambos personajes. Del mismo modo, en el presente, Rodrigo interactúa con Sebastián, un destacado escultor mexicano. Es la primera vez que estaré con Leonardo en el Teatro 11 de Julio”.
Cuando Murray —quien fue Gustavo Miranda Garfias en Amores perros— menciona el término bululú, se refiere a la palabra usada en el Siglo de Oro español para describir a un actor solista que interpretaba múltiples personajes en una obra sin necesidad de otros intérpretes. Estos artistas solían llevar espectáculos itinerantes y actuaban en plazas, calles o escenarios improvisados, utilizando solo su voz, gestos y algunos accesorios mínimos para diferenciar cada papel.
“Desde el inicio el objetivo de este unipersonal era dejar un poco detrás al genio que significa y representa para nosotros Leonardo da Vinci, el cual se ve como inalcanzable en el imaginario colectivo y, más bien, enfocarse en el ser humano, aquel con el que el público se pueda identificar y divertir”, agrega.

Uno de los elementos más impactantes de esta puesta en escena es la interacción con “Leonardo 4”, una escultura monumental creada por el arquitecto Enrique Carbajal (mejor conocido como Sebastián). Esta pieza transformable, con más de 60 posibilidades de configuración, permite recrear diferentes escenarios y momentos de la vida de da Vinci sin necesidad de proyecciones ni escenografía adicional. De esta manera, la imaginación del espectador se convierte en un lienzo donde las invenciones y pinturas del polímata florentino cobran vida.
“Mi coprotagonista es la pieza de Sebastián, un elemento maravilloso transformable. Es un cubo de dos metros con el cual voy modificando el espacio; me permite viajar en el tiempo, tanto a la Florencia o al Milán de finales de 1400, como el México de hoy. Aproximadamente creo 16 figuras distintas, aunque Leonardo 4 tiene más de 60 posibilidades”, explica para este medio.
“QUIERO LLEVAR ESTE MONÓLOGO A NUEVA YORK”
Con cerca de 100 representaciones, Leonardo ha evolucionado y madurado. Rodrigo Murray afirma que la obra ha alcanzado un ritmo envidiable, logrando que el público no solo se emocione, sino que también ría y se maraville con la historia del pintor italiano. “El teatro tiene la capacidad de dejar una huella imborrable en quienes lo experimentan”, dice con pasión, convencido de que ninguna otra expresión artística logra ese impacto de manera tan directa y profunda.
Aunque por ahora el interés de Rodrigo está en llevar Leonardo a distintos escenarios nacionales, su sueño es colocar este montaje en países como Nueva York, España e Italia.
“Considero que ni el cine ni la televisión, incluso los museos, la danza o hasta los conciertos, dejan una sensación tan placentera como cuando uno va al teatro (…) Quiero ir este año a Nueva York; también si posible sembrar una semilla fuerte para que eventualmente exista un árbol donde pueda llegar a buen puerto en España, en Italia y por qué no en algunas partes de Sudamérica. ‘Leonardo’ tiene vida para hacerlo. Sería la primera vez fuera del país, espero suceda entre septiembre y octubre de 2025”, concluye.
Al finalizar este monólogo, Murray abrirá un diálogo con las y los espectadores para que compartan preguntas y sentires sobre la puesta. Leonardo estará todos los lunes a las 20:30 horas, a partir del 17 de marzo, en el Teatro 11 de Julio. N