Fue en 2022 cuando María Gabriela Cordero González se vio obligada a enfrentarse al sistema judicial mexicano, que pretendió despojarla de la custodia de su hijo y entregarlo a su padre agresor. Como millones de mexicanos, tuvo que enfrentar la corrupción y el que privan en el Poder Judicial.
No fue una batalla fácil, pero después de tantas idas y vueltas a los juzgados, prácticas dilatorias por parte de jueces y servidores públicos sin ética, reprogramación de audiencias, tiempo invertido para cumplir con la burocracia y la tramitología propia del sistema judicial, ha logrado mantener a su hijo con ella. No obstante, el suyo fue, como tantos otros, uno de esos procesos legales donde hay de todo, menos justicia pronta y expedita, como mandata la Constitución.
Desde 2017, cuando fundó y empezó a dirigir el bufete de abogados AMCOR S.C., María Gabriela Cordero ya daba prioridad a la defensa de víctimas sobre imputados, pero fue a raíz de que vivió en carne propia la corrupción que domina en el Poder Judicial, cuando terminó de entender que su vocación está en representar a las millones de personas que son víctimas de un sistema corrupto que termina beneficiando a quien puede comprar la justicia.
Cordero González es una abogada que sale del molde tradicional: no pertenece a una élite de familias que convirtieron la justicia en un negocio millonario. Es una mujer que se ha hecho a sí misma, como miles de otras mexicanas. Es la primera abogada de su familia y también quiere ser la primera ministra que, con el uso de nuevas tecnologías como la inteligencia artificial, transforme el Poder Judicial en uno rápido, accesible y transparente.
“En el pasado era impensable tener ministras jóvenes en la Corte, pero la reforma judicial representa una oportunidad única para apostar por una generación joven limpia de artimañas aprendidas en la mal llamada carrera judicial. Las jóvenes podemos revolucionar no solo las estructuras del sistema judicial, también sus ideales”, subraya.
Cordero, que hizo voluntariado entre 2008 y 2018 a través de la Asociación Civil Desarrollo Social y Recuperación de Valores A.C. -donde apoyó en proyectos de capacitación en valores en escuelas primarias y hospitales públicos de la Ciudad de México-, cree que aún es posible extirpar la corrupción del Poder Judicial y para eso quiere llegar a la Corte.
Inteligencia artificial en la Corte
Como experta en Derecho tecnológico por el Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT, por sus siglas en inglés), Cordero es quizá de las pocas personas que sabrían conducir la transformación digital de la Corte, y llevarle a discutir los grandes temas de la era digital, como la protección de datos, violencia digital contra mujeres, propiedad intelectual digital, delitos cibernéticos, análisis de algoritmos, pruebas digitales y evaluación de la legalidad de sistemas automatizados.
Entre 2020 y 2022 María Gabriela cursó su especialidad en Derecho tecnológico en el MIT, justo cuando el mundo empezaba a vivir un proceso de transformación digital debido a la pandemia de Covid-19. Junto con otras 26 personas de todo el mundo, entre ellos colegas de Brasil, Colombia y España, estudió cómo la nube, el blockchain, la inteligencia artificial, el internet de las cosas y el big data pueden transformar la práctica jurídica (legal tech).
Durante su proceso legal por la custodia de su hijo, ella padeció la corrupción con la que opera el sistema judicial en México, por ello propone la optimización de flujos de trabajo con soluciones de inteligencia artificial, lo que ayudaría a combatir la corrupción y los juicios a modo mediante la programación de audiencias y asignación de jueces, para que no pase por una decisión humana, sino por un sistema automatizado y blindado de cualquier mal uso.
“La reforma judicial es una oportunidad para llevar al sistema de justicia del país al siguiente nivel. Si no se aprovecha esta oportunidad tal vez después sea demasiado tarde, más todavía cuando en Estados Unidos el empresario Elon Musk y otros cerebros de Silicon Valley tendrán cargos de alto nivel en el Gobierno de Trump y muchas de sus decisiones pasarán por la tecnología y la innovación, y México no puede darse el lujo de quedar rezagado”.
Ante este escenario, propone la adopción de tecnologías avanzadas como la nube (cloud computing), blockchain, DevOps, big data, análisis de datos, ciberseguridad e Internet de las Cosas (IoT). “Con el impulso correcto, podremos implementar proyectos viables que nos conduzcan hacia una Corte completamente tecnológica e innovadora, capaz de acelerar procesos, transparentar el sistema y reducir la corrupción”, agrega.
“Si automatizamos procesos y digitalizamos trámites, reducimos los espacios para la corrupción. Mucho del nepotismo y clientelismo en la justicia mexicana ocurre porque las decisiones judiciales recaen en personas corruptas y sin ética, y no en sistemas automatizados que deciden con objetividad e imparcialidad. La IA no puede recibir sobornos, los jueces y magistrados sí”, considera la también especialista certificada en legal tech por la Escuela Superior de Administración y Dirección de Empresas (ESADE).