Un reciente cambio en la política de Estados Unidos ha desatado un intenso debate, puesto que el presidente Joe Biden autorizó a Ucrania a utilizar misiles estadounidenses de largo alcance, incluidos los sistemas tácticos de misiles del ejército (ATACMS), contra objetivos dentro de Rusia.
Finalmente el 17 de noviembre de 2024, esta decisión revierte las restricciones previas que limitaban a Ucrania a emplear armas suministradas por parte del gobierno estadounidense exclusivamente en su propio territorio, lo que podría marcar un desarrollo significativo en la implicación de Estados Unidos en la guerra en curso entre Ucrania y Rusia.
La autorización para que Ucrania utilice los ATACMS contra objetivos en territorio ruso se produjo después de que Moscú desplegara cerca de 50,000 soldados en la región sureña de Kursk. Esta zona, escenario de una importante contraofensiva ucraniana durante el verano, se ha convertido ahora en un punto clave para los esfuerzos de Rusia por recuperar terreno perdido.
Sumando tensión a la situación, se informa que miles de tropas norcoreanas se han unido a las fuerzas rusas en Kursk, lo que ha generado preocupación en Washington.
El portavoz Dmitry Peskov declaró que permitir a Ucrania lanzar misiles estadounidenses contra territorio ruso significaría una implicación directa de Estados Unidos en el conflicto, lo que escalaría la guerra.
Donald Trump Jr. criticó la decisión, sugiriendo que podría desencadenar un conflicto importante antes de que el presidente electo Donald Trump asuma el cargo en enero.
“El Complejo Militar Industrial parece querer asegurarse de que inicien la Tercera Guerra Mundial antes de que mi padre tenga la oportunidad de crear paz y salvar vidas,” afirmó Trump Jr.
En contraste, algunos líderes europeos han mostrado su apoyo a la medida. Josep Borrell, Alto Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, elogió la decisión, subrayando el derecho de Ucrania a defenderse.
LOS EXPERTOS EN POLÍTICA INTERNACIONAL OPINAN
Newsweek ha consultado a expertos sobre las posibles implicaciones de este cambio de política:
Michael C. Desch, profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad de Notre Dame
Afirmó que la decisión de permitir a Ucrania usar armas estadounidenses para atacar en Rusia es tanto peligrosa como inútil. Según él, el uso de sistemas de ataque profundo como los ATACMS podría requerir una participación directa de EUA/OTAN, principalmente en la selección de objetivos. Aunque no cree que esto provoque la Tercera Guerra Mundial, considera que escalará aún más un conflicto sangriento y peligroso, cuyo alcance ya ha aumentado, como lo demuestra el uso de armamento avanzado, posiblemente suministrado por Rusia, por parte de los hutíes. Desch también cuestionó la eficacia de esta medida para cambiar el rumbo de la guerra, argumentando que el suministro occidental probablemente no será suficiente para superar a las fuerzas rusas, que parecen estar ganando en el terreno.
Robert Romanchuk, investigador del Instituto Ucraniano de Investigación de Harvard
Sostuvo que la Tercera Guerra Mundial ya ha comenzado. Según él, el conflicto en Ucrania se libra con el apoyo de China, Irán y Corea del Norte a Rusia, mientras que Ucrania y las democracias occidentales son objetivos de una “guerra híbrida” rusa. También enfatizó que cada envío de armas occidentales a Ucrania, pese a las amenazas rusas, ha sido entregado sin represalias significativas. Romanchuk destacó la resiliencia del pueblo ucraniano como una señal de esperanza y subrayó que Ucrania merece el apoyo continuo de Occidente.
Richard K. Betts, académico de Relaciones Internacionales
En su lectura opinó que el riesgo de una escalada significativa por parte de Rusia es bajo, ya que Putin podría esperar a que Donald Trump asuma la presidencia y revierta la política estadounidense en Ucrania.
Lubomyr Luciuk, profesor del Royal Military College of Canada
Afirmó que proporcionar a Ucrania todas las armas necesarias para derrotar a Rusia reduciría la escalada del conflicto y evitaría una guerra mundial. No hacerlo, advirtió, fortalecería a las fuerzas que buscan desestabilizar el orden internacional basado en normas.
Dani Belo, director de Global Policy Horizons Research Lab
Señaló que la capacidad de Ucrania para atacar territorio ruso podría escalar el conflicto, pero anticipó que la llegada de Donald Trump al poder podría enfriar la situación. Según Belo, tanto Ucrania como Rusia tienen pocos incentivos para una escalada inmediata, ya que ambas partes esperan un cambio significativo en la política estadounidense tras la toma de posesión de Trump. N