Un grupo de científicos descubrió lo que los hongos mágicos producen en el cerebro y por qué provocan alucinaciones extrañas y extravagantes: la psilocibina, uno de los ingredientes psicoactivos de las setas alucinógenas, afecta una región del cerebro asociada con soñar despierto, recordar y otros pensamientos introspectivos.
Los efectos que causa la psilocibina en el cerebro pueden durar semanas, revela un artículo publicado en la revista científica Nature. El descubrimiento ayuda a explicar por qué la droga causa experiencias psicodélicas tan extrañas y puede abrir el paso a que la psilocibina se utilice para ayudar con las afecciones de salud mental.
“Siegel (el autor del estudio) et al. proporcionan evidencia convincente de que la actividad cerebral desincronizada subyace al estado psicodélico agudo y podría contribuir a cambios persistentes en la actividad neuronal en las regiones del cerebro que son responsables de controlar el sentido de sí mismo, las emociones y la narrativa de vida de una persona”, dijo Petros Petridis —investigador de psicodélicos en el Centro Langone de Medicina Psicodélica de la Universidad de Nueva York—, en un artículo adjunto de News & Views también publicado en Nature.
“Esto tiene importantes implicaciones clínicas porque sugiere que la psilocibina podría hacer que el cerebro sea más maleable, lo que podría ser beneficioso para las personas que sufren de patrones rígidos y maladaptativos de pensamiento y comportamiento”, añadió.
Hay varias especies de hongos psicodélicos, todos los cuales contienen los compuestos activos psilocibina y psilocina, que pueden alterar la percepción, el estado de ánimo y los procesos de pensamiento.
EL RESULTADO EN EL CEREBRO VARÍA SEGÚN LA CLASE DE HONGOS MÁGICOS
Los efectos de los hongos mágicos en el cerebro pueden variar ampliamente según su especie y la cantidad consumida, así como el estado mental y el entorno del individuo. Pero los efectos comunes incluyen alucinaciones visuales y auditivas, una percepción alterada del tiempo y el espacio, euforia y una mayor introspección.
Los efectos suelen comenzar entre 30 y 60 minutos después de consumir los hongos y pueden durar entre cuatro y seis horas. En los últimos años se ha visto un aumento en la investigación sobre los posibles usos terapéuticos de la psilocibina, y varios estudios muestran promesa en el uso de la terapia asistida por hongos para afecciones de salud mental como la depresión, la ansiedad, el trastorno de estrés postraumático e incluso el abuso de sustancias.
“Hoy en día sabemos mucho sobre los efectos psicológicos y moleculares/celulares de la psilocibina”, dijo en un comunicado el autor del estudio, Joshua S. Siegel, investigador de psiquiatría de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington en St. Louis. “Pero no sabemos mucho sobre lo que sucede al conectar los dos: en el nivel de las redes cerebrales funcionales”.
De acuerdo con el nuevo artículo, los investigadores rastrearon los cambios en el cerebro de siete adultos de entre 18 y 45 años mediante resonancias magnéticas antes, durante y tres semanas después de tomar hongos mágicos. Los científicos descubrieron que la droga desincronizó varias áreas cerebrales y cambió la conectividad entre estas regiones.
PENSAR EN UNO MISMO EN RELACIÓN CON EL MUNDO
“La idea es que tomas este sistema que es fundamental para la capacidad del cerebro de pensar en uno mismo en relación con el mundo, y lo desincronizas por completo temporalmente”, dijo Siegel. “A corto plazo, esto crea una experiencia psicodélica. La consecuencia a largo plazo es que hace que el cerebro sea más flexible y potencialmente más capaz de entrar en un estado más saludable”.
Se observó que algunos pequeños efectos del fármaco persisten durante semanas después de tomarlo, lo que, según los científicos, lo hace ideal para uso terapéutico.
“Al principio hay un efecto masivo, y cuando desaparece, permanece un efecto puntual”, dijo en el comunicado el coautor Nico U. F. Dosenbach, profesor de neurología en la Universidad de Washington. “Eso es exactamente lo que querríamos ver en un medicamento potencial. No querríamos que las redes cerebrales de las personas quedaran destruidas durante días, pero tampoco que todo volviera a ser inmediatamente como antes. Queremos un efecto que dure lo suficiente como para marcar una diferencia”.
Curiosamente, los investigadores descubrieron que, si bien las señales cerebrales de cada persona eran únicas y se distinguían fácilmente entre sí mientras estaban sobrias, después de tomar psilocibina sus redes cerebrales parecían muy similares y no podían identificarse hasta que terminaban su viaje.
“Los cerebros de las personas que toman psilocibina se parecen más entre sí que al de ellos mismos sobrios”, dijo Dosenbach. “Su individualidad desaparece temporalmente. Esto confirma, a nivel neurocientífico, lo que la gente dice sobre la pérdida del sentido de uno mismo durante un viaje”.
UNA INVESTIGACIÓN EN SUS PRIMERAS ETAPAS
Al pedir a los participantes que calificaran sus sentimientos durante el viaje utilizando algo llamado Cuestionario de Experiencia Mística, los investigadores pudieron comparar sus experiencias con sus señales cerebrales.
“Pudimos obtener datos muy precisos sobre los efectos del fármaco en cada individuo”, dijo en el comunicado Ginger E. Nicol, profesora asociada de psiquiatría en la Universidad de Washington. “Este es un paso hacia ensayos clínicos de precisión”.
El experto añadió que, en psiquiatría, “a menudo no sabemos quién debe recibir un medicamento en particular y en qué cantidad o con qué frecuencia. Como resultado, terminamos prescribiendo un medicamento tras otro, modificando la dosis, hasta que encontramos algo que funcione. Al utilizar este enfoque en ensayos clínicos podemos identificar los factores que determinan quién se beneficia y quién no, y hacer un mejor uso de los medicamentos que tenemos”.
Sin embargo, los científicos señalan que esta investigación se encuentra en sus primeras etapas y que las personas no deben utilizar sus hallazgos como razón para automedicarse con psilocibina para cualquier problema de salud mental.
“La verificación del mecanismo antidepresivo propuesto de la psilocibina requerirá estudios precisos en los pacientes. Los nuevos métodos para medir los marcadores neurotróficos en el cerebro humano proporcionarán un vínculo crítico entre las observaciones mecanicistas, a nivel celular, de las redes cerebrales y psicológicas”, escribieron en el artículo. N
(Publicado en cooperación con Newsweek. Published in cooperation with Newsweek)