Bajo la proyección de expertos, se espera que para el año 2030 la demanda mundial de agua supere la oferta en un 40 por ciento. Fenómenos como el cambio climático, que han alterado el ciclo del agua generando sequías o inundaciones, han encendido las alertas sobre la disponibilidad de insumos esenciales para el consumo humano.
Sobre este aspecto, también han surgido debates en torno a si la sociedad está lista para hacer un consumo más responsable y disminuir la huella hídrica a partir del cambio de hábitos.
La huella hídrica se entiende como la medición del consumo de agua que se requiere para generar un bien o servicio. Y es que, para producir básicamente cualquier alimento, generar energía o fabricar productos, se requiere del vital líquido, haciendo de su disponibilidad una situación crítica que podría condicionar el acceso no solo al agua sino a otros insumos.
¿Sabías que para producir medio litro de refresco se requieren 35 litros de agua? México ocupa el primer sitio mundial en cuanto a consumo de este tipo de bebidas, con un promedio anual de 163 litros de acuerdo con datos de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Otro producto que requiere grandes cantidades de agua es el café, que, para producir 1 kilogramo, ocupa alrededor de 21,000 litros. Es decir, por cada taza de café que tomas, se requirieron 140 litros de agua potable.
Pero existen otros productos con alta demanda del vital líquido, a continuación, los de mayor uso y consumo:
Bienes
- Automóviles: entre 50,826 y 82,880 litros
- Zapatos de cuero: 13,706 litros por cada par
- Celular: 12,058 litros
- Jeans: 7,968 litros
- 1 hoja de papel: 10 litros
Alimentos
- Papa: 25 litros por cada 100g
- Manzana: 70 litros por cada 100g
- Jitomate: 13 litros por cada 70g
- Naranja: 50 litros por cada 100
- 1 huevo: 135 litros
- 1 vaso de cerveza: 75 litros
- 1 vaso de leche: 200 litros
- 1 copa de vino: 120 litros
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