Un estudio científico reciente sugiere que algunas de las bacterias más mortíferas del mundo tienen un gusto particular por la sangre humana. Un grupo de investigadores da a este fenómeno el nombre de “vampirismo bacteriano”, ya que explica el mecanismo de las infecciones sanguíneas y su tratamiento potencial.
Salmonella, E. coli y Citrobacter koseri se cuentan entre las principales causas de muerte en pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal, trastorno que afecta a millones de personas en todo el mundo.
Se sabe que las bacterias antes mencionadas entran en el torrente sanguíneo cuando ocurre un sangrado intestinal, y es así como infectan la sangre ocasionando sepsis (término médico que se refiere a la contaminación bacteriana de la sangre).
A decir de la Organización Mundial de la Salud, cada año en todo el mundo aproximadamente 31 millones de personas sufren un episodio de sepsis. De estos, unos 6 millones de personas fallecen por esa causa. En los países de bajos y medianos ingresos la carga de la sepsis es más elevada y representa una de las causas principales de muerte maternal y neonatal. De allí la importancia de entender cómo las bacterias entran en el torrente sanguíneo.
Un estudio reciente de la Universidad Estatal de Washington (WSU, por sus siglas en inglés) apunta a que la infiltración de bacterias en la sangre no es mero accidente y que, por el contrario, los microbios buscan la sangre humana para alimentarse de ella.
LAS BACTERIAS SABEN DETECTAR CIERTAS SUSTANCIAS DE LA SANGRE
“Hallamos que algunas de las bacterias que causan infecciones sanguíneas tienen la capacidad para detectar ciertas sustancias químicas en la sangre humana, y se infiltran en el torrente sanguíneo para alimentarse de eso”, señaló en un comentario el Dr. Arden Baylink, profesor asociado de microbiología y patología en la Facultad de Medicina Veterinaria de WSU y coautor del estudio.
Para el estudio, publicado el pasado 16 de abril en la revista eLife, un equipo de investigación —a cargo de Siena Glenn, candidata al doctorado en el departamento de microbiología y patología veterinaria de WSU— utilizó microscopios de alta potencia para observar la respuesta de varios tipos de bacterias a la presencia de sangre humana.
Y lo que descubrieron fue una respuesta inmediata: cada una de las especies bacterianas buscó la sangre en menos de un minuto. Tras un análisis minucioso, los investigadores notaron que Salmonella tiene un receptor de superficie especial que le ayuda a detectar una sustancia química específica en el suero sanguíneo humano, y hallaron que ese receptor también está presente en la superficie de otras bacterias “vampíricas”, como E. coli.
A partir de esa observación, el equipo ha planteado la hipótesis de que esa peculiaridad evolutiva de las bacterias que se alimentan con nutrientes del suero sanguíneo es lo que condiciona la búsqueda de sangre.
“Si precisamos cómo las bacterias detectan la fuente de sangre podríamos desarrollar medicamentos que bloqueen esa capacidad”, escribió Glenn en un comentario para Newsweek.
“Esos fármacos podrían mejorar las vidas y la salud de las personas que padecen [de enfermedad inflamatoria intestinal], quienes tienen un riesgo muy alto de adquirir infecciones del torrente sanguíneo”, concluyó la especialista. N
(Publicado en cooperación con Newsweek. Published in cooperation with Newsweek)