Con su palacio de Napoleón destruido, el antiguo sitio griego de Antedón bombardeado y el único museo privado incendiado, el patrimonio de Gaza está pagando un alto precio por la guerra entre Israel y Hamás. Sin embargo, una “ironía de la historia” quiso que algunos de sus tesoros estén a salvo en Suiza.
Tanto en Israel como en los territorios palestinos, la arqueología constituye un tema político candente, y los descubrimientos se utilizan a menudo para justificar las reivindicaciones de los dos pueblos enfrentados.
La Unesco, el organismo cultural de Naciones Unidas, calcula, basándose en imágenes satelitales, que cerca de 41 lugares históricos han sufrido daños desde que Israel comenzó a bombardear el territorio asediado a raíz del ataque de Hamás del 7 de octubre.
Pero en el terreno, el arqueólogo palestino Fadel al Otol monitorea las destrucciones en tiempo real. Cuando tiene internet, su WhatsApp se llena de fotos que muestran la evolución de los yacimientos y monumentos antiguos.
Cuando era adolescente, solía trabajar para misiones arqueológicas europeas, antes de ir a estudiar a Suiza y a París, al museo del Louvre en Francia. En Gaza, dirige una red de 40 arqueólogos formados para excavar el suelo, reconstruir el pasado en 3D y preservar el patrimonio. Son ellos los que le mandan las imágenes.
“Todos los restos arqueológicos del norte han sido alcanzados”, declaró por teléfono desde el bombardeado territorio.
El número de víctimas que ha dejado el conflicto es escalofriante. El ataque del movimiento islamista palestino Hamás en el sur de Israel causó 1,170 muertos, en su mayoría civiles, según un cómputo basado en cifras oficiales israelíes.
La ofensiva militar israelí en Gaza, lanzada en respuesta al ataque, dejó hasta ahora más de 33,700 muertos, también civiles en su mayoría, según el Ministerio de Salud del territorio, gobernado por Hamás desde 2007.
EL PATRIMONIO DE GAZA Y SUS MAYORES TESOROS
El patrimonio de Gaza tampoco se ha librado, salvo algunos de sus mayores tesoros. Y esto se debe, curiosamente, al bloqueo que Israel impone en la Franja desde hace 16 años.
“Blakhiya [la antigua ciudad griega de Antedón] fue bombardeada directamente. Hay un agujero enorme”, describió Otol.
La parte del yacimiento “que no habíamos empezado a excavar” fue alcanzada por el ataque, añadió. El sitio está situado cerca de unos cuarteles de Hamás. En la ciudad vieja de Ciudad de Gaza, “el palacio Al Basha quedó completamente destruido. Hubo bombardeos y luego llegaron los buldóceres”, aseguró.
En el sitio había “cientos de objetos antiguos y magníficos sarcófagos”, añadió, antes de compartir las fotos del lugar en ruinas. El palacio, de piedra ocre, se empezó a construir en el siglo XIII y era conocido por los palestinos por haber albergado a Napoleón Bonaparte al final de su desastrosa campaña egipcia de 1799. La habitación donde supuestamente durmió el emperador francés estaba llena de objetos bizantinos.
“Nuestros mejores hallazgos fueron expuestos en el Al Basha”, señaló Jean-Baptiste Humbert, de la Escuela Bíblica y Arqueológica Francesa de Jerusalén (EBAF).
Pero de momento, poco se sabe de su destino y Humbert se pregunta si alguien habrá sacado los objetos antes de hacer explotar el edificio. Las inquietudes aumentaron aún más cuando el director de Antigüedades Israelíes, Eli Escusido, publicó un video en Instagram de soldados israelíes rodeados de jarrones y objetos de cerámica antigua en el almacén de la EBAF en Ciudad de Gaza.
Gran parte de lo que se ha desenterrado en Gaza estaba almacenado en el museo de Al Basha o en ese almacén. Los palestinos no tardaron en acusar al ejército israelí de saqueo. Pero un arqueólogo de la EBAF, René Elter, afirmó que no existen pruebas de un eventual “saqueo estatal”. “Mis colegas pudieron volver al lugar. Los soldados abrieron cajas. No sabemos si se llevaron algo”, declaró.
“No obstante, todos los días, cuando Fadel al Otol me llama, temo que me diga que uno de nuestros colegas ha muerto o que tal o tal sitio ha sido destruido”.
Mientras que Israel cuenta con un gran número de arqueólogos que han desenterrado impresionantes tesoros antiguos, Gaza permanece relativamente intacta pese a un rico pasado que se remonta a miles de años.
OBJETOS DE COLECCIÓN CON DESTINO A GINEBRA
La Franja de Gaza, situada entre el Sinaí y el Líbano, ha sido un cruce de civilizaciones durante siglos y un importante enlace entre África y Asia. Como centro del comercio de incienso, atrajo tanto a los egipcios como los persas, los griegos, los romanos y los otomanos. Una figura clave de la excavación de este glorioso pasado durante las últimas décadas ha sido Jawdat Khoudary, magnate de la construcción y coleccionista gazatí.
En la década de 1990, tras los Acuerdos de Oslo y la creación de la Autoridad Palestina, Gaza experimentó un “boom” inmobiliario. Pero cuando empezaron las obras de todos esos nuevos edificios, los trabajadores se toparon con un sinfín de objetos antiguos. Khoudary amasó los tesoros en su residencia y los presentó a los arqueólogos extranjeros.
Marc-André Haldimann, entonces conservador del MAH, el museo de arte e historia de Ginebra, no daba crédito cuando le invitaron a visitar el jardín de la mansión de Khoudary en 2004.
“Nos encontramos ante 4,000 objetos, incluyendo una avenida de columnas bizantinas”, recordó. La admiración que le despertaron los objetos le llevó a la idea de organizar una gran exposición del pasado gazatí en el MAH, y construir un museo en el propio territorio palestino para que los habitantes pudieran apropiarse de su patrimonio.
Así, a finales de 2006, cerca de 260 objetos de la colección Khoudary salieron de Gaza con destino a Ginebra, y algunos formaron parte más tarde de otra exitosa exposición en el Instituto del Mundo Árabe (IMA) de París.
Pero los cambios geopolíticos alteraron los planes. En junio de 2007, Hamás expulsó a la Autoridad Palestina de Gaza e Israel impuso su bloqueo. Como consecuencia, los objetos gazatíes ya no pudieron regresar a casa y se quedaron atrapados en Ginebra. El proyecto del museo, a su vez, quedó en punto muerto.
Khoudary, sin embargo, no perdió la esperanza y construyó un hotel-museo llamado Al Mathaf (museo, en árabe) en el norte de Ciudad de Gaza para un mayor patrimonio, donde años después empezaría la actual ofensiva militar israelí.
“Al Mathaf permaneció bajo control israelí durante meses. En cuanto se marcharon, pedí a algunas personas que fueran allí para ver en qué estado se encontraba el lugar. Me quedé en ‘shock’. Faltaban varios objetos y habían prendido fuego a la sala”, explicó Khoudary, que huyó de Gaza a Egipto.
Su casa también quedó destruida durante los intensos combates que tuvieron lugar en el barrio de Sheikh Radwan, en Ciudad de Gaza. “Los israelíes arrasaron el jardín con buldóceres. No sé si los objetos fueron enterrados por las grúas o si las columnas de mármol se rompieron o fueron saqueadas. No tengo palabras”, agregó.
“GAZA ES CUALQUIER COSA MENOS UN AGUJERO NEGRO”
La agencia de noticias AFP contactó con el ejército israelí, pero este declinó comentar esas destrucciones y acusó a Hamás de usar hospitales, escuelas y sitios patrimoniales con fines militares.
“Israel mantiene sus compromisos con el derecho internacional, incluida la concesión de las protecciones especiales necesarias al patrimonio”, indicó un comunicado castrense. Aunque parte de la colección de Khoudary se ha perdido, los tesoros conservados en Suiza permanecen intactos, salvados por el bloqueo y los trámites burocráticos que retrasaron su devolución.
Durante años hubo 106 cajas listas para regresar a Gaza, apuntó Béatrice Blandin, actual conservadora del museo MAH. Ante la imposibilidad de cualquier regreso por el momento, Blandin afirmó que “se están manteniendo conversaciones” para una nueva exposición sobre Gaza en Suiza.
Khoudary celebra la idea. “La mayor colección de objetos sobre la historia de Gaza está en Ginebra. Si hay una nueva exposición, el mundo entero podrá conocer nuestra historia”, apuntó. “Es una ironía de la historia”, afirmó Haldimann, que está intentando que su amigo Fadel al Otol salga de Gaza.
“Una nueva exposición sobre Gaza demostraría una vez más que Gaza es cualquier cosa menos un agujero negro”. N