Hace tres años, la microbióloga Adwoa Padiki Nartey contrajo una infección bacteriana y sus amígdalas comenzaron a hincharse. Tenía los mismos síntomas de cuando se enfermó por primera vez. Los médicos le recetaron antibióticos, pero a diferencia de antes, los medicamentos no funcionaron. Se presentó una resistencia a los antibióticos.
“Beber y comer era doloroso. Apenas podía hablar. Estaba preocupada”, comenta esta mujer que ahora investiga la resistencia a los antibióticos en la Universidad de Ghana en Accra.
Después de dos semanas, una combinación final de dos tipos de antibióticos funcionó. “De lo contrario, la infección pudo haberme matado. Eso da bastante miedo”, afirma. Sin embargo, surge una nueva amenaza para este tema: el cambio climático. De acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), la resistencia a los antibióticos es uno de los desafíos más grandes de la salud pública de nuestro tiempo.
La resistencia a los antibióticos ocurre cuando los microbios ya no responden a los antibióticos creados para eliminarlos. Las bacterias y los hongos encuentran constantemente nuevas maneras de evitar los efectos de los antibióticos utilizados para tratar las infecciones que ocasionan.
“El cambio climático ha provocado lluvias intensas y frecuentes en Ghana. Esas condiciones, a su vez, fomentan el crecimiento bacteriano, incluido el de microbios resistentes a los antibióticos. Las inundaciones también propagan bacterias resistentes, desde los sistemas de alcantarillado hasta los hogares y el agua potable”, explica Padiki Nartey en la revista Nature.
Aunque los investigadores tienen en conocimiento cómo el cambio climático exacerbará el aumento de la resistencia a los antibióticos, los científicos ahora están investigando los mecanismos y explorando cuán grande podría ser el efecto, según Pamela Yeh, bióloga evolutiva de la Universidad de California en Los Ángeles.
“El cambio climático y la resistencia a los antibióticos son dos de los mayores problemas de salud de nuestra era. Los investigadores están empezando a observar cómo se vinculan”, indica.
LA RESISTENCIA A LOS ANTIBIÓTICOS SE VOLVIÓ MÁS COMÚN EN LOS ÚLTIMOS AÑOS
Un informe publicado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2022, refiere que las infecciones de la sangre causadas por las bacterias Neisseria gonorrea , Escherichia coli y Salmonella, resistentes a los antibióticos, se volvieron al menos un 15 por ciento más comunes que en 2017. Para Pamela Yeh, nos precipitamos a un mundo donde rasparse la rodilla, dar a luz o someterse a una simple intervención quirúrgica podría matar a una persona.
El principal problema, según la experta, es que los antibióticos a menudo se usan en exceso o mal para combatir infecciones en personas, animales y plantas. Las bacterias pueden desarrollar resistencia a los medicamentos a través de mutaciones en el ADN que alteran la pared celular bacteriana de manera que los antibióticos no pueden funcionar, o que les confieren la capacidad de descomponer los antibióticos o bombearlos fuera de las células.
Las cepas que se vuelven resistentes también pueden compartir genes de resistencia a los antibióticos con otras bacterias. Si se administran antibióticos incorrectos para tratar infecciones, o si se toman los medicamentos correctos en dosis insuficientes para matar los microorganismos, entonces los microbios tienen más tiempo para multiplicarse y desarrollar o propagar resistencia.
LAS CONDICIONES CLIMÁTICAS Y LAS INFECCIONES EN EL ORGANISMO
No obstante, así como en Ghana, las condiciones climáticas cambiantes también influyen. Los desastres derivados por fenómenos extremos como inundaciones, sequías, huracanes e incendios forestales pueden exacerbar el problema porque a menudo reducen el acceso a agua potable, generando así condiciones insalubres.
“Cuando las lesiones y las infecciones comienzan a aumentar, más personas usan antibióticos, lo que a su vez aumenta la probabilidad de que se desarrolle resistencia”, apunta Nature en un artículo.
Para demostrar este hecho, en un estudio, la microbióloga Rita Colwell de la Universidad de Maryland en College Park y sus colegas demostraron que un huracán mortal había provocado un aumento de especies dañinas de bacterias Vibrio, resistentes a los antibióticos, incluida una especie carnívora, en aguas frente a la costa de Florida.
Ahora, los investigadores exploran cómo el incremento de las temperaturas, resultante del cambio climático, podrían influir en la resistencia a los antibióticos.
En noviembre de 2022, el microbiólogo Lianping Yang de la Universidad Sun Yat-sen en Guangzhou, China, y sus colegas informaron sobre la prevalencia de tres bacterias detrás de las infecciones hospitalarias resistentes a los antibióticos que a menudo son graves y pueden ser mortales: Acinetobacter baumannii , Klebsiella pneumoniae y Pseudomonas aeruginosa.
Descubrieron que, por cada aumento de 1 °C en la temperatura promedio del aire, había un aumento del 14 por ciento en la proporción de muestras que contenían K. pneumoniae, que eran resistentes a un tipo de antibiótico llamado carbapenémicos. Estos medicamentos generalmente se reservan para tratar bacterias resistentes a todos los demás antibióticos.
“Otra idea es que las temperaturas muy altas (que se experimentan con más frecuencia a medida que el planeta se calienta, aunque las temperaturas promedio aumentan sólo ligeramente) podrían inducir cambios genéticos en las bacterias que les ayuden a resistir los antibióticos”, concluye Yang.
En resumen, la combinación de datos meteorológicos con la vigilancia de genes de resistencia a los antibióticos mediante el seguimiento de las aguas residuales podría mejorar los pronósticos para áreas que tienen un alto riesgo de resistencia a los antibióticos. N