Japón está abriendo un nuevo capítulo de su historia espacial con el ensayo exitoso de un motor de cohete alimentado únicamente por una energía producida localmente: estiércol de vaca.
Una prueba realizada el jueves 7 de diciembre demostró que el motor propulsó horizontalmente una llama azul y naranja de una decena de metros durante unos segundos a través de la puerta de un hangar en la isla septentrional de Hokkaido.
EL GANADO CONTRIBUYÓ A GENERAR ESTIÉRCOL PARA EL COHETE
El biometano líquido necesario para la combustión se fabricó con “contribuciones” del ganado bovino de dos productores de leche locales, explica Takahiro Inagawa, jefe de la empresa japonesa Interstellar Technologies.
“Hacemos esto no solo porque es bueno para el medioambiente, sino también porque puede producirse localmente, porque es muy rentable y es un carburante de muy buen rendimiento y de gran pureza”, asegura Inagawa a la AFP.
“Somos la primera empresa privada en hacerlo”, añade. “No creo que sea exagerado pensar que esto se reproducirá en el mundo entero”. Interstellar espera enviar satélites al espacio gracias a este carburante.
Además, está asociada con la empresa Air Water, productora de gases industriales, que trabaja con agricultores locales que disponen de equipos para transformar el estiércol en biogás.
El metano líquido se ha convertido en una opción de combustible superior para los lanzamientos de cohetes debido a sus ventajas integrales en precio, rendimiento del combustible, facilidad de manejo, disponibilidad e impacto ambiental. Ello lo convierte en la opción preferida para las compañías de cohetes de todo el mundo, incluida la nave espacial de SpaceX.
Al reconocer la necesidad de un metano libre de impurezas en los propulsores de cohetes, la empresa ha estado deliberando sobre los métodos de adquisición desde que se seleccionó el metano líquido como combustible en 2020.
EL ESTIÉRCOL COMO FUENTE DE ENERGÍA NEUTRA EN UN PAÍS POBRE
“Japón, pobre en recursos, debe garantizarse desde ya una fuente de energía neutra en carbono en su territorio”, estima Tomohiro Nishikawa, ingeniero del grupo Air Water. “La materia primera surgida de las vacas –el estiércol– de esta región tiene un potencial enorme como combustible de cohete. Si la situación internacional cambia, es importante que Japón disponga de una fuente de energía como esta”, dice.
El biometano de Air Water ya se emplea por una central lechera local y otras fábricas, para la calefacción de inmuebles y para propulsar camiones y barcos en el marco de programas pilotos.
Las 900 cabezas de ganado bovino de Eiji Mizushita, de 58 años, generan más de 40 toneladas diarias de estiércoles. Este ganadero que participa en este proyecto puso en marcha un sistema que recoge automáticamente las deposiciones de sus animales, las hace fermentar y las transforma en biogás, fertilizante e incluso arena para el ganado.
“Estoy contento de pensar que los excrementos de nuestros animales sirven para hacer volar” un cohete, se alegra Mizushita. “Tenemos que deshacernos del estiércol usándolo de forma adecuada. Pienso que el gobierno y la sociedad en general deberían tener otro punto de vista sobre la importancia de la energía renovable y fomentar su producción”, reclama. N
(Con información de AFP)