¿Víctimas de un sistema injusto, o creadores de una realidad que no nos conviene?
Hay algo que aprendí en los últimos años a través de mi trabajo con nuestra comunidad: la población latina en los Estados Unidos somos una gran Paradoja.
Por un lado, somos más poderosos de lo que nos imaginamos. Según el Censo, la población latina en los Estados Unidos cuenta con 60 millones de individuos, equivalente al 18% de la población. Somos el segmento de mayor expansión, representando un 52% del crecimiento de la población americana en la última década, y para el 2060 superaremos los 110 millones, llegando a ser casi un 30% de los Estados Unidos.
Nuestras contribuciones son significativas, ya que generamos US$ 2,8 billones al año en la economía americana. Este número es tan importante que si fuéramos un país independiente, seríamos la quinta economía del mundo con un Producto Interno Bruto (PIB) mayor que el de Reino Unido, India o Francia, y mayor que el de México y Brasil juntos. Asimismo, altamente emprendedores y creativos, somos dueños de 4.7 millones de pequeños negocios.
Sin embargo, y aquí viene la Paradoja, estamos relativamente ausentes de espacios de liderazgo y creación de riqueza. Aun cuando 1 de cada 5 estadounidenses es latino, sólo ocupamos el 5% de los puestos ejecutivos y de directorios de empresas. Y en cuanto a riqueza, la brecha salarial de las mujeres latinas es la más amplia, ya que ganamos aproximadamente la mitad de lo que gana un hombre blanco no latino, dejando un promedio de un millón de dólares sobre la mesa a lo largo de nuestra vida profesional. No debería sorprendernos entonces que una familia latina acumule solo US$0.21 de riqueza por cada US$1 de riqueza acumulada por familias blancas no latinas.
Visto desde otra óptica, si bien somos imprescindibles para la economía americana, trabajando excesivamente y consumiendo a un ritmo acelerado, no contamos con el acceso a espacios desde los que se decide el presente y el futuro de las organizaciones y del país.
La pregunta que cabe hacernos aquí es, ¿somos puramente víctimas de un sistema injusto que nos coloca en segundo plano, o de alguna forma estamos creando una realidad que no nos conviene?
Te invito a que consideres esta segunda opción.
ACARREAMOS INFLUENCIAS CULTURALES, MUCHAS VECES INCONSCIENTES, QUE DEMORAN O BLOQUEAN NUESTRO ÉXITO.
Como detallo en mi libro Latinas Descolonizadas: Transformando Nuestra Mentalidad Para Crecer Juntas, si bien las barreras sistémicas afectan nuestras carreras profesionales y el crecimiento de nuestras pequeñas empresas, existen rasgos culturales y comportamientos arraigados en nuestra mentalidad y transmitidos de generación en generación que limitan nuestro potencial. Aquí te detallo las principales:
Sentimiento de inferioridad
Desde el momento en que se nos cataloga como provenientes de países tercermundistas y desde que hemos sido segregados en las escuelas y sentados injustamente al fondo de la clase con alumnos con más dificultades de aprendizaje, hemos de alguna forma aceptado que somos ciudadanos de segunda clase.
Como consecuencia, podemos carecer de confianza, no perseguimos proactivamente oportunidades o no cobramos nuestro valor de mercado. Y cuando lo hacemos, trabajamos en exceso para justificar que somos merecedores de la oportunidad o del dinero.
Mentalidad de servidumbre
Al provenir de una cultura de grupo y colectivista, tendemos a colocar las necesidades de los demás por encima de las nuestras, dejándonos para lo último. Esto ocurre marcadamente con las mujeres latinas, influenciadas por nuestras madres y abuelas a servir y serlo “todo” para los demás.
En consecuencia, tendemos a tomar responsabilidades en exceso, trabajando más allá de nuestro agotamiento o sintiéndonos incómodas con poner límites o decir “no”.
Tendencia al silencio
El “trabaja duro y no te quejes ni hagas ruido” y el “calladita te ves más bonita” han tenido un impacto real. Solemos sentir incomodidad al momento de dar una opinión, sobre todo si la misma generará algún conflicto. Asimismo, nuestra excesiva modestia nos coloca en desventaja con otros grupos que han aprendido a desarrollar su marca profesional vocalizando su valor y sus logros.
Nuestro ancestral colorismo
Colorismo es la preferencia por quienes tienen un color de piel más claro en comparación a quienes tienen un color de piel más oscuro. Los latinos de piel blanca o facciones “europeas” gozan de mayores privilegios y acceso que quienes tienen en su genética una alta incidencia de ancestros africanos o indígenas.
El colorismo no solo excluye de oportunidades a hermanos y hermanas de tez oscura. También niega la pertenencia de los afrolatinos a nuestra comunidad, borrando una parte importante de nuestra historia y generando fricciones y separación entre diferentes tonos de piel.
El persistente machismo
El machismo representa a los hombres como aquellos que dominan, protegen y proveen, mientras que las mujeres son definidas como aquellas que cuidan, sirven y se sacrifican por los demás. El machismo consolida la imagen del líder masculino, y tiende a dirigir oportunidades y recursos hacia los hombres a costa del crecimiento de la mujer, cuyo negocio o profesión puede llegar a ser considerado como un “hobbie” o algo de menor importancia.
Todas estas mentalidades e influencias ancestrales no son mas que interferencias al momento de dirigirnos hacia nuestras metas. Entonces, al enfrentamos a dificultades para seguir avanzando, cabe mirar dentro de nosotros para observar cómo nos estamos limitando individual y colectivamente.
Considera que todo cambio sistémico a escala comienza dentro de ti.
DEJEMOS DE SER UNA PARADOJA Y LOGREMOS NUESTRO MAYOR POTENCIAL.
Si queremos ser verdaderos agentes de cambio, debemos romper con esquemas ancestrales que ya no nos sirven. Para ello, te sugiero un modelo de tres pasos.
Paso 1: Toma conciencia
En un pasado, cuando no recibía mi aumento de sueldo o mi promoción, me encontraba culpando a otros o quejándome de lo injusto del sistema. El día que tome conciencia de que era yo quien no pedía ni negociaba, que me mantenía relativamente en silencio en las reuniones, o que no creaba una red de mentores y patrocinadores que propulsaran mi trabajo por temor a “ser una molestia”, mi vida cambió.
Te invito a que analices las mentalidades y comportamientos descritos más arriba, y tomes nota de cómo te pones barreras a tu crecimiento. Asimismo, observa si has estado poniendo barreras inconscientes al crecimiento de otros latinos.
Paso 2: Da un giro a tu mentalidad
Cuando te enfrentes a situaciones en las que tiendes a sentirte inferior o perder confianza, o a refugiarte en el silencio, o a cobrar menos que tu valor de mercado, te sugiero que reflexiones sobre tu conversación interna.
Es posible que debas cambiar tu diálogo del “no puedo”, “no se como hacerlo”, “no quiero molestar”, o “no merezco”, al “soy capaz de lograr mis metas”, “creo en mí y en mis habilidades”, “merezco ganar mi valor de mercado”, “mi opinión cuenta”, o “merezco contar con apoyo de mentores y patrocinadores”, para darte algunos ejemplos.
Paso 3: Toma un pequeño paso de acción
De nada vale cambiar tu diálogo interior si no lo acompañas de una acción concreta que te acerque a la meta deseada. Te invito a tomar un pequeño paso, tan pequeño que sea casi imposible fallar en el intento. Ello te ayudará a construir confianza y autoestima para animarte a ir por más.
Algunas sugerencias de pequeños pasos son:
- Levanta la mano en la próxima reunión y expresa tu opinión.
- Investiga el valor de mercado de tu trabajo.
- Haz una lista de tareas y considera delegar o postponer. No tienes que decir “si” a todo.
- Pide 20 minutos de tiempo a una persona que puede ayudarte a crecer.
- Mantén una lista de tus logros y compártela frecuentemente para construir tu marca.
- Ponte primera y bloquea tiempo para ti, para el ejercicio, la lectura, u otras actividades.
Además de estas acciones individuales, te sugiero estos pequeños pasos de impacto colectivo:
- Brinda 30 minutos de mentoría a otro latino, particularmente a latinas o latinos de color.
- Contrata talento latino y cómprale a negocios latinos.
- Recomienda talento latino como oradores en conferencias o recipientes de premios.
- Ofrece palabras de aliento y apoyo a profesionales latinos que lo necesiten.
Nuestra comunidad latina está atravesando un momento decisivo. Depende de nosotros el seguir siendo solo consumidores y contribuyentes a la economía americana, o en también liderar espacios de toma de decisiones y creación de riqueza. Para ello, tendremos que transformar nuestra mentalidad y comportamiento, así como unirnos en nuestra diversidad y avanzar como grupo. El futuro de los Estados Unidos depende de ello. N
Acerca de Valeria Aloe:
Valeria Aloe es consultora en DEI, autora, conferencista y experta en mentalidad y comportamiento en la comunidad Latina. Su trabajo ha beneficiado a cientos de organizaciones en la retención y desarrollo del talento Latino. Para conocer mas acerca de su impacto, visita www.ValeriaAloe.com
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